La lección aprendida de Asier Martínez: "Cuando pasa tu momento, ya no eres nadie"

Asier Martínez es uno de esos pocos deportistas privilegiados capaces de ser notables en su desempeño en la pista y fuera de ella, con opiniones sinceras, argumentadas y valientes. Hace ocho meses, entraba por las puertas de Relevo para sincerarse sobre unos meses de sombras que le habían llevado a no querer ni ver el deporte que le encumbró a las portadas. Ahora, vuelve a aparecer en las listas de salida de un Mundial y, como nos adelantaba gente cercana, con su mayor sonrisa. Pocas horas antes de competir, vuelve a hablar con Relevo para comentar su recuperación, las lecciones aprendidas en un mundo donde muchas veces los atletas son el punto más débil de la cadena y cómo se ha recuperado de la mano de su amigo y rival Quique Llopis.

Estoy bien, muy bien. Físicamente muy bien, porque sobre todo estoy sano. También he cumplido el objetivo de esta pista cubierta, que era romper con el ciclo anterior y lo hemos conseguido. Estar bien físicamente es también una buena noticia para nosotros. Así que el cómputo total es bien.

Sí, aunque diferente creo que no. Sigo siendo el mismo, lo que pasa es que igual un poco más aprendido. Estoy bien, estoy feliz, estoy volviendo a disfrutar del atletismo, que era lo que igual más echaba en falta.

Sin duda, sin duda. Esto es muy sencillo: el momento en el que estás bien y en el momento en el que empiezas a disfrutar del atletismo, es cuando verdaderamente puedes sonreír y verdaderamente puedes decir que estás feliz. Entonces, es mi caso, así que contento.

Desde gente que no sabía que había pasado por tanto hasta mensajes de ánimo. Pero lo que a mí más me ha marcado, lo que más me motivaba en ese momento, era gente que me decía que ellos o ellas habían pasado por una situación parecida o similar. Y que el verme a mí hablar en esos términos, les ayudaba también a abrirse. Eso es lo más positivo que me llevo.

Yo no me creo referencia de nada, pero el ver esa 'miseria compartida' siempre ayuda a tragar un poco la amargura. Creo que en ese momento a mucha gente le pudo venir bien y es lo que más feliz me hace.

Me lo tomo de la misma manera. Yo sé perfectamente todo lo que tengo que hacer para llegar a donde todos queremos llegar y soy plenamente consciente de la realidad en la que me encuentro. En ese sentido, estoy muy tranquilo. Yo no sueño en exceso, que eso creo que es un pecado y un error que tenemos los deportistas. En mi caso, tengo la suerte de poder saber analizar bien la situación y el camino hacia ese sueño que tengo.

A mí eso siempre me ha parecido una tontería y un análisis superficial. Sin pretender ponerme a hablar declaraciones más polémicas de lo que debería, creo que eso es una tontería. Es una mirada muy cortoplacista, porque realmente nos creemos que somos nosotros los que generamos y no alguien que nos ha hecho generar. Yo considero que cada deporte y cada figura deportiva no genera de por sí, sino que se le ha hecho generar. Mi punto de vista es que hay que ser consciente de que a los deportistas o a cualquier figura de marketing se le hace generar y que de por sí no genera nada.

El debate estaría en por qué a cierta gente se le ha hecho generar y a otros no. Aquí es donde realmente estaría la injusticia. Donde realmente estaría el foco del problema. A ciertos deportes y por supuesto al deporte masculino se le ha hecho históricamente generar más. Se le ha dado más atención desde el nivel mediático y medios económicos. En general, la atención y la apuesta ha ido principalmente al deporte masculino y más en concreto, a una serie de deportes masculinos. Ese es el error principal o la raíz del problema.

El primero que lo quiere soy yo, la verdad. Pero sí, al final es un poco reflejo de lo que es el deporte hoy en día. Es un deporte de consumo muy rápido. El otro día hablaba con un amigo que ya ni siquiera se ven los partidos de fútbol, se ven los resúmenes de los resúmenes. Cada vez el consumo del entretenimiento es más rápido, más efímero. Eso es lo que se está buscando. A nivel mediático, los deportistas también somos muy efímeros, muy fugaces. Es así, se te hace generar en un momento determinado un valor que se te ha querido dar y, cuando ese momento pasa, ya no eres nadie.

Claro, también hilando lo que te decía, yo soy plenamente consciente de dónde estoy, de lo que soy y lo que no. Hay que tener claro: cuando se nos intenta vender o se nos da más bola de la que igual nos merecemos, también tenemos que ser conscientes. De la misma manera que muchas veces salimos reivindicando más atención, otras veces hay que salir reivindicando un poco lo contrario, que no se nos infle demasiado. Eso, para los deportistas, también es peligroso.

Sí, en esto del entorno no estoy descubriendo nada. Lo es todo y más para estos temas. Sobre todo, en los temas en los que influye más el ego y el desarrollo personal de uno. También ocurre con los sueños, es importante tener a alguien para que te baje el globo al suelo.

Pues lo que haría es intentar, como siempre, ver un porqué. Ver una explicación de dónde procede todo eso, qué fines tiene ese dinero y esas políticas de intentar incluir a esos países. Inevitablemente, me saldría también ver un poco qué son esos países, qué representan. Pero la decisión, como deportista es a nivel individual bastante nula o la capacidad de acción a nivel político como individuo yo siempre he creído que es muy nulo. Sí que tenemos que responder ante nosotros mismos, pero bueno, hay que tener en cuenta que el desarrollo de una posible política debe ser un poco más colectiva. Pero bueno, ya te digo, a priori analizar la situación y dónde encontraríamos un poco esa procedencia. De esa realidad.

No sabría decirte si realmente sería capaz. Desde luego, si no me quedase otra alternativa para desarrollar mi actividad deportiva sería difícil decir que no. Pero, por supuesto, si hubiese otra alternativa similar a nivel deportivo, intentaría siempre apostar por esas otras alternativas. Aunque también te digo, esas alternativas... Como te pongas muy con la lupa, no pueden tampoco ser del todo puras a nivel moral. Lo que sí que está claro es que muchas opciones deportivas moralmente son muy reprobables.

Me alegra compartir la tensión del tacos con mi amigo que es Quique y creo que verdaderamente los dos podemos hacerlo bien aquí. Pero no solo competimos, sino que convivimos también fuera de la pista en todos estos entornos. Yo siempre he intentado saber de él más allá de la pista y él igual. Creo que eso es lo que nos ha unido más allá de los momentos puramente atléticos.

Sin duda. Con conversaciones desde la simple preocupación de ver cómo estaba el otro hasta incluso ser capaces de unir en nuestra miseria ciertos puntos en común que nos podían ayudar. Eso nos ayudó a ambos de compartir un poco esa desgracia que estábamos viviendo en el momento. Desgracias que son distintas, pero que pueden tener también similitudes.