Ana Peleteiro y una difícil conciliación hacia los Juegos: "Lo pasé mal y no dormí muchas noches porque estaba pensando en mi niña"
La saltadora española prepara la defensa de su bronce en Tokio tras ser madre y afronta París 2024 tras la lesión de la gran dominadora de su prueba, su compañera Yulimar Rojas: "Antes entrenaba para ser segunda"
Son las 11 de la mañana y el calor ya aprieta sobre las pistas de atletismo del Estadio Fuente de la Niña de Guadalajara, donde una sonriente Ana Peleteiro (Ribeira, A Coruña, 1995) llega a su encuentro con Relevo para presentarse como embajadora de Miravia y cara visible de su campaña 'Con la cabeza bien alta'. Y con la mirada en los retos más altos y vestida de verde, el color de la esperanza, la gallega pisa el tartán con ese hambre voraz que solo los grandes campeones llevan en su ADN. Pocos deportistas españoles tienen la capacidad de sacar lo que nadie más cree que tienen dentro, haciéndolo siempre en el momento más marcado y en el entorno más difícil.
"Me atrevo a decir que estoy en el mejor momento", confiesa la saltadora al recordar su medalla de bronce en el pasado Mundial indoor, su primera gran competición tras ser madre. Ahora, un año y medio después de dar a luz, ni las dudas que durante meses tuvo que escuchar sobre su vuelta a la élite ni los duros tiempos que se separa de la pequeña Lúa para los entrenamientos la despistan del gran sueño.
Quedan 3 meses para los Juegos Olímpicos, ¿estás preparada?
Cada vez que me dicen la cuenta atrás... Nunca soy consciente de cuánto falta, pero cada vez soy más consciente de que se acerca el momento, cien por cien. Me siento muy bien, la verdad. Sorprendida de lo bien que me estoy encontrando, de lo bien que están saliendo los entrenamientos. Creo que me atrevo a decir que estoy en mi mejor momento.
Ese mejor momento, ¿con qué te ves en París 2024?
Mi objetivo en París son los 15 metros y, por supuesto, luchar por las medallas. Obviamente, ahora estoy entrenando para ser campeona olímpica. Al fin y al cabo, yo siempre entrené para ser subcampeona porque era consciente del titán que tenía a mi lado y entrenando todos los días con ella. Yulimar Rojas me ayudaba a ser mi mejor versión. Aunque nadie te garantiza que ella fuera a ganar, porque ya se vio el año pasado en el Mundial lo que pasó [se colocó en la 1ª posición de la final en el último de los seis saltos], pero por supuesto es una persona a la que hay que tener un respeto. Yo, personalmente, se lo tengo porque he entrenado todos los días con ella. Pero ahora, con su baja por lesión y que no estará en París, ya no entreno para ser la segunda.
Yulimar es tu compañera y tu rival. ¿Cómo se vive una lesión? Es tu amiga y te dolerá, pero al mismo tiempo te abre la opción de un oro o abre una ventana más amplia a la medalla.
Cuando pasa eso, en ningún momento piensas en la rivalidad y en lo profesional. Piensas en lo que esa persona te une, que es lo personal, y en lo que esa lesión conlleva para ella en su vida. De hecho, yo no fui consciente de lo que significaba hasta horas más tarde, que dije: 'ostras, espérate'. Justo cuando pasó, yo no estaba, estaba mi marido. Vino a la habitación, me avisó y bajé corriendo a la pista. Enseguida, en cuanto la vi, lo primero que hicimos nada más vernos fue abrazarnos y llorar. Ser conscientes de que esto era algo grave. Vamos, lo último que a mí se me viene a la cabeza es el tema profesional. Estuve con ella en todo momento y la intenté apoyar en lo máximo posible. Yo soy una persona muy empática y todos los deportistas somos personas. Por mucho que sea tu rival, si hay una persona en el mundo que se ha alegrado de esta lesión, es porque no tiene ningún tipo de corazón ni empatía y reo que el karma se lo devolverá. Poder llegar a pensar eso en el deporte, que sabemos lo que eso conlleva, es aberrante. A mí no se me pasa por la cabeza.
¿Cuánto has soñado con un oro olímpico?
Desde que soy pequeña, nunca he tenido otro sueño. Ni ser doctora, ni ser veterinaria, ni ser astronauta. Nunca. Solo he soñado con ser campeona olímpica. Coincidir en una etapa vital con 'Yuli', complicaba ese objetivo. Pero es mi sueño desde pequeña. Todo lo que es estar en unos Juegos Olímpicos y luchar por las medallas ya era un sueño cumplido y en Tokio ya se realizó en gran parte.
Pase lo que pase en París 2024, volver a la élite y estar en las quinielas solo un año y medio después de ser madre... ¿no te parece increíble?
Bueno, no sé, tampoco tanto. No me gusta tampoco echarme tantas flores. Sí que considero que es un logro brutal, pero no soy ni la única, ni la primera, ni seré la última. Soy una persona más. Sí que es cierto que a lo mejor lo he visibilizado más y he hablado más del tema. He hablado de las cosas positivas que tiene la maternidad, como el empoderamiento, la fuerza, las ganas de trabajar... Y también he hablado de las cosas menos positivas, que es el no dormir, llegar cansada de entrenar, el tener que hacer números para llegar a todo. Siempre digo que todas las personas que son madres y padres tienen que adaptar su vida a esa nueva personita que llega y yo es lo que estoy haciendo. Al igual que el resto de la gente, lo que pasa es que mi trabajo sale en la tele. Eso es lo que es un poco diferente.
Tomar la decisión de ser madre en el mejor momento de tu carrera deportiva recien lograda tu primera medalla olímpica generó críticas y dudas. Se hablaba de que te ibas en un momento clave.
Yo no considero que el ser madre te aparte de ese momentazo [de ser medallista olímpica]. De hecho, te digo más: Años atrás, ¿cuántos campeones olímpicos, después de los Juegos, se cogían un año sabático? Muchísimos. Unos para disfrutar de la vida, que al final es una y nunca vas a volver a tener veintipico o treinta y pico años. Otros, como es mi caso, para realizarse como madre. Y otros simplemente para descansar, porque el cuerpo también está sometido a un estrés que yo creo que unos meses de descanso, de desconexión, también es bueno. Obviamente, un embarazo tiene sus contras, pero también tiene sus pros. Para nada lo veo como algo que me haya frenado, ni muchísimo menos. Igual que hay personas que tienen una lesión y están fuera un año, o hay personas que de repente tienen una depresión y ese año no quieren competir. No he visto a ninguna estrella del deporte internacional no tomarse un año un poco más out, bien sea por un problema físico, por un problema mental o porque básicamente no le apetecía. Mira el caso de Usain Bolt, con muchísimo éxito y súper joven, dijo que se retirada. Si hubiera tenido unos años de descanso, a lo mejor hubiésemos disfrutado de él unos añitos más.
Pero esas críticas del anuncio del embarazo existieron, ¿te dolieron?
Cuestionar a los demás... Yo no lo hago, pero el resto de las personas tienen la libertad de poder hacerlo. Cuando me hablan, yo respondo con el mismo respeto que me hablan a mí. Si me hablan sin respeto, o te ignoraré o te responderé con el mismo respeto que tú me has hablado. Si quieres intentar comprender mi situación, el por qué pasa esto, el por qué pasa lo otro, yo te lo explicaré y lo intentaré hacer de la mejor forma para que tú entiendas mi postura. Pero es que yo siempre lo que digo: a mí no me importa lo que los demás piensen, y te digo más, repetiría una maternidad durante mi etapa como atleta. No tengo miedo a querer repetir.
Con el paso de los meses, los mensajes se convirtieron más en dudas como 'Ana Peleteiro nunca volverá a estar entre las mejores y ya no será la misma'. Y, como el lema de la campaña con Miravia, has vuelto 'Con la cabeza bien alta' y una medalla mundial.
Llevo escuchando eso desde que soy pequeña. De hecho, la persona a la que yo más admiro, que es mi abuela, cuando cogí mis maletas con 16 años y me vine a Madrid, miró a mi tía Macu y le dijo: 'Esta niña no me va a llegar a nada. Con lo que le gusta la fiesta, con lo que le gusta un ajetreo, y con lo que le gusta ser relaciones públicas, va a llegar a Madrid y se va a perder'. Y pues sí, me perdí unos años, pero luego me reencontré y yo creo que la vida es hacer tu propio camino. Equivocarte y aprender. Creo que desde hace unos años, hace mucho tiempo que Ana no se equivoca. Y sigo siendo juzgada y sigo siendo cuestionada. Parece mentira, pero mi federación, que hace años teníamos una guerra increíble y donde nadie confiaba en mí porque yo era la 'porculera' y que era 'Ana, la de los problemas', ahora son unos de los que más confían en mí. Saben que me necesitan y eso ha sido gracias a que me he ido. Para mí eso es todo un honor y me enorgullece, que gente como puede ser una federación, una marca o mi propio entrenador, sean conscientes de que tomo mis decisiones, sí, pero que las tomo con objetivos a largo plazo. No me olvido del objetivo. Yo quiero ser y quiero hacer historia en el deporte en España, pero haré mi historia a mi manera. No la voy a hacer como quieran los demás que la hagan.
Decías que te sientes mejor que nunca. ¿Cuánto ha costado o cómo lo has hecho?
Lo más importante para mí es no ponerme unos tiempos fijos. Darme mi tiempo, disfrutar. El año pasado quería ir al Mundial, vi que no era el mejor momento de ir porque sabía que eso me podía afectar psicológicamente de cara a este año, y tomé la decisión de no ir. Sin querer compararme con nadie pero a la vez teniendo personas a las que admirar, como pueden ser Alison Félix o la atleta que yo más admiro en el mundo Nia Ali, que ha sido tres veces madre y que las tres veces ha vuelto siendo mejor deportista. Poniéndome esas personas como referentes y diciendo,si ellas lo han hecho, yo también. ¿Por qué no? Sí, una maternidad tiene sus cosas, obviamente la cesárea fue dura, me costó volver a pensar que podía verme atléticamente, básicamente. Ya ni de hablar a nivel de resultados, sino solo de mirarme en el espejo. Rodeándote de gente que te apoya, que te hace más grande, que te empodera, todo es posible. Yo nunca me he equivocado en rodearme de personas que me hagan bien y cuando alguien no me ha hecho bien, lo he apartado.
Uno de los momentos que más emocionó a los aficionados fue verte a principios de año con lágrimas al tener que marcharte a un campus de entrenamiento lejos de Lúa. La conciliación tiene que ser complicada...
A medida que los niños van creciendo, creo que cuesta menos porque tampoco evolucionan tanto en tan poco tiempo. Pero es que claro, cuando tienes una niña de un año, es que en dos semanas cambia completamente. Mis padres, que están en Galicia, lo notan. A lo mejor pasan un mes y medio sin verla y de repente, la bebé que ven es otra niña completamente diferente. Que ya corre, que ya habla, que ya evoluciona un montón. Yo sabía que el pasado mes de enero era crucial. Aunque la gente no le da tanta importancia a la pretemporada, es lo que va a determinar tu verano. Mi entrenador [Iván Pedroso] me ha dicho desde el primer día que empecé a entrenar con él que la preparación de invierno tiene mucha importancia. Entonces, para mí, tener que abdicar un tiempo con mi hija para luchar por mis sueños, que es estar en los Juegos Olímpicos, me dolió mucho, lo pasé mal, no dormí durante muchísimas noches porque yo estaba pensando en mi niña. Pero sarna con gusto no pica y, pues sí, lo pasé mal, pero luego el reencuentro fue maravilloso.
Era la primera vez que te separabas de ella tanto tiempo desde su nacimiento.
Sí. Y a partir de ahí como que fue un clic de 'Soy yo otra vez'. Soy mamá, pero soy Ana Peleteiro, deportista.
¿Todo esto es para llegar a París 2024 o hay una Peleteiro después de este verano?
A ver, soy joven aún. Salvo que pase cualquier cosa, Ana Peleteiro no se acaba en París. Todo lo contrario, de hecho mi objetivo es estar en Los Ángeles 2028. Y no solo eso, igual o incluso más competitiva. Después de Los Ángeles no sé lo que pasará, no sé si me apetecerá más dedicarme a mi familia, si hacer un par de añitos más... Pero no soy de esas deportistas que tengan miedo a la retirada y tampoco quiero retirarme de malas formas. Me da mucha pena ese deportista que no se ha sabido retirar en su momento y que ahora está luchando por intentar retirarse como él siempre ha querido. Lo he vivido de cerca con personas que estaban en mi vida y no quiero pasar por eso porque creo que es triste. A mí me dio mucha pena, por ejemplo, Caterine Ibargüen. Fue una diosa del atletismo a nivel internacional y, como quería llegar a los Juegos, apretó un poco más, luego llegó con lesión, problemas con el entrenador... Ver a Catherine retirarse en Tokio sin ningún tipo de reconocimiento, sin un aplauso de parte del público y no estando en una final, a mí como su fan, me dio mucha pena. No me gustaría tener que pasar por eso y me encantaría tener a personas a mi lado que me digan 'Ana, sí, has llegado una medalla en un Europeo, estás muy bien, pero tal vez el año que viene no va a estar igual de bien, o sea, ¿no te apetece retirarte ya?'. Y yo ver y sentir que tiene razón y dedicarme a hacer otra cosa.

Si ahora mismo viene otra atleta y te pregunta si le recomiendas ser mamá durante su carrera deportiva, ¿qué le dirías?
'Decídelo tú'. Pero lo que sí que no recomiendo es que esperes a acabar tu carrera para realizarte como madre, porque al final eso también te va a frenar en tu carrera deportiva. ¿Por qué? Vas a estar pensando 'uff, es que ya tengo 33 y si me pasa el arroz... O es que ya tengo 35 y ya es muy tarde'. Que no tengan miedo, que sepan rodearse bien y que si es lo que les apetece, que lo hagan.
Has compartido con tu medio millón de seguidores en Instagram toda la 'aventura'. Te has convertido en una influencer, con sus cosas buenas y malas. ¿Por qué decidiste mostrarte?
Lo hago porque me gusta, tengo Instagram desde el 2012. Me gusta sacar fotos, soy una persona muy creativa y no me gusta solo estar focalizada en una misma cosa. Considero que hay que obsesionarse con cosas, pero sin excederse. A mí me gusta verme realizada en más de una cosa porque, por desgracia, en mi trabajo que es el atletismo... ¿Qué te jubilas? ¿Con 30-35 años? ¿Te imaginas con 35, cuando la gran parte de la gente está empezando a crecer profesionalmente, que te digan que ya no vales para hacer tu trabajo y ya no lo puedes hacer, búscate otra cosa? Es que aunque hayas estudiado una carrera, si tú no has ejercido como tal desde los 23 que acabas la carrera hasta los 35, ¿qué empresa te va a querer sin ningún tipo de experiencia? Hoy en día es súper difícil empezar a trabajar sin experiencia, por lo tanto, yo lo tenía muy claro. Empecé la carrera de INEF, hice un poquito más de la mitad de la carrera pero no me gustó, luego hice un máster en marketing y publicidad para formarme un poquito y saber de qué va toda esta historia. Y me focalicé en mis redes sociales y he creado mi propia empresa un poco pensando en futuro.
"Fue un shock cuando me dijeron que salía en los libros de Primaria"
Con tu número de seguidores, mucha gente te tomará como ejemplo y eso es una responsabilidad. Cuántas niñas te seguirán en lo que haces...
Mira, a mí hay dos cosas que me llaman mucho la atención. La primera es que tengo fans, por decirlo de alguna forma, de todas las edades, desde los abuelos de 70 a los niños de 7. Por unas cosas o por otras, los niños porque me ven en TikTok y los mayores porque me ven en Teledeporte. Creo que eso es muy guay y siempre he disfrutado de compartir lo que hago para todos los públicos. Otra cosa, que fue como un poco shock, fue cuando me dijeron que salgo en los libros de Primaria, eso a mí ahí me explotó la cabeza. ¿Cómo es posible? Cada día me tienen en el cole en el libro de matemáticas y eso es muy heavy. Nunca me replanteé algo así y también es mucha responsabilidad. Puedes ser mal ejemplo para un adulto que ya está formado como ser humano, pero otra cosa es que seas mal ejemplo para un niño que se está creando como persona. Desde que me enteré, he decidido cuidarme un poco más con lo que digo, intentar educar, aunque mis valores no son los mismos que los de otros padres, pero intentar transmitir los valores que para mí son buenos y que todo el mundo debería de tener.
Has cambiado muchas cosas desde tu posición. Lo has vivido en primera persona, ¿cuánto ha cambiado el deporte y el atletismo desde que empezaste?
Cien por cien. De hecho, tampoco quiero hablar por otros deportes porque lo desconozco, pero en atletismo tengo la experiencia de que, en el Mundial de Portland 2016, solo éramos dos mujeres [en el equipo español]. ¡Dos mujeres! Y creo que había como nueve hombres. En el Mundial indoor de este invierno éramos como catorce mujeres y como nueve hombres. Casi el doble de mujeres que de hombres. Creo que hay un cambio, hay una apuesta en el deporte femenino y se está notando. Las mujeres se están empoderando mucho, le están perdiendo el miedo y están viendo que hay posibilidades de vivir del deporte siendo mujer. De realizarte tanto como deportista y como persona.
Tú has tenido que ver...
Si mis resultados y mis discursos, por decirlo de alguna manera, sirven para algo... me siento orgullosa. Pero vamos, a mí no me gusta ponerme como el ejemplo de nada. Simplemente soy una persona más que hace lo que le gusta y que a veces le sale bien y otras mal. O sea, también me ha salido mal mil veces, lo que pasa que las buenas siempre llaman más la atención.
Eres una persona que te muestras y eso atrae a todo tipo de gente. ¿Cómo vives recibir el odio digital a diario?
No leo nada, la verdad. Lo poco que leo me da igual, pero siempre intento meterme en la cabeza unas palabras que me dice mi coach mental Rebeca: 'Las almas negras se acercan a las personas con luz'. Aquellos que me critican simplemente por hacer mi vida es porque no tienen absolutamente nada que hacer, están muy tristes en su vida, están deprimidos o simplemente tienen envidia de aquello que yo estoy conquistando a base de hacer el bien. Y ellos, por mucho que se esfuerzan, nunca lo van a poder conseguir. Por lo tanto, con eso me quedo. Me borré Twitter y desde entonces soy muchísimo más feliz. Y mi padre también, la verdad.
'Con la cabeza bien alta'
Ana Peleteiro es una de las embajadoras de Miravia, el nuevo modelo de ecommerce en España, que une a consumidores, marcas y creadores de contenido en un mismo espacio digital, y cara visible de su campaña de patrocinio de los Juegos Olímpicos de París 2024, 'Con la cabeza bien alta', que llama a sentirse orgulloso no solo de los resultados conseguidos sino del esfuerzo, superación, determinación, diversidad y unión, valores todos ellos que, por otro lado, simbolizan los Juegos.