Jakob Ingebrigtsen regala medallas a sus perros, sin noticias de su enemigo fantasma
El mejor atleta del mundo busca otro doblete, esta vez mundial, para firmar el invierno perfecto.

Se llaman Maximus y Jupiter y al principio no le hacían ni gracia. Pero Jakob Ingebrigtsen, animal de costumbres, se adaptó poco a poco a los dos Golden Retrievers que su mujer Elisabeth Assers había incorporado al hogar. El noruego entendió que ambos podían ser infatigables compañeros de entrenamiento, en sus odiados parones invernales, y ahí surgió la química.
A sus canes les dedicó Jakob Ingebrigtsen el doblete europeo (en 1.500 y 3.000 m) cosechado hace dos semanas en Apeldoorn (Países Bajos). Su tercer doblete continental bajo techo consecutivo se sumaba al oro en el Campeonato de Europa de Cross de Antalya (Turquía) logrado a principios de diciembre. Un invierno que podría ser perfecto si Ingebrigtsen escala su gesta europea al ámbito mundial este fin de semana en el Campeonato indoor de Nanjing (China).
El primer reto llegará el sábado a las 12:30 en los 3.000 m, una prueba en la que no tiene una marca acorde a su calidad (7:40.32) porque nunca se ha puesto a ello. La segunda cita será el domingo a las 13:15 españolas en su distancia fetiche, los 1.500 m, cuyo récord bajo techo ha vuelto a batir este invierno de paso que pulverizaba el registro de la milla indoor.
En títulos y marcas, la temporada invernal de Jakob Ingebrigtsen pone en valor el inmenso espíritu competitivo de un hombre que disfruta como nadie entrenando. Hasta el día del nacimiento de su hija Filippa el verano pasado, Jakob no pudo evitar la sesión doble de entrenamiento. Por eso, en septiembre, al término de la campaña, estaba triste porque en su punto de mira no había ninguna competición, sólo vacaciones. Con el comienzo de la nueva temporada, Jakob ha vuelto a ganar y a sonreír, porque el noruego sólo se alimenta de récords y victorias.
Por ello, no tiene ni tan siquiera en consideración una supuesta rivalidad con el escocés Josh Kerr, al que se ha referido en varias ocasiones como "el hombre que nunca aparece". El británico, amigo de picos puntuales de forma y que ya ha sorprendido a Jakob en el 1.500 del Mundial y de los Juegos, ha realizado un invierno en la sombra, mientras todos los focos apuntaban al rey noruego.
Kerr alega que está preparando su debut en el Grand Slam Track, el nuevo circuito para corredores impulsado por el exvelocista Michael Johnson. La primera cita será en el Estadio Nacional de Kingston (Jamaica) el 5 y el 6 de abril y el subcampeón olímpico de 1.500 participará en dos carreras (en la categoría 800 m y 1.500 m) junto al oro olímpico en 1.500, Cole Hocker, y el bronce en París, Yared Nuguse.
El escocés se ha permitido, incluso, el lujo de faltar al respeto a Jakob Ingebrigtsen en un podcast americano (The Citius Mag Podcast) con motivo de su ausencia en el Grand Slam Track. "Verlo correr los 800 m. sería como ver a Bambi en el hielo", espetó Kerr al presentador Chris Chavez. Una bravuconada más de un hombre cuyo invierno es ridículo comparado con el de Ingebrigtsen y que intenta elevar el tono para mantener con vida, con oxígeno artificial, una supuesta rivalidad con Jakob.
Jakob es consciente de esa estrategia de Josh Kerr y trata de darle el menor bombo posible. Lo de no participar en el Grand Slam Track nada tiene que ver a un supuesto miedo a carreras sin liebres, como le acusa Kerr, sino a que el noruego quiere pasar a la historia del atletismo por sus récords y medallas, y no le interesa tanto como a Kerr el tema de los jugosos premios que repartirá el nuevo circuito. El precio a pagar (concentraciones en Estados Unidos, cambios horarios...) es demasiado para un atleta que busca la gloria y la eternidad en el cronómetro.
Ingebrigsten se topará con dos españoles en la final de los 1.500 m el domingo. El lucense Adrián Ben se clasificó por tiempos tras lograr la mejor marca de su vida en las series (3:36.95). Mientras, La Moto Mariano García García accedió a la misma tras firmar un carrerón liderando su serie. Tres mundiales y tres finales. Así se las gasta el de Cuevas de Reyllo. Quizá el atleta de la gran cita, por su carácter y su manera de afrontar la vida, que menos teme a Jakob Ingebrigtsen.