Javi Guerra se rearma para la batalla de Valencia: "Quiero reencontrarme con el maratón y con mi esencia"
Tras dos años de bache, el segoviano vuelve a afrontar los 42 km y 195 m junto a Antonio Serrano, el entrenador con el que logró sus mayores éxitos.
Javi Guerra (Segovia, 10/11/1983) celebra este jueves sus 39 años en Relevo, pero su verdadero renacimiento será el 4 de diciembre en el Maratón Valencia Trinidad Alfonso. Tras un tiempo en el que se llegó a ver "en un pozo sin salida", el mejor maratoniano español de la última década, dos veces cuarto en los Europeos (Zúrich 2014 y Berlín 2018), divisa la luz a orillas del Turia.
Su idilio con la distancia de Filípides comenzó en A Coruña en 2013, con un victorioso Campeonato de España en el que demostró al mundo que había referente patrio para rato. Año tras año, llegaron los éxitos. Hasta que en 2016, en la antesala de los Juegos de Río, una tromboflebitis en el gemelo izquierdo, "no se sabe por qué, quizá a causa del viaje", dejó al segoviano sin el sueño olímpico en Brasil y sin poder correr durante meses.
Javi Guerra, hijo del también atleta Paco, sacó su raza y juró venganza. Y llegaron los mejores años de su vida, hasta hacer cumbre en el Maratón de Sevilla en 2020, con su plusmarca: 2:07:27. El mismo título nacional que había visto la Torre de Hércules, lo saboreó la Giralda, pero en cinco minutos menos. Palabras mayores. Los segovianos crecían en los colegios con dos símbolos claros: el acueducto y Javi Guerra. Pero todo se torció de repente. El atleta tiene la palabra.
¿Qué le sucedió tras lograr ese éxito?
Bastantes cosas a todos los niveles. Hice una serie de cambios a raíz de la pandemia. A todos nos afectó el aislamiento, la suspensión de carreras, el aplazamiento de los Juegos de Tokio en 2020… Todo ello unido a una separación a nivel personal. Decidí dar una oportunidad al fisiólogo que me estuvo ayudando, pero, con el paso del tiempo, no conseguí encontrar mi mejor versión. Fui entrando en un pozo sin salida en el que los resultados no acompañaban. El desencadenante fue el Maratón de Sevilla en 2022. Ahí vi que nada tenía sentido.
¿Qué ocurrió en ese maratón de Sevilla el pasado febrero?
A nivel mental estaba muy mal, derrotado, sin confianza en mí mismo. Desde el km 26, quería pararme. Aguanté hasta la meta, pero subsistiendo, con unas sensaciones que nunca había tenido. Al final, la decisión de cambiarme de entrenador creo que no fue acertada. No me adapté al sistema de entrenamiento y perdí la confianza; es lo peor que le puede pasar a un atleta. Eso me generó muchas dudas en mi rendimiento.
¿Hasta qué punto?
Cuando creía que lo tenía controlado, se me vino todo encima a nivel mental ese fin de semana del Maratón de Sevilla: mucha ansiedad, falta de concentración... No era yo, estaba ahí mi cuerpo, pero mentalmente no era yo. Ahí fue cuando ya dije: 'No puedo seguir así, tengo que hacer un cambio'. Había perdido la ilusión y la sonrisa. El Javi Guerra que conocía la gente había desaparecido, iba por inercia. Me junté con los míos porque había que tomar una decisión. Y lo tuvimos claro: volver con Antonio Serrano.
Antonio Serrano, el primer español en bajar de 2h10' en maratón, es como entrenador una garantía de éxito en los 42 km y 195 m. Él fue el encargado de acompañar a Javi Guerra hasta tocar techo en 2020, al igual que antes había ayudado a atletas de la talla de Chema Martínez (subcampeón de Europa en 2010) o Alessandra Aguilar. Bastó una conversación en la Residencia Blume de Madrid para que Guerra y Serrano volviesen a unir sus caminos profesionales. "Cuando empezamos a hablar, era como si el tiempo no hubiese transcurrido. Esa sintonía pasa con pocas personas, y Antonio es una de ellas. Era como volver a encontrarme, recuperar esa sensación de confianza. Para mí, él siempre ha sido fundamental", reconoce Guerra.
El técnico manchego cuida todo al detalle para "que Javi Guerra dure los máximos años posibles". Sólo kilómetros útiles de entrenamiento y mucho descanso para minimizar los daños en los cartílagos de un hombre que lleva más de media vida en el asfalto. "Javi es muy profesional, el atletismo es su pasión. Ahí está desde los 17 años dándole y todavía va a llegar cerca de los 40 para tratar de correr en 2h8' en maratón. Tiene potencial para hacerlo en Valencia", comenta.
Esa marca es el objetivo con el que sueñan ambos, entrenador y atleta, pero hacer la mínima para el Mundial de Budapest del próximo verano ya sería un gran resultado. En agosto, Guerra tuvo que ver por televisión el Europeo, tras muchos años sin faltar a una gran cita veraniega. "La preparación está siendo muy buena, con entrenamientos y sensaciones que hacía tiempo que no tenía. Ojalá que el 4 de diciembre en Valencia pueda reencontrarme con la maratón y con mi esencia", comparte.
El segoviano jamás se confía en esta prueba: "Voy muy ilusionado, pero con el respeto de afrontar una distancia exigente, dura y, a veces, ingrata. Aunque ya haya corrido 14 maratones, esta será la número 15, le sigo teniendo el mismo respeto que a la primera de Coruña". Aquella primavera en la que empezó a escribir su leyenda en la ciudad gallega, en la que cuentan que nadie es forastero. Tampoco será un extraño en Valencia, su segunda residencia. Dicen que las batallas se libran con valentía, honor y nobleza. El segoviano es un ejemplo de todo ello. Habrá Guerra en el Turia. Ojalá ganen los buenos.