ATLETISMO

Quién es Kathrine Switzer y por qué hizo historia en el mundo del atletismo

Su valentía dejó una marca en la historia del deporte. Gracias a sus convicciones, se produjeron cambios fundamentales que hoy nadie cuestiona.

Kathrine Switzer en la famosa carrera donde un comisario intentó apartarla del pelotón./
Kathrine Switzer en la famosa carrera donde un comisario intentó apartarla del pelotón.
Alejandro Lingenti

Alejandro Lingenti

El nombre de Kathrine Switzer está grabado en la historia del deporte tanto por su valentía como atleta como por su audaz desafío a las normas sociales de la época. Su participación en el Maratón de Boston de 1967 rompió barreras para las mujeres en el atletismo y generó un movimiento que acabaría transformando las reglas del deporte en todo el mundo.

En los años 60, las mujeres no estaban oficialmente autorizadas a participar en muchas competiciones de larga distancia. Se creía que el cuerpo femenino no podía soportar el esfuerzo de carreras de más de 1.500 metros. Y la Maratón de Boston, una de las pruebas de mayor renombre mundial, era una de esas competiciones reservadas únicamente para los hombres.

Kathrine Switzer, una joven estudiante de periodismo y amante del deporte, no estaba dispuesta a aceptar estas limitaciones. Entrenaba regularmente con su entrenador, Arnie Briggs, un veterano del atletismo que también dudaba de la capacidad de las mujeres para completar un maratón, pero que cambió de opinión al toparse con la gran determinación de Switzer.

Quién era Kathrine Switzer

Nacida en Alemania en 1947, pero hija de dos estadounidenses, Katherine Switzer empezó su vínculo con el atletismo cuando estaba en la universidad. Por aquellos tiempos no permitían a mujeres federarse, aunque ella fue una más en los entrenamientos.

Comenzó a practicar deportes en su adolescencia (baloncesto y hockey sobre hierba), cuando estudiaba en Virginia, donde se instalaron sus padres no bien llegaron de Alemania.

Pero su relación con el atletismo se forjó mientras estudiaba en la Universidad de Siracusa (Nueva York), a fines de los años 60. En 1967 tomó la decisión de correr la maratón de Boston, a pesar de que su propio entrenador le dijo que le parecía "una locura".

Tras aquella participación en Boston que hizo historia, Switzer demostró que no le faltaba razón: siete años más tarde, en 1974, ganó la maratón de Nueva York. Después quedó segunda en otra edición de Boston (la de 1975, donde además consiguió su mejor marca personal: 2 horas, 51 minutos y 37 segundos) y logró cruzar la meta en otras 34 maratones en las que participó.

También fue una firme impulsora de la creación de la maratón olímpica femenina, que se materializó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. "Si quieres cambiar el mundo, corre un maratón", dijo alguna vez.

Cómo consiguió correr la Maratón de Boston

Para participar oficialmente, Kathrine se inscribió en la carrera utilizando únicamente sus iniciales: "K.V. Switzer". De este modo, evitó que los organizadores identificaran su género y consiguió obtener un dorsal para la carrera.

El 19 de abril de 1967, Kathrine Switzer, con el dorsal 261, comenzó efectivamente a correr el Maratón de Boston. Todo parecía ir bien hasta que uno de los comisarios de la carrera, Jock Semple, la vio en medio del pelotón de hombres. Furioso por la presencia de una mujer en la carrera, intentó detenerla, tomándola por los hombros y exigiendo que abandonara la prueba.

En las imágenes icónicas de aquel momento, reproducidas cientos de veces por medios de todo el mundo, se puede ver cómo el novio de Kathrine, Tom Miller (un lanzador de martillo), interviene y aparta a Semple para permitir que ella continúe la carrera.

Pese al incidente, Switzer no bajó los brazos. Siguió corriendo y completó los 42,195 kilómetros en 4 horas y 20 minutos. Aunque no fue la primera mujer en correr la distancia de un maratón (Roberta "Bobbi" Gibb lo había hecho un año antes de manera no oficial), Switzer sí fue la primera en hacerlo con un dorsal oficial, algo que amplificó el impacto de su proeza.

Qué cambios provocó

El gesto de Kathrine Switzer en 1967 generó un debate público sobre el papel de la mujer en el deporte. Las imágenes de Semple tratando de impedir que una mujer corriera el maratón recorrieron el mundo y provocaron indignación y apoyo a la igualdad en el deporte. A partir de ese momento, Switzer se convirtió en una defensora incansable de los derechos de las mujeres en las carreras de fondo.

En 1972, la Maratón de Boston finalmente abrió oficialmente sus puertas a las corredoras femeninas, en gran parte gracias a la presión social y a la incansable labor de Switzer. Este logro fue solo el comienzo de una revolución en el atletismo femenino. Las mujeres comenzaron a tener más acceso a competiciones deportivas y, finalmente, el maratón femenino fue incluido en los Juegos Olímpicos en 1984.

El propio Somple, que tras el insólito altercado que provocó se arrepintió y decidió encontrarse con Switzer para pedir disculpas por su injustificable actitud, colaboró con la creación de ese maratón femenino.

Kathrine Switzer también fundó programas como la serie de carreras 261 Fearless, en honor al dorsal que portaba aquel día histórico de 1967, con el objetivo de empoderar a las mujeres a través del running. También ha trabajado como comentarista deportiva en televisión.

Hoy en día, el nombre de Kathrine Switzer es sinónimo de igualdad de género en el deporte. Su valentía no sólo cambió las reglas del Maratón de Boston, sino que también inspiró a millones de mujeres alrededor del mundo a desafiar las barreras y limitaciones impuestas por la sociedad. Gracias a pioneras como ella, el maratón y otras disciplinas deportivas cuentan ahora con la presencia y el protagonismo de mujeres en las líneas de salida.

Swiatzer corriendo la Maratón de Boston de 2017.  REUTERS
Swiatzer corriendo la Maratón de Boston de 2017. REUTERS

Cuando cumplió 70 años, en 2017, Switzer volvió a la Maratón de Boston, donde no corría desde 1976. Tardó mucho más -algo lógico por su edad-, pero llegó a la meta en 4 horas 44 minutos y 31 segundos. Usó el mismo número de aquella vez que se produjo el famoso incidente de 1967 (que además fue retirado después de la prueba) y fue la encargada del pistoletazo de salida a las corredoras de élite femeninas.

Ese día de celebración, Switzer declaró que soñaba con ser alcalde de Nueva York. Y a los pocos días escribió un artículo para el periódico británico The Times donde aseguró: "Ya aprendimos que las mujeres no tienen deficiencias en resistencia y que para correr no se necesitan instalaciones ni equipos sofisticados: el maratón femenino ha creado un legado mundial".