Maribel Pérez se rompe al recordar cómo se enfrentó a la peor cara del acoso escolar: "Pasaba los recreos sola en los baños"
La plusmarquista española de 60 metros lisos se sincera sobre lo ocurrido en su infancia: "Los domingos lloraba a mi madre para no ir al colegio al día siguiente".

"Tristemente, de pequeña sufrí acoso escolar o bullying. Es una realidad que a mí me ha tocado sufrir. Bueno, a mí y a mi familia". Así comienza Maribel Pérez, la plusmarquista nacional de 60 metros lisos, a desvelar lo que vivió cuando apenas tenía diez años y que muy pocos conocen más allá de su núcleo familiar más cercano. Un recorrido por los pasillos y aulas de su colegio de la infancia que, como confiesa y confirma en el repaso a sus recuerdos, le sigue haciendo llorar.
"Yo era una niña normal, sacaba buenas notas, tenía mis amistades y todo bien. Hasta que, de buenas a primeras, todo se torció. Me tocó vivir el estar sola, el querer hacerte invisible... lo pasé muy mal", cuenta a la psicóloga Esperanza Martínez, de la Entrenamiento Mental Academy. "Mis años más malos fueron en la primaria. Empezó en 4º y más fuerte en 5º, porque ya cuando pasé a 6º, mi madre me cambió de cole. Esos últimos años de la primaria fueron bastante duros".
"Me acuerdo de querer ser totalmente invisible, de aislarme. De pasar los recreos en los cuartos de baño. Para mí, lo peor era el momento de estar sola con mis compañeros en un cambio de clase. Todo momento en el que no había un adulto presente, para mí eran los más difíciles. Yo quería desaparecer. Yo le lloraba a mi madre siempre. Cuando había excursiones, yo decía: mamá, no quiero ir. Y mi madre me decía que tenía que ir porque, claro, es que tenía que integrarme. Los domingos lloraba a muerte por no [querer] ir al colegio. Y no era por lo típico de un niño pequeño que no le gusta ir al colegio, es que yo me acostaba con ansiedad y con desasosiego".
"Me empezaron a machacar con lo típido: machirula"
Atleta internacional"Mi madre, la pobre mía, lo pasó muy mal. Y a día de hoy me dice siempre: ¿lo hice bien? Ella hizo lo mejor que pudo", cuenta la velocista sevillana mientras rompe a llorar al hablar de ella y sus conversaciones sobre aquellos momentos. "Yo esto nunca lo hablaba, como que lo tenía tapado y apartado ahí en una parte profunda. Yo realmente no era consciente cuando era pequeña que me estaban haciendo bullying, que me estaban acosando. A mí esto no me afloró [hasta que crecí], he sido consciente con los años, porque creo que no quería aceptarlo ni asimilarlo y lo haces cuando empiezas a recordar y rememorar experiencias. No sé cómo, en qué momento lo exterioricé ni qué me ayudó a exteriorizarlo ni a aceptarlo. De repente apareció en mi vida, implosionó y lo lloré... y lo sigo llorando".
Y es que el bullying surgió, como ocurre en muchas ocasiones, por un pequeño detalle de un día puntual y arremete contra cualquier figura, también contra un perfil de niña no habitual. "Yo era la más rápida de mi cole, ganaba a los niños. Y súper bien. En ese momento, la gente me escogía la primera para Educación Física. Había que hacer grupo, Maribel la primera porque era buena en el deporte".
Pero lo que le generó cierto respeto en el patio, terminó volviéndose en contra tras una cuestión puntual que le llevó a la peor cara del acoso escolar: "El bullying no empezó con el deporte, pero luego sí se me empezó a machacar por eso con lo típico. "Machirula". Como haces deporte, ya lo relacionan con tu orientación sexual. Y claro, en una niña que tiene ocho años, eso te trastoca. ¿Qué me estás contando? Yo no sabía ni siquiera ni que me gustaba, ¡pero si yo era una niña!". ¿Cómo era el día a día? "A mí lo que me hacían era escribirme notitas, papelitos o cosas de esas. No estaban las redes sociales, gracias a Dios vaya, porque si no es que... uf, es duro".
Maribel y su familia afrontaron una situación delicada y que en ocasiones es complicado de afrontar desde todas las partes. "Mi madre habló con el colegio y con las madres. Pero claro, tampoco puedes hacer mucho más. No te puedes meter a qué hacen ellos. No le puedes partir la cara al niño, pero te entran ganas de partirle la cara al niño. Y yo no sabía cómo frenar aquello, más allá de esconderme y que no me vieran, porque no sabes cómo pelearlo".
El único refugio de aquella niña estaba en la recta de la pista de atletismo, donde ha terminado siendo una de las mejores atletas españolas del momento y ha terminado representando la camiseta de la selección en Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos, de manera individual y con el 4x100 de ensueño en las últimas temporadas junto a Jaël Bestué, Sonia Molina-Prados, Paula Sevilla, entre otras.
"En atletismo, me sentía acogida"
"En mi caso, el acoso vino en el colegio. Allí yo no me integraba, no socializaba, yo me aislaba y yo quería desaparecer del mapa, yo quería ser invisible, que nadie me viera y yo no quería ni que me hablaran. ¿Qué pasa? Que te sientes muy sola y cuando estaba en el deporte, en atletismo, sí me sentía parte de algo, sí me integraba, sí me sentía yo, si me sentía acogida",
El calvario en el colegio terminó con un cambio de centro al final de la Educación Primaria, aunque seguramente a la propia Maribel le hubiera gustado antes."Yo se lo pedía a mi madre, cámbiame, quítame, no me lleves.... Esperó hasta que yo terminé 6º de Primaria, donde ya la cosa se tranquilizó bastante, y fue ahí ya cuando pasé a otro colegio".
🔥 ¡@Misabel_perez solo sabe batir récords de España! Del 7.17 de las semis al 7.16 de la final. #CEatletismoPC
— Teledeporte (@teledeporte) February 26, 2022
💪 @bercavi100 sigue de dulce y gana el campeonato de España de 60m masculino. pic.twitter.com/9KElZJGRtR
Ahora, Maribel desprende seguridad, fortaleza y empoderamiento. Su mirada en los tacos de salida son sinónimo de dominio y energía, pero quizás la Maribel de hoy no sería la misma sin su etapa más difícil, como ella misma recooce: "Yo soy quien soy por las experiencias que he tenido en mi pasado y por haber tenido que haber pasado por esa experiencia traumática. Y volvería a pasar otra vez y volvería a pasar de verdad. Sí, fueron años malos, pero esos años malos me han hecho ser quien soy ahora. No voy a dar gracias a la vida por haber pasado un bullying o haberme acosado, pero tampoco lo cambiaría a día de hoy".