Qué pasó con el padre de Jakob Ingebrigtsen y por qué sus hijos le han llevado a juicio
El mediofondista ha contado cómo pasó su infancia y adolescencia marcado por el miedo.

Jakob Ingebrigtsen es un atleta legendario. Uno de esos pocos elegidos para cambiar el rumbo de la historia. Es el máximo exponente de la llamada escuela noruega. Una forma de entrenar que puso de moda el lactato no solo en el tartán, sino en todos los deportes de resistencia. El de Sandnes posee además una mentalidad caníbal, comparable a la que por ejemplo tiene Tadej Pogacar en el ciclismo. Quiere ser el mejor de la historia y, para ello, quiere dominar toda la competición a la que se presenta.Ganó el oro olímpico en 1.500 en Tokio 2020 y repitió metal en París 2024, aunque lo hizo en los 5.000 metros. También lo ha intentado con la media maratón y sus planes pasan por dominar varias distancias.
En realidad, la familia Ingebrigtsen se compone de siete hermanos. Tres de ellos, Henri, Filip y Jakob, son atletas. Todos ellos mediofondistas, de hecho. Los Ingebrigtsen supusieron una auténtica revolución en el atletismo, sobre todo porque pusieron en jaque el dominio tradicional de los atletas de origen africano en el 1.500. Todos ellos fueron entrenados por su padre, Gjert Ingebrigtsen. Un personaje clave en su desarrollo, pero con un lado siniestro que fue denunciado por sus propios hijos.
Qué pasó con el padre de Jakob Ingebrigtsen
En 2023, Jako Ingebrigtsen y sus hermanos denunciaron públicamente a su padre Gjert de maltratos durante su infancia. Lo hicieron por medio de una carta publicada en el diario Verdens Gang, donde relataban la estricta educación que recibieron durante su infancia y que, según relataron, incluyó episodios de "violencia física".
"Escribir ahora lo que estamos a punto de escribir duele, en muchos sentidos. Duele porque afecta a una persona que ha significado mucho para nosotros y nuestra carrera. Hemos crecido con un padre que ha sido muy agresivo y controlador y que ha utilizado la violencia física y las amenazas como parte de su educación", decía la misiva.
"Todavía sentimos el malestar y el miedo que nos ha acompañado desde la infancia. Hemos vivido con ello y, en la edad adulta, hemos seguido adelante. Al menos eso pensábamos. Mirando hacia atrás, nos damos cuenta de que fue ingenuo. Hace dos años volvieron a ocurrir las mismas agresiones y castigos físicos y eso fue la gota que colmó el vaso. La situación que hemos pasado en la familia era inaguantable y deberíamos haber parado antes. La presión que hemos sentido ha sido inhumana. Nos quedamos sin energía y la alegría de practicar deporte se fue", añadieron.
Aunque no fue una denuncia formal, las autoridades noruegas actuaron de oficio y llevaron el caso a juicio. Además, un familiar cuya identidad no trascendió al público sí que interpuso una denuncia formal. Poco a poco se han ido conociendo más detalles sobre la dureza que sufrió Jakob Ingebrigtsen durante sus años formativos. Por ejemplo, el escrito de la acusación recoge episodios que incluyen episodios como patadas en el estómago o tortazos en la cabeza, algunos sucedidos cuando Jakob Ingebrigtsen apenas tenía ocho años. El atleta los ratificó durante su intervención en el juicio.
La declaración de Jakob Ingebrigtsen contra su padre
De hecho, el atleta, que llegó a testificar después de ganar el Mundial en pista cubierta en las distancias de 1.500 y 3.000 metros, no escatimó detalles para describir la tortuosa relación con su padre y exentrenador. "Mi infancia estuvo marcada por el miedo. Todo estaba controlado y decidido por mi. Hubo una gran cantidad de manipulación. Cuando era adolescente nunca tuve voz ni voto en ningún asunto", dijo ante el juez.

Además recordó varios episodios en los que su padre se propasó contra él. Dos sucedidos en 2008, cuando Jakob tenía ocho años. Uno a causa de un aviso por mal comportamiento en el colegio y otro por llegar tarde a una carrera. En ambos, según el atleta, su padre le golpeó en la cabeza repetidas veces. Un año más tarde, después de sufrir una caída con un patinete, Gjert Ingebrigtsen le habría propinado una patada en el pecho a su hijo.
"Yo estaba tirado en la cocina, mirando al suelo. Él estaba de pie sobre mí, gritándome que era un mentiroso y que mentía durante lo que parecía un largo rato, antes de que empezara a golpearme en la cabeza... Intenté protegerme de la violencia, antes de que me agarrara las manos, las pusiera en los costados, y después me siguiera golpeando en la cabeza. No sé exactamente cuántas veces me golpeó, pero cuando me quedé ahí parado, siento que fue mucho tiempo. Entre 10 y 20 veces, en las que simplemente intenté protegerme", relató acerca de uno de esos episodios de violencia.
Los hermanos Ingebrigtsen rompieron definitivamente con su progenitor en 2022. El episodio que desencadenó la ruptura fue un supuesto episodio de violencia sobre su hermana menor, Ingrid Ingebrigtsen, también atleta y que entonces tenía 15 años. Sucedió cuando ellos se encontraban fuera de casa, concretamente entrenando en Sierra Nevada. Ingrid también testificó en el juicio contra su padre, donde relató el primer episodio de violencia que sufrió. Según contó en sede judicial, Gjert le golpeó en una ocasión en la cabeza por haberse olvidado de un monitor de ritmo cardiaco.
Durante todo el proceso, Gjert Ingebrigtsen se ha declarado inocente y ha negado todos los cargos que pesan sobre él.