ATLETISMO

Ana Peleteiro se sincera en El Hormiguero y cuenta cómo convive con el dolor: "Antes de la final me infiltraron Voltaren"

La flamante campeona de Europa de triple salto en pista cubierta ha visitado este lunes el programa de Pablo Motos.

Ana Peleteiro, en El Hormiguero./ANTENA 3
Ana Peleteiro, en El Hormiguero. ANTENA 3
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Solo tres días después de volar bajo el techo de Apeldoorn hasta los 14,37 metros y, con la mejor marca europea del año, colgarse su tercer oro continental en triple salto, segundo consecutivo tras el conseguido el año pasado al aire libre en Roma, Ana Peleteiro ha sido la estrella invitada a 'El Hormiguero' este lunes.

"Qué difícil me lo habéis puesto", ha confesado la gallega nada más arrancar el espacio presentado por Pablo Motos, en referencia a que la cita quedó cerrada antes de que conquistara el título continental en Países Bajos. "Me decían que iba a ser fácil y mira... ¡Fácil no es! Iba líder europea del año, sí, pero tenía la rodilla al 70%, había mucha presión... Es complicado".

"Yo que en las competiciones no suelo estar mucho con el móvil, justo antes de dormir el día antes de la final cogí el teléfono y me salió la notificación de que iba a El Hormiguero", ha recordado entre risas. "Claro, silencié el teléfono al momento. Pensé, esto va a ser... La gente va a decir, esta flipada ya está avisando que va a ir al programa antes de ganar la medalla".

Sea como fuere, Peleteiro cumplió con las expectativas y regresó a España con otra medalla de oro continental. Y lo hizo, además, pese a los dolores. "Estoy compitiendo con dolor", ha sentenciado la atleta gallega en Antena 3. "Tengo molestias, pero por suerte hay un equipo detrás que me lleva entre algodones y me permite que no sean dolores incapacitantes".

Es en ese momento cuando Pablo Motos ha interrumpido a la atleta para preguntar: ¿Cuánto te duele del cero al diez? "Pues mira, depende del día", ha replicado Peleteiro. "Por ejemplo, el día de la final de Apeldoorn por la mañana pensé que no podía competir. Me levanté con muchísimo dolor. De hecho, me pusieron infiltraciones de Voltaren, me hicieron masajes... Todo, a horas de salir a competir".

"En competición no me molestó, y al día siguiente la adrenalina me hizo estar sin dolor, pero a las 30 horas de la final ya estaba bastante chunga", ha añadido la gallega. "Al final, el triple salto es muy, muy lesivo. En los dos saltos previos a la arena, el peso de cada persona se multiplica por 14 o 15. Es un impacto inmenso, el más grande que existe en el atletismo... ¡Es horroroso!".

La final de Apeldoorn empezó con un revés

Más allá de sus dolores, Peleteiro ha repasado cómo vivió la final europea del pasado viernes. "No fue un saltazo en realidad", ha corregido a Motos respecto a su marca de 14,37 metros. "Yo iba mentalizada en hacer un saltazo de inicio y luego sentarme y rezar a todos los santos posibles [ríe], pero por primera vez en mi vida empecé con un nulo de menos de un centímetro".

"Me quedé con muchísima rabia. Dije, me cago en la mar... Ese primer salto era de 14,60 o 14,70 metros", ha explicado. "Al final, en una final se hacen los seis saltos en 40 minutos. Es como una carrera de 60 metros. Todo va muy rápido. Se juega todo en los tres primeros saltos, y yo siempre suelo tener mi mejor marca en el cuarto salto".

"Aun así, hice mucho trabajo mental para poder abrir con un buen salto. Me salió nulo y me empecé a rayar", ha señalado. "Cuando en el quinto salto pude llegar a los 14,37 dije, vale, no es lo que quería pero bueno, creo que me puede dar para conseguir el oro, así que me quedo satisfecha".

"Yo es que, además, gracias a Dios soy una mujer de competición", ha apuntado Peleteiro, consciente de su poder cuando los focos la apuntan. "En los entrenamientos creo que nunca he saltado más de 14,20. No llegas a esos puntos de adrenalina, de emoción... Eso te lo da la competición. Y yo saco esa versión en los momentos clave. ¿15 metros? Hombre, claro, es mi objetivo. Si lo consigo algún día... No sé si puedo decir lo que haría en horario infantil [ríe]. ¡Me vuelvo loca!".