Una pregunta sobre política a Álvaro Martín acaba con una llamada de auxilio sobre Extremadura: "Perdona que me pare aquí un poco"
El medallista español en París reflexiona en 'El Vestuario' sobre lo duro que es para su entorno tener que dejar su tierra en busca de un futuro alejado de su voluntad.

Todo el mundo sabe que el aura de Álvaro Martín trasciende a la pura competición deportiva y que es un escudero para sus compañeros y azote para muchos despachos bajo la sombra de sospecha. No en vano, tras anunciar su retirada en lo más alto (ganó dos medallas en los JJOO de París) ha sido nombrado como uno de los integrantes de la nueva comisión de la lucha contra el dopaje. Lo que no se conoce tanto es que el discurso de Álvaro también trasciende fuera del deporte y llega hasta la política. De hecho, es objetivo de los partidos políticos de Extremadura desde bien joven, todo una punta de lanza para las listas de la región. De ello ha hablado en el último episodio de El Vestuario de Relevo con Quique Peinado (ahora también disponible para escuchar en Spotify), en el que ha terminado haciendo una reflexión desalentadora sobre su región pero a la vez un poco distinta a la que estamos acostumbrados a oír en los medios de comunicación.
Creo que no fallo si digo que en este tiempo has tenido contacto con políticos, ¿no?
Sí, de todas las ideologías.
Claro, al estar en tu posición has tenido contacto con muchos. Estoy absolutamente convencido de que de una manera o de otra te han tanteado un poco.
Sí, claro. Y me han ofrecido cosas.
¿Qué te han ofrecido?
A mí me han ofrecido, por ejemplo, en Extremadura, entrar en el Parlamento, en la Asamblea, digo, tanto de izquierda como de derecha.
Entrar en una lista.
Sí, entrar en listas, sí, sí. Varios partidos.
¿Puedes decir cuáles?
Tampoco hay mucho en Extremadura. O sea, que la gente se puede imaginar.
¿Todos?
Todos no, hombre. Vox no ha llamado a mi puerta. Pero, al final...
Perdóname que lo ponga a tierra. El PP te ha llamado para entrar en su lista de Extremadura.
Me ha tentado, sí.
El PSOE
El PSOE también me ha tentado. Y Podemos y Sumar también.
Y has dicho que no, ¿por?
Porque siempre he pensado, es que parece que no estoy preparado. Es que, imagínate, cuando me lo ofrecieron la primera vez, yo tenía 24 años, con 24 años en la Asamblea de Extremadura.
¿Quién fue?
Podemos y yo no estaba en los primeros puestos en la lista ni por asomo, pero tú dices: ¿no habrá gente más preparada que debería estar en la lista? Yo lo vi así, me decían que no, que tenían mi formación… y luego también hay que entender, no es el caso de Podemos, pero otros partidos también han intentado ver mi imagen más que lo que yo haya estudiado, ¿sabes? Porque si me dijeran: "Es que hemos visto lo que has estudiado, has dado una charla o hemos visto que has hecho un artículo y nos encanta", pero no es así. Es que eres deportista, eres joven y mira, nos interesa.
¿Y tú crees que algún día vas a aceptar?
No.
¿Nunca vas a entrar en política?
No, yo estoy haciendo política pero para eso no hace falta ser político, porque yo estoy en muchas asociaciones metido. Esa es mi forma de hacer política, creo que para la política hay que tener una vocación que yo no tengo y también imagínate si me dijesen de entrar en el Congreso de Diputados. Es que yo creo que habría gente muy por encima mía que le estaría quitando el puesto bueno.
Hay otra gente muy por abajo que está ahí también
Que se haga mal en un sentido no significa que yo lo haga también.
¿Te han preguntado directamente por tu ideología antes de ofrecerte?
Algunas veces me han dicho: "¿Y tú qué opinas de nosotros? O "¿Estás de acuerdo con lo que pensamos? Pero ya te digo que, por ejemplo, a lo mejor puedo tener más sintonía con la izquierda y a lo mejor eso para Podemos o Ciudadanos en su momento no era un impedimento. Por eso también entiendes que quieren más tu imagen que lo que puedas aportar, en este caso al partido o lo que sea.
No sé si es un mundo para alguien la política institucional, pero igual para ti…
Yo creo que no. Además está el problema de la disciplina de partido que a mí me gustaría romper muchas veces, entonces creo que con lo follonero que soy creo que no valdría.
Oye, y la primera vez que te lo ofrecen ¿cómo te quedas?
Pues es chocante, te sientes halagado y lo primero que sale es un, "Sí, venga, para adentro", pero luego piensas: "No no no, sé si listo, sé cauto porque no estás preparado". Además que al principio parece muy chulo pero es que a la política se va a trabajar y yo estando además en activo no voy a poder trabajar lo que me gustaría.
¿Echas de menos Extremadura?
Sí, muchísimo.
¿Todos los días?
Como se dice ahora, Extremadura es mi 'imperio romano'.
Claro, si vas a vivir en Madrid no sé si el proyecto futuro sería volver a Extremadura.
Me encantaría, pero eso no es algo que yo pueda decidir, porque al final si yo quiero buscarme un buen trabajo a lo mejor en Extremadura no está, y esa es la pena. No es mi caso, pero muchos amigos míos a los que les gustaría trabajar en Extremadura no están porque su profesión es de ingeniero.
Y luego llegar en tren está jodido también.
Sí, el problema del tren, y perdona que me pare aquí un poco, Quique, es que solo se habla del AVE, y el problema de mi tierra es que no solo necesita el AVE, que creo que no es la prioridad, sino que esté vertebrada correctamente. Vertebrada quiere decir que yo que soy del sur pueda ir al norte en tren, o los que están en el oeste al este, porque al final la provincia de Badajoz es la provincia más grande de España, enorme, y hay una desconexión total entre los diferentes pueblos por la enorme distancia. Es que a lo mejor con un ALVIA nos bastaría, independientemente de que el AVE es necesario por conectar a Madrid y Lisboa pasando por Extremadura, pero que yo veo antes el vertebrar mi tierra. Además no puede ser que España, que es potencia mundial a nivel de ferrocarriles, tenga una de sus regiones con un tren que es como una aventura. Te pones un sombrero y es como Indiana Jones.
Yo no entendí eso muy bien hasta que yo trabajé dos veranos en Cáceres como jefe de prensa del campus de José Manuel Calderón. Y entonces, claro, la mayoría de los profesores del campus, de los entrenadores, eran extremeños y jóvenes. A mí me chocó muchísimo el ver cómo mucha gente allí tiene tan interiorizada la posibilidad de: «o me saco una posición de funcionario o me tengo que ir». Me pareció terrible pensar que hay gente en mi país aquí al lado que solo tenga esas dos opciones, muy doloroso.
Es que además no solo pasa en Extremadura. Esto es un mal endémico porque lo que no puede ser ahora es que una cosa bonita que nos trajo la pandemia, que era el teletrabajo, se está olvidando. Necesitábamos desplazarnos a una oficina obligatoriamente, cumplir un horario, y era una oportunidad para nuestros territorios de quedarse en tu tierra, pero parece ser que con el paso del tiempo se nos está olvidando el teletrabajo y es más restrictivo. Las oportunidades se han disipado, aunque es verdad que mi tierra tiene que crecer a nivel de, no solo ser funcionario, sino ser atractiva para diferentes empresas. Yo tengo una hermana en ingeniería química que sé que no va a trabajar en Extremadura. Otra hermana está en ingeniería aeronáutica; tampoco va a trabajar en Extremadura. Es una pena porque al final, por ejemplo, la Universidad de Extremadura forma muy buenos profesionales que al final se convierten en mano de obra cualificada camino de otra parte del país.