ATLETISMO

Los recuerdos de Glory Alozie, la vallista que se enamoró de Valencia: "Me gustaría poder entrenar en España"

La campeona de Europa de 100 metros vallas rememora sus años de éxito vistiendo los colores del equipo español tras cambiar de nacionalidad.

Glory Alozie, campeona de Europa de 100 metros vallas en Múnich 2002./GETTY
Glory Alozie, campeona de Europa de 100 metros vallas en Múnich 2002. GETTY
José M. Amorós

José M. Amorós

Los aficionados al atletismo la siguen teniendo en la memoria por su personalidad y éxitos en la década de los 2000. Nacida en Nigeria hace 46 años, Glory Alozie llegó a España a principios de 1997 para entrenarse junto a Rafa Blanquer en Valencia. En las orillas del Mediterráneo se formó como una estrella internacional llegando a ser subcampeona del mundo en Sevilla 1999 y subcampeona olímpica en Sídney 2000 defendiendo la bandera de su país de origen.

Menos de un año después de subir al podio olímpico, la vallista, ya adaptada a su nuevo hogar, quiso premiar el cariño del atletismo español cambiando de colores. "Me sentía española", nos confiesa recordando aquella difícil decisión que llegó a consultar a sus padres. Las prisas la llevaron a ir al Europeo en pista cubierta de Viena en 2002 y colgarse un oro que terminaron quitándole porque no tenía el permiso de competir por España todavía. El cambio de nacionalidad llegaría poco después para que, ese mismo verano, se proclamara campeona continental en Múnich en los 100 metros vallas. Después llegarían dos platas mundiales en los 60 metros vallas que caían como oros en el medallero español.

Relevo la ha buscado para conocer qué fue de una de las estrellas de nuestro atletismo de hace 20 años que ha conseguido retener la admiración. Glory nos atiende por videollamada desde Nigeria, donde ha ido a visitar a su familia, y con un sinfín de problemas de conexión que no evitan poder rememorar sus recuerdos, su cariño al país que la acogió y al que estaría dispuesta a regresar.

¿Qué es de Glory Alozie?

Cuando acabé mi carrera deportiva, hice un curso de entrenadora nacional, que es el nivel más alto en España. Ahora vivo en Inglaterra y me dedico a entrenar a unos niños en un club. Cuando llegué aquí hice otro curso con la federación de Reino Unido para poder entrenar aquí. Me gusta tanto el atletismo, que quería seguir en la pista y, claro, como ya no puedo correr, decidí ser entrenadora. Y me está gustando.

Glory Alozie y su grupo de entrenamiento en el Reino Unido. GLORY ALOZIE
Glory Alozie y su grupo de entrenamiento en el Reino Unido. GLORY ALOZIE

O sea, no has dejado el atletismo en ningún momento, ¿no? Cuando terminó tu carrera querías ser entrenadora, lo tenías claro.

La única manera de quedarme en el atletismo era siendo entrenadora. Cuando me retiré, no me gustaban las carreras de veteranos, entonces tomé la decisión de ser entrenadora y eso estoy haciendo.

Si te parece, repasamos un poco, volvemos 20 años atrás. ¿Cómo recuerdas tu llegada a Valencia?

Llegué a España y yo no sabía hablar castellano. Llegué hablando sólo inglés y el problema más grave que tenía era el idioma. Menos mal que vivía con mi entrenador, Rafael Blanquer y su mujer, Begoña Iglesias. Gracias a vivir con ellos en su casa, me enseñaron a hablar español. Al principio, tampoco me entendían y nos comunicábamos con señales y gestos.

¿Cómo era tu vida aquí?

Vivía muy bien. Solo tenía que entrenar, correr, descansar y poco más. También comiendo bien, como una atleta. Estaba entrenando bajo el programa de Rafa, que era muy bueno. Todo me iba bien, tenía fisio, tenía de todo y lo pagaba el Club de Atletismo Valencia Tierra y Mar. Mi trabajo era correr, comer y descansar. Por eso, pude conseguir todo lo que logré en aquellos tiempos.

¿Por qué terminaste viniendo a España, qué fue lo que trajo a Valencia?

Todo empezó con mi viaje campeonato del mundo junior en Sídney (Australia) en 1996. Allí me encontré y conocí por primera vez a Julia García. Quedé segunda y gané la medalla de plata. Yo en Nigeria apenas podía entrenar, mi entrenador allí era cubano y volvía a su país. Se lo conté a Julia y fue ella quien me trajo a España. Habló con Rafa para decirle que tenía a una atleta de vallas que buscaba donde progresar y aceptó. 

Tu llegada a Valencia sería un cambio total a tu vida hasta ese momento. ¿Cuánto de importante fue ese cambio y qué fue lo que más te sorprendió?

Cambió mucho. Tuve que acostumbrarme a muchas cosas. Por ejemplo, la comida. Lo que se come aquí en Nigeria es diferente a la comida de Valencia. Aquí en Nigeria, aunque tenemos un arroz que se llama jollof, allí descubrí la paella, que a mí me encanta. Me gusta mucho cómo hacen la paella en Valencia. También el idioma, como he dicho. Yo hablaba en inglés y la gente no habla inglés. Todo era un poco diferente y he tenido que acostumbrarme a todo. Gracias a Rafa [Blanquer] y a su mujer pude adaptarme rápido.

Atiendes a Relevo desde Nigeria. ¿Sueles ir mucho a tu país de origen?

He venido de vacaciones a visitar mi familia, mis padres, mis hermanos... Ellos siguen viviendo aquí en Nigeria.

Rafa Blanquer no dudó...

Rafa es tan bueno... Como entrenador es el mejor, no hay otro como él. Pero Rafa no es solamente un entrenador, es todo. Rafa es un padre, Rafa es un amigo, Rafa es alguien de confianza. Me alegro mucho de haberme cruzado con Rafa. Le doy las gracias a Julia por llevarme a entrenar con él.

"Rafa Blanquer es mi padre de adopción"

Glory Alozie Exatleta

¿Sigues en contacto con Rafa?

Nunca he perdido el contacto con mi entrenador. Rafa Blanquer es mi padre adoptado y mi madre es Begoña. Con ellos, siempre estaré en contacto. Nunca se me van a olvidar. 

Entrenando en Valencia, te proclamaste subcampeona olímpica en el año 2000 y del mundo en Sevilla 1999 vistiendo los colores de Nigeria. ¿Por qué decides nacionalizarte española?

Antes de nacionalizarme, ya vivía en Valencia. Para mí, aunque era nigeriana, ya me sentía española. La gente me acogió, me amó, me trataron bien. Sólo faltaba ser oficialmente española. Mi club estaba aquí, mi entrenador Rafa también y mi trabajo. Todo estaba en Valencia. Decidí nacionalizarme para hacer mi carrera deportiva en España. Me sentía mucho mejor como española.

Todo son buenas palabras a cómo te trataron.

A mí me encantó cómo me trataron. Era la única que era nigeriana o extranjera, todos los que entrenaban conmigo eran españoles. Viajábamos juntos, entrenamos juntos y me acogieron tan bien... No me discriminaron, nadie me trató mal. Yo seguía siendo nigeriana, pero ya me empezaron a ver como una española más aunque todavía no tenía la nacionalidad.

Desgraciadamente, 20 años después han cambiado algunas cosas. Algunos deportistas sufren racismo en los recintos deportivos o a través de las redes sociales. Vinicius, Katir... ¿No pasaste por un episodio así?

No. Cuando iba a competiciones internacionales, la gente siempre me apoyó y me mandaban ánimos desde España. Me valoraron mucho y me sentí muy bien. Nunca me pasó nada parecido ni a nivel de club, ni tampoco a nivel de nacional o con la selección. Lo sigo agradeciendo mucho a día de hoy y quizás también por esto quiero tanto al país y a su gente.

¿Por qué te marchaste de Valencia al final de tu carrera deportiva?

La verdad es que me encanta muchísimo España y me gustaría estar allí. Me tuve que marchar porque mi marido no tenía trabajo y pudo encontrar en Inglaterra. Al principio, yo seguí en Valencia, pero al final me vine a vivir con él. Tenía que ir con él. Así, ambos podíamos tener trabajo en el mismo sitio. A día de hoy estoy bien, pero sigo pensando que España es mi casa. A mí me encanta España. Su comida, la gente... es que todo allí en España me encanta. No he salido de España porque no me gustara, sólo ha sido para que pudiéramos trabajar mi marido y yo.

Te iba a preguntar si fuiste feliz en España, pero ya intuyo la respuesta.

Sí, muy, muy feliz. Cuando estás en un lugar que quieres mucho, no tienes opción a no ser feliz. Me trató bien todo el mundo, hasta la Generalitat o hasta la gente del Ayuntamiento. No tengo nada de qué arrepentirme. Me encanta España, los españoles son gente alegre, que te quieren. Me apoyaron mucho también durante mi carrera y por eso pude llegar a conseguir lo que conseguí. Estando tan feliz, era todo más fácil.

Las declaraciones de la polémica

Hace algunos años, llegaron a España unas presuntas declaraciones tuyas en las que se afirmaba que te arrepentiste "pronto" del cambio de nacionalidad pero ya no había vuelta atrás, que tomaste la decisión por la presión de los compañeros... ¿Fueron ciertas?

Tú sabes que la gente siempre busca historias, busca maneras de fastidiar a la gente. Yo decidí correr por España y eso no significa que renegara de ser nigeriana. Seguía siendo nigeriana, pero mi país de adopción me quiere y yo también le quiero. No sé cómo salió eso.

Entonces, nunca nadie te presionó para ser española.

No, eso nunca. Nadie me presionó. Me nacionalicé en edad adulta y fue una decisión mía. Hablé con mis padres y les pareció muy bien. Tampoco hay nada más. Si dijera que me arrepiento de nacionalizarme para ser española, eso es un engaño. No puedo decir eso. España y la Real Federación Española de Atletismo me trataron bien. No puedo decir lo contrario, imposible.

¿Te gustaría volver a España?

Claro, la verdad es que sí. Me encantaría, porque te digo una cosa: he estado en Inglaterra, en París y en otros lados. Para mí, lo mejor es España, porque te sientes como en casa. He tenido que venirme a Inglaterra por narices, pero en mi corazón está España. Si encontrara un trabajo allí, volvería.

Muchos deportistas dicen que, cuando se retiran, la gente les olvida rápido. Pasan de ser ídolo a que nadie se acuerde de ellos...

Cuando uno está ahí arriba, haciendo cosas y teniendo éxitos, todo el mundo quiere ser tu amigo, quiere quedar contigo, te quiere y se acuerdan de ti. Cuando eso pasa, te olvidan. Puedo decir que eso no solamente ocurre en España, eso es natural y pasa en todo el mundo. Por ejemplo, cuando gané la medalla de oro en el Campeonato de Europa de Múnich en 2002, salí en las portadas del periódico y la gente se me acercaba. Cuando terminas con tu actividad, eso ya no pasa.

Fuera del fútbol, la mayoría de deportistas no consiguen ganar lo suficiente para "vivir el resto de su vida". ¿Cuál fue tu situación?

Yo he tenido que trabajar. En el atletismo no se gana mucho, salvo que seas una estrella muy grande e histórica. Se gana muy poco dinero, por muy duro y fuerte que entrenes no consigues ganar como los futbolistas. El atletismo no ha llegado a este nivel.

¿Sigues viendo al atletismo español?

¡Sí! Sigo lo que hace 'Paulita' [Paula Blanquer, hija de Rafa]. La verdad es que, en general, en España se está llegando muy lejos en los últimos años. La gente va batiendo récords, incluso de diferentes categorías como Sub-18, Sub-20 y absoluto. Los atletas españoles son muy buenos.