ATLETISMO

Vanderlei de Lima vuelve a la maratón de Atenas dos décadas después de ser atacado camino del oro olímpico

El brasileño disputará la prueba de la capital griega con el objetivo de "revivir cada kilómetro de aquel 29 de agosto de 2004".

Vanderlei Lima, atacado durante el maratón olímpico de 2004 cuando iba camino del oro./AFP
Vanderlei Lima, atacado durante el maratón olímpico de 2004 cuando iba camino del oro. AFP
José M. Amorós

José M. Amorós

Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 fueron elegidos para pasar a la historia como la vuelta a casa del Olimpismo, con más de un siglo de vida y como un producto internacional lejos de los locos tiempos de la creación de Pierre de Coubertin. Aquella 28ª edición tuvo muchas imágenes para el recuerdo, como la irrupción de un joven llamado Michael Phelps con seis oros y sus ocho primeras medallas olímpicas, el histórico oro de Argentina en baloncesto derrotando al invencible Dream Team estadounidense en semifinales o el doblete 1.500-5.000 del marroquí Hicham El Guerrouj.

Es mucho decir, pero ninguno de estos logros quedó en el recuerdo como lo sucedido con el brasileño Vanderlei de Lima en la maratón masculina. Cruzando el kilómetro 36 de aquel recorrido olímpico, la preciada y ansiada medalla de oro olímpica comenzaba a coger forma en el pecho del cruzeirense. Sacaba unos 30 segundos al grupo perseguidor, donde marchaban los favoritos sorprendidos por un increíble Vanderlei que venía con la confianza del triunfo panamericano el año anterior.

Fue entonces, a falta de 6 kilómetros del estadio Spyros Louis, que heredaba el nombre del oro olímpico de la distancia en los primeros Juegos de la Modernidad en 1896, cuando fue atacado por un espontáneo disfrazado con el traje típico irlandés. ¿Quién era? Un exsacerdote llamado Cornelius Horan que saltaba entre el público y se abalanzaba para romper el sueño dorado del brasileño de 35 años sin motivo aparente. "Fue un hecho impactante para mí, una descarga negativa de adrenalina, pero intenté buscar la energía para volver a la prueba", recuerda Vanderlei casi dos décadas después.

El brasileño, aturdido, volvió a la calle de la que había sido empujado gracias a la ayuda de Polyvios Kossivas, un espectador que le quitó de encima a su agresor. Sin ritmo, en shock por lo que acababa de ocurrir y aún confuso de lo que acababa de ocurrir, no pudo aguantar la ventaja sobre sus rivales y fue superado poco después por el italiano Baldini, a la postre oro, y el estadounidense Keflezighi. "No quería desistir, era el momento más importante de mi carrera, de mi vida". Pese a lo que acababa de ocurrir, no se vino abajo, miró el lado positivo y entró en la línea de meta haciendo zigzag de alegría.

Su ejemplo terminó siendo admirado y aplaudido en todo el mundo, tanto es así que 12 años después fue el elegido para encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de su país, Río 2016. Su nombre entró de lleno en el diccionario de los valores del deporte.

El retorno a Atenas

El próximo domingo, casi dos décadas después, Vanderlei de Lima vuelve a Atenas y lo hace para correr la maratón de la ciudad que le colocó en las portadas de todo el mundo por culpa de una agresión. "Quiero revivir cada kilómetro de lo que viví el 29 de agosto de 2004, ese es mi objetivo", señala el protagonista a pocas horas de volver a colocarse en la línea de salida de la capital griega.

La cita será especial para él. Lleva meses preparando su cuerpo para someterlo al esfuerzo voraz de la maratón y, como ocurrió en aquellos días del verano olímpico, lo está haciendo con el mismo entrenador que entonces, su compatriota Ricardo D'Angelo. "Nunca pude imaginar que justo antes de cumplir 20 años de mi conquista, iba a poder vivir este momento como si fuese 2004", confiesa.

A las 8:00 de la mañana de este 12 de noviembre de 2023, Vanderlei volverá a colocarse en la línea de salida, en esta ocasión en la llanura de Maratón, la localización que le da el nombre a su prueba para recorrer la distancia que le separa del mítico estadio Panathinaikó, cuna del Olimpismo. Con 54 años y lejos de la forma que le hizo merecedor de ser campeón olímpico, el objetivo será completar los 42,195 kilómetros sin incidencia alguna para poner un punto y final a su leyenda en Atenas.