Tres directrices clave, un "te lo dije" y la confianza de que "unidos" podían ganar fueron la receta del éxito del Dreamland Gran Canaria
El anfitrión es el primer no cabeza de serie que pasa a semis en esta edición de la Copa, tras siete años sin hacerlo.
![El Dreamland Gran Canaria celebra la victoria ante el Valencia Basket haciendo el aplauso griego. /ACB PHOTO](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/15/media/cortadas/granca-celebra-pase-semis-copa-acb-RzT6cEQ7rKaPhff8Gi3uSMM-1200x648@Relevo.jpg)
Gran Canaria.- Faltaban todavía un par de minutos para que sonase el bocinazo final en el Gran Canaria Arena cuando este ya se había convertido en una fiesta. La grada coreaba al unísono el ya mítico grito de "pío-pío" mientras el crono corría para proclamar de forma oficial la victoria del Dreamland Gran Canaria ante el que para muchos era el favorito: un Valencia Basket que sigue pagando la maldición canaria. Y es que ya va casi una década (desde abril del 2016) que el conjunto taronja no sabe lo que es ganar en el Gran Canaria Arena.
En ese momento, un mensaje de WhatsApp de un seguidor del Granca avisaba con un "te lo dije" de que dentro de la hinchada confiaban en que el guion de partido terminase de esta manera. Incluso hubo algún que otro directivo que, por los pasillos del Gran Canaria Arena, confesó que tenía firmemente claro que la victoria iba a teñirse de amarillo. Y ahí gran culpa la tuvo Jaka Lakovic que subo convencer a los suyos de que se lo creyeran para hacer que la etiqueta de favorito le jugase una mala pasada al Valencia Basket. Y la receta fue simple y clara: motivación, unidad y defensa.
"Hemos hablado mucho. No llegábamos a esta Copa del Rey como queríamos a nivel de sensaciones, pero sabíamos que nuestro equipo tiene mucho orgullo, carácter y que en estos partidos importantes hay mil motivaciones donde los jugadores se podían agarrar y lo han hecho porque han jugado muy bien. Hay una cosa que es que si los jugadores están motivados te puede valer para diez minutos, pero para hacer un esfuerzo o un juego de 40 minutos no es sólo motivación, es unidad y calidad también. Nuestro equipo hoy ha demostrado que puede competir con cualquiera", confesaba Jaka Lakovic en rueda de prensa. Y no le faltó razón.
El Dreamland Gran Canaria era el único no cabeza de serie en pasar a semifinales, algo que, por cierto, llevaba siete años sin hacer. Y el secreto estuvo en la defensa y en haber tenido las cosas absolutamente claras desde el principio. Tanto, que no dejaron que el Valencia Basket, pese a sus intentos de resurgir, pudiera resucitar.
"Sabíamos qué teníamos que hacer para competir con este Valencia: parar su juego en transición, estando bien en el rebote y limitando su juego de tres. Creo que en las tres facetas estuvimos excelsos. Dejar a Valencia en 65 puntos muestra solidez de nuestra defensa durante 40 minutos y esa defensa nos ha dado también confianza para pasar momentos complicados al no estar acertados. Pero incluso sin tener acierto de tres hemos creído porque la defensa era nuestro escudo hoy y por eso hemos ganado", reconoció Lakovic.
El Dreamland Gran Canaria logró así que su pabellón acabase siendo una auténtica fiesta... y que esta se alargase, cómo no, por las calles de la ciudad hasta altas horas de la noche. Jugar en casa, para ellos, fue el impulso clave para mantener una ilusión que este sábado les toca poner a prueba en semifinales ante el Real Madrid.