EUROBASKET | ESPAÑA - BÉLGICA

Para colgarse el oro hay que ganar a las mejores

El combinado belga, liderado por Emma Meesseman, cuenta con el mejor ataque y la mejor defensa del campeonato.

El banquillo de España celebra una canasta./Jure Makovec / AFP
El banquillo de España celebra una canasta. Jure Makovec / AFP
Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

La final del Eurobasket ya está aquí (La2, 20:00h). Y cuenta con España, un hábito que se interrumpió en la fatídica edición de 2021 que dejó a la Selección femenina, además, sin billete para el Mundial por primera vez en el siglo XXI. Lo que resulta una costumbre para las españolas es un territorio totalmente desconocido para su rival, una Bélgica que solo suma dos medallas continentales... pero ninguna de oro ni de plata. Eso sí, es el mejor ataque y la mejor defensa y, por si fuera poco, cuenta con una extraterrestre: Emma Meesseman.

La ala-pívot es la máxima anotadora (21.2 puntos por partido) y la más valorada (31.6) del torneo, con mucha diferencia sobre la segunda (Natasha Mack, con 22.8 créditos de valoración de media por encuentro). Es, por ello, la principal candidata a coronarse como MVP del Eurobasket, donde firmó una actuación memorable en los cuartos de final ante Serbia: 15 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias, el primer triple-doble de la historia en un Campeonato de Europa.

Meesseman, campeona de la WNBA en 2019 con el galardón de MVP de las finales incluido, se presenta como la gran amenaza para el conjunto dirigido por Miguel Méndez, en clara línea ascendente durante la cita. Si Bélgica destaca por su ataque, especialmente, al anotar 84.8 de media por encuentro, muy por encima de los 70.6 puntos de España, tercer mejor ataque del Eurobasket, el combinado nacional sobresale por el apartado defensivo, que también lidera, sí, Bélgica.

Es tal el poderío anotador de las belgas que parece mentira que sea el conjunto que menos puntos ha encajado en los cinco encuentros. Pero los datos no mienten: ha recibido 280 puntos (56 de media), por 286 de España (un promedio de 57.2). La solidez al rebote y la buena capacidad para frenar el uno contra uno de las adversarias son algunas de sus señas de identidad, aunque, también, la lectura táctica y agilidad de sus jugadoras para convertirse en el elenco que más robos ha completado y el segundo que más tapones ha colocado.

Si las defensas priman en la final, será un duelo de anotación baja, lo cual, a priori, debería jugar a favor de España, que se ha manejado durante el torneo en más ocasiones con marcadores más cortos y apretados, como así lo fue las semifinales ante Hungría. Lo mismo experimentó Bélgica en su encuentro de semis contra Francia, el primero en el que, verdaderamente, sudó para llevarse el triunfo. Las galas, con algunas bajas sensibles, lo fiaron todo a un ejercicio defensivo colosal que casi provoca la sorpresa (67-63).

La historia, claramente inclinada hacia España

La Selección nunca ha cedido ante Bélgica en un partido de eliminatorias de una gran competición: cuartos de final del Eurobasket 2007, semifinales del Eurobasket 2017 y encuentro por el tercer y cuarto puesto en el Mundial 2018. Es lo que tiene el gen ganador de un equipo, el nacional, más solidario y sacrificado que nunca a nivel defensivo en esta edición del torneo. Y de jugadoras como Alba Torrens, que dio un paso al frente en las semifinales cuando sus números, hasta entonces, estaban siendo discretos.

España ya ha asegurado una nueva medalla y, además, un billete para el Preolímpico. Será el undécimo metal en Campeonatos de Europa, pero la Selección quiere que sea el sexto de oro y no el segundo de plata. Lo que ya es un hecho es que, en los últimos doce torneos continentales, España se ha subido al podio en diez de ellos. Un logro a la altura de muy pocas. Pero queda el último paso. Y Miguel Méndez avisaba tras ganar a Hungría: "No hemos acabado. Nos queda un partido y queremos venir aquí y presentar nuestro juego".