Anoche en Madrid, hoy en Portugal: la otra cara del arbitraje que hizo historia en el WiZink
Sergio Silva dirigió el Imortal-Lusitania de la liga portuguesa solo 16 horas de arbitrar el Real Madrid-Efes de Euroliga.

Shane Larkin, Mario Hezonja o Dzanan Musa necesitarán días para sobreponerse del épico partido del WiZink Center que ya es parte de la historia del baloncesto europeo por su anotación y sus cuatro prórrogas. Es impensable que este sábado estuvieran disputando un partido, aunque el Real Madrid volverá a vestirse de corto el domingo frente a Baskonia. La otra cara de la moneda es la del equipo arbitral. Matej Boltauzer, Robert Vyklicky y Sergio Silva también sufrieron un enorme desgaste, no solo por el esfuerzo físico a lo largo de los 60 minutos, sino también por la presión que implica lidiar con cuatro tiempos extra, finales de infarto, polémicas y cientos de acciones que pueden decantar la balanza para un lado o para otro. Pues uno de ellos... ¡ha vuelto a arbitrar hoy!
Sergio Silva señaló el final del partido junto a sus compañeros cerca de las 0:00. Concretamente, a las 23:49 sonó la bocina. Entonces, tocaba cerrar todo con la mesa, dirigirse al vestuario y cambiarse. Por las horas tardías, el colegiado tuvo que hacer noche en Madrid y partir en la mañana de este sábado a su ciudad natal. Si decidiera regresar en coche, se enfrentaría a un trayecto de 758 kilómetros y cerca de siete horas.
Por el contrario, le resulta más sencillo el avión: una hora y media para conectar Madrid con Faro y otros 45 minutos del destino a Albufeira. Concretamente, al Pavilhao Desportivo de Albufeira. Allí, a partir de las 15:00 (hora local, 16:00 en España), tenía que dirigir un Imortal-Lusitania de la Jornada 12 de la LPB. Tenía y tiene. De hecho, ha ejercido como árbitro principal, solo 16 horas de ver concluir un duelo para la historia de la Euroliga.
MATEJ BOLTAUZER, ROBERT VYKLICKY y SERGIO SILVA ayer pitaron 60 minutos muy complejos.
— Piti Hurtado (@PitiHurtado) January 6, 2024
Acertaron y fallaron. Nadie les dio descanso. Lo hicieron lo mejor q supieron.
Hoy este último pitando ahora mismo Liga Portuguesa tras la locura de ayer.
Respeto para los árbitros también. pic.twitter.com/QvhRtL74Od
En el mejor de los casos, Sergio Silva habrá dormido ocho horas, habrá viajado hasta Portugal y cerca de mediodía habrá llegado al pabellón para volver a ejercer su profesión. En lo que era, además, un partido de alto voltaje, en el que se medían el tercero por la cola con el colista. La profesión va en la sangre.
Mientras los jugadores, por reglamento, tienen que descansar al menos un día natural antes de la disputa de su siguiente encuentro, los árbitros no están considerados del mismo modo y son libres, aun en la élite del baloncesto europeo, de arbitrar en días consecutivos. Chus Mateo debatirá con la almohada cómo gestionar ante Baskonia los esfuerzos extra de Campazzo, Musa, Hezonja o Tavares. Entre tanto, a 750 kilómetros, Sergio Silva no entiende de descansos. De hacer historia en Madrid a entrenar en la parte baja de la liga portuguesa en 16 horas.