El Barça se la pega en el Palau y se queda sin Final Four

Nunca antes, en la historia de la Euroliga, un equipo había logrado imponerse a domicilio en un quinto partido y lograr el billete a la Final Four. Hasta hoy. El miércoles del visitante, ese en el que primero Fenerbahçe ante AS Mónaco y luego Olympiacos en el Palau han conseguido demostrar que en el baloncesto no hay historia que valga. Y, en el caso de los griegos, que cinco minutos son más que suficientes para destruir a su rival, por más que fuese por detrás en el marcador durante el resto del partido en la casa azulgrana (59-63).

Porque sí, el Barça salió y mandó durante 35 minutos, con una gran actuación de Laprovittola, de Ricky, de Abrines apareciendo en momentos clave, y un muy buen hacer defensivo a nivel colectivo en un partido en el que, precisamente, la defensa fue la protagonista. ¿El problema? Que un partido son 40 minutos, y sólo cinco te puede costar una Final Four. Más aún si enfrente tienes a un equipo de una intensidad descomunal como el griego, con jugadores como Milutinov, o McKissic (sí, otra vez él, con una confianza y capacidad de aparecer cuando más falta hacía impresionante), o Papanikolaou, capaz de aportar la veteranía necesaria para cerrar este tipo de partidos.

Y es que eso le faltó al Barça: tranquilidad y concentración (y algo de experiencia), sobre todo en los últimos 20 segundos. Esos en los que un cúmulo de errores, empezando por ese importante balón perdido por un Laprovittola que hasta entonces había firmado una gran actuación, le han terminado por costar el partido... Y el billete a Berlín. No habrá Clásico en la Final Four. Olympiacos será el rival del Real Madrid.

En un partido de tanto desgaste, en el que las defensas han sido las protagonistas, el gran referente de Olympiacos ha sido, sin ningún tipo de dudas, Nikola Milutinov. El pívot ha sido un seguro para su equipo, tanto a nivel defensivo, como en ataque. Porque si alguien ha peleado como nadie en la pintura en busca de esos puntos que desde fuera no llegaban, o ha estado atento en el rebote defensivo e incluso ofensivo en busca de la segunda oportunidad, además de asistir a sus compañeros si así lo requería la jugada, ese ha sido él. Por eso, decir que Milutinov, que ha firmado un doble-doble, ha sido el jugador más completo de todo el partido no es ninguna exageración (10 puntos, 10 rebotes, dos asistencias, un robo y 26 de valoración). Sobre todo si se ve esa jugada clave en la que ha aprovechado el error de Laprovittola para recuperar la bola y anotar la canasta que ha supuesto el jarro de agua fría para el conjunto culé.

Su talento es innato, quizá todavía no esté en su mejor momento, pero... ¡qué jugadorazo y cómo lo ha agradecido el Barça! El partido que se ha marcado ante Olympiacos ha sido descomunal. Su entrada a pista ha equilibrado por completo al Barça en un partido que, claramente, se ha definido por las defensas. Y lo cierto es que el base de El Masnou se ha empleado defensivamente de una forma impoluta. Ha sido el más listo de la clase a la hora de anticiparse y robar balones (imprescindibles esos cuatro robos del primer cuarto que hasta provocaron la reacción de Bartzokas en su banquillo), además de haber cortado un sinfín de jugadas del equipo griego, el más lúcido parar habilitar a sus compañeros y con una gran aportación en el rebote. En su día ya dijo Abrines que Ricky lograba insuflar un espíritu sin igual en sus compañeros... Y así ha sido, aunque el desenlace final no haya acompañado.

¿Dónde estaba Willy en los últimos momentos clave? Jan Vesely no terminaba de encontrarse a gusto y Willy Hernangómez ya había dejado buenas sensaciones y actuaciones a nivel defensivo. Sin embargo, Roger Grimau ha decidido apostar por el pívot checo y lo cierto es que no ha terminado de funcionar. ¿Cuál es la historia? Que esto ya ha ocurrido en otras ocasiones y que desde hacía tiempo parecía que había runrún con este motivo... Y ahora ha vuelto.

Su aparición real ha sido en el último cuarto... ¡pero vaya manera de hacer reaccionar a su equipo! A cinco minutos del final, Mckissic ha anotado el triple que ha puesto por primera vez a Olympiacos por delante en el marcador y a partir de ahí, ha estado enchufado como nadie. Otro triple, luego una canasta... Y un 49-54 para Olympiacos que empezaba a pesarle al Barça. A partir de ahí su equipo ha empezado a creer y basta con ver el triplazo de Papanikolaou que ha puesto ese 49-57 en el marcador que hizo creer más que nunca a los suyos.

La experiencia es un grado... Y lo de Papanikolaou una cátedra en este sentido. Su capacidad para mantener la calma, para ser protagonista en esas acciones clave del final del partido, anotando, asistiendo y, en definitiva, insuflando a los suyos esa gasolina necesaria para llevarse la victoria, ha sido absolutamente excelsa. De diez su aparición en la recta final de partido y su combo con McKissic en pista.