Ricky Rubio le soluciona el rompecabezas a Roger Grimau con un cambio de pizarra para revolucionar el ataque

Acaba de terminar su particular "pretemporada" y todavía le queda coger algo más de rodaje, pero lo cierto es que dos semanas después de su redebut con la camiseta del Barça, Ricky Rubio ya está marcando un antes y un después en el equipo de Roger Grimau. "Es un proceso y no ha terminado", aseguraba el base de El Masnou tras la victoria del Barça ante el Partizan (94-76), un triunfo que en gran parte llevó su firma y mostró lo que puede ser el Barça a partir de ahora.

Ricky Rubio firmó su mejor partido hasta ahora. En 16:42 minutos anotó siete puntos, cazó seis rebotes, dio seis asistencias, hizo un 15 de valoración, además de tener el mejor +/- del equipo: +20 con él en pista. Pero, sobre todo, dio sentido al juego del Barça como no se había visto hasta ahora. "Qué voy a decir de Ricky... Es un enorme jugador, nos da mucha tranquilidad, necesita este tiempo de adaptación y ritmo competitivo, pero es un ganador, un líder. Ha estado en una versión a la que todos estamos acostumbrados a lo largo de su carrera. Él ha disfrutado también y eso lo transmite", aseguraba Roger Grimau. Y lo cierto es que ese disfrute se contagió a la grada, a sus compañeros y hasta a sus rivales, que mostraban un respeto -entiéndase como consecuencia de cierta intimidación a nivel de juego- sobre el parqué.

Cada vez que Ricky Rubio estaba en pista, sabía con quién tenía que encontrar la conexión para hacer al Barça jugar rápido, cambiando el chip de ataque a defensa y viceversa con una velocidad casi a la altura de la que puede dar el saque rápido, el cual no existe en Euroliga, que permitió castas fáciles. Y sí, aunque este tipo de juego genera más desgaste físico, la solución de este Barça es sencilla: "Así el baloncesto es más fácil. Somos 12 jugadores que podemos jugar y si nos cansamos, pues pedimos el cambio", dijo el base.

Y sí, esta es la versión culé que más se asemeja a la idea de Barça que quiere Roger Grimau. "Hemos competido muy bien, muy serios a todos los niveles. Hemos estado 40 minutos muy bien tanto en ataque como en defensa, jugando en transiciones cuando hemos podido; cuando no, manteniendo buenos espacios para jugar el uno contra uno. Hemos trabajado bien y nos hemos pasado bien el balón. Hemos estado a un buen nivel", aseguró el técnico. Y ahí, uno de los grandes culpable fue el base de El Masnou por dos motivos: primero, porque ejerció como pegamento para que todo el puzle culé se formase; segundo, porque ha propiciado un cambio de roles e incluso de pizarra al que el Barça ya ha empezado a sacarle bastante rédito: el juego con dos bases.

Durante momentos, se vio a Rokas Jokubaitis caer más al puesto '2'. Sin embargo, Grimau explicó que no se trata de que el base lituano sea más escolta que director de juego, sino que la clave es hacer ataques rápidos que puedan ser dirigidos por cualquiera de los dos. "Más que el 1 y el 2 son dos bases y la idea es que a nivel de ataque, si jugamos con los dos bases, que puedan subir la pelota cualquiera de ellos y que vayamos rápido al campo contrario. Jokubaitis nos da mucha energía, es muy vertical, tiene este punto de que cuando tiene el día ve el aro con mucha facilidad. Tiene ímpetu. Después las posiciones desde hace unos años ahora las posiciones no son tan claras como en el baloncesto antiguo. Es una opción más que nos da físico y defensa, lleva un tiempo haciéndolo muy bien y ha hecho un gran partido", dijo el técnico.

De este modo, esta será la nueva versión del Barça que empezará a asentarse a partir de ahora gracias a Ricky Rubio. El cual, según aseguró, está "trabajando para llegar al momento óptimo físico y mental. Es verdad que me siento más cómodo, físicamente ya tengo mi primera pretemporada, por así decirlo, a la espalda y ya conozco mejor a los compañeros. Hemos jugado todos a un gran nivel tanto en defensa como en ataque y todos hemos aportado algo. Esto es la grandeza de este equipo, que todos tienen un nivel top de Euroliga y tenemos que demostrarlo cada noche. Hemos demostrado que jugando 40 minutos todos, podemos competir contra cualquiera".