El Barça tira de oficio y Valencia Basket de heroicidad y juventud

Trabajo, trabajo y más trabajo. Eso es lo que se ha visto este miércoles en los partidos tanto de Barça como de Valencia Basket para que ambos sumen una nueva victoria a su casillero de la Euroliga. Los de Sarunas Jasikevicius tuvieron que tirar de oficio y de mucha defensa para imponerse a un Asvel Villeurbaunne que no puso las cosas nada fáciles a los culés.

La figura de Fall trajo de cabeza a los azulgrana y, sobre todo a Sanli, que acabó eliminado, pero cuando no fue Alex Abrines, fue Jokubaitis y si no, Cory Higgins quien tiró del carro para que le Barça se lleve la victoria de Francia (75-82).

Pero el partizado, sin ninguna duda, estuvo en la Fonteta. Valencia Basket, el equipo de la tirita, el que tiene a siete jugadores en la enfermería, el que jugó prácticamente sin bases, demostró que es capaz de cualquier cosa y que no, que lo suyo no fue casualidad.

Frente al actual campeón de la Euroliga, un Anadolu Efes que no sabe lo que es ganar al conjunto taronja -en la ida cayó 91-92 ante los de Álex Mumbrú- y que se fue de la Fonteta viendo cómo su rival había hecho debutar a dos chavales de 17 años: Lucas Marí y Sergio de Larrea. La realidad es que Efes no hizo un buen partido, ni siquiera teniendo en pista a lo que sería su quinteto de gala -Larkin, Micic, Clyburn, Singleton y Pleiss- y que Valencia Basket hizo un partidazo en ambos lados de la cancha. Victoria para la historia taronja (81-71).

Valencia Basket tiene muy buen baloncesto. Las cosas no le han ido del todo bien hasta ahora, eso es una realidad, pero lo que ha dejado claro ante el vigente campeón de la competición europea, el Anadolu Efes, es que es un equipo capaz de cualquier cosa. Y eso tiene aún más mérito cuando se sabe que tiene a siete jugadores en la enfermería y que estos no son, precisamente, piezas secundarias del equipo. Sin embargo, lo que ha demostrado el conjunto taronja es que hasta el plan B es capaz de hacer un gran baloncesto. Mucho físico, concentrado y bien plantado en defensa e inteligente en ataque ha sido la carta que dejó Valencia ante Efes. Algo de culpa tendrá un Álex Mumbrú que este miércoles puede estar, desde luego, orgulloso de su equipo.

Al César, lo que es del César. Y al Barça, que es un equipo capaz de rehacerse. A parte de Mirotic, que siempre está, en el partido ante el Asvel se vio una gran versión de Abrines -vaya triples consecutivos en la primera mitad-; Jokubaitis dio un paso al frente ante la ausencia de Satoransky, y Cory Higgins deslumbró a base de puntos en la recta final. Victoria muy trabajada y colectiva para los de Jasikevicius, que aunque no hicieron un buen tercer cuarto, supieron cómo reponerse.

Sertac Sanli ha pecado de frustración. Seamos realistas, que protestes tu cuarta falta -la cometió peleando un rebote a Fall-, haciendo un gesto a uno de los árbitros sabiendo que te juegas la técnica, muy inteligente no es que sea. Y lo ha hecho, nada más y nada menos, que cuando aún quedaban 2:58 minutos para que terminase el tercer cuarto. Lo cierto es que Sanli había sido una pieza clave para los de Jasikevicius en ataque antes del descanso, pero la defensa ha podido con él. Y "qué pena". Ese sería el mensaje que le mandaría por Whatsapp.

La confianza que está cogiendo Josep Puerto es para quitarse el sombrero y muy necesaria para un Valencia Basket con la enfermería a rebosar. Qué mate hizo, qué triple para cerrar el tercer cuarto, qué partido, en general, -el mejor de su carrera en Euroliga- se marcó ante Anadolu Efes. Por eso, mi fondo de pantalla, como no puede ser de otro modo, es una acción suya y me quedo, sin duda alguna, con el mate, a una mano, por encima de Singleton, que dejó en el segundo cuarto para poner al conjunto taronja cinco arriba. MA-RA-VI-LLA de calidad del alero valenciano, que acabó con un MVP más que merecido.

Cuando ganas un partido, lo lógico es que estés contento. Cuando es la segunda vez que le ganas al vigente campeón de la Euroliga, la alegría es mayor. Pero si lo haces de la forma que lo hizo Valencia Basket pocos calificativos hay para poder describirlo. Por eso, la fiesta en el vestuario fue absolutamente inevitable... y necesaria.

Porque seamos claros: Josep Puerto firmó su mejor partido en Euroliga, James Webb III apareció cuando se necesitó, Radebaugh y Prepelic estuvieron a todo, López-Arostegui y Dublevic se convirtieron en pilares... ¿Qué mas se puede pedir? Los taronja de Mumbrú no se van a olvidar de lo de este miércoles. La afición taronja, tampoco. Partido para la historia.