El Barça vuelve a las andadas y ahora tiene un marrón con el que no contaba en Euroliga
La irregularidad y la dispersión del equipo culé recuerda al de principios de temporada. De poder asegurar la segunda plaza de cara al playoff ha caído a plomo hasta la cuarta.
![Roger Grimau pinta una jugada durante un tiempo muerto en un partido. /ACB PHOTO/V. QUINTANA](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202403/23/media/cortadas/grimau-pizarra-acb-v-quintana_20240323004735-RShuxeag8TevUOwmI4JAMHI-1200x648@Relevo.jpg)
Si algo deja claro la Euroliga -y el baloncesto en general- es que aunque es verdad que un jugador te puede hacer ganar un partido, el juego en equipo es lo que te impulsa realmente a conseguir el triunfo. Por eso, los entrenadores se empeñan en insistir la importancia del grupo. Y esto, precisamente, es lo que le faltó al Barça en la segunda parte ante Panathinaikos. Porque sí, por más que firmaran un buen primer tiempo, el baloncesto se juega durante 40 minutos y o uno se emplea a fondo, más ante un equipo como el del OAKA, o se puede generar un problema que, a su vez, acarrea otro más de cara a la clasificación y los playoffs.
"Creo que hemos jugado una gran primera parte, pero, obviamente, en la segunda necesitábamos algunos tiros en ataque y en defensa ellos metieron algunos tiros complicados y han controlado el rebote. Algunas situaciones específicas del rival no las hemos sabido controlar, eso ha sido todo", dijo el entrenador culé, Roger Grimau, tras perder 89-81 ante el equipo griego. Y la realidad es que la lectura va mucho más allá y engloba algo que más que simplemente "algunas situaciones específicas". Más que nada, porque los errores que cometieron y que, más allá del acierto rival y del buen hacer de Sloukas, permitieron al equipo de Ergin Ataman encontrar buenos tiros exteriores, no son algo nuevo y todo parte de lo mismo: la falta de juego colectivo en defensa.
Aunque el equipo culé empezó muy bien, por algo puso ese 24-40 a favor en el marcador, tras el descanso se apagó por completo. Principalmente, porque cada jugador comenzó a hacer la guerra por su lado sin seguir un orden para tratar de evitar los ataques del rival. Y sí, esto es algo que también le pasó ante el Fenerbahçe... Y de lo que también han pecado durante momentos esta temporada.
Este mal recurrente, que a veces parece que logran solventar, tampoco mejoró con las rotaciones. Porque la pizarra de Grimau esta vez funcionó con un plan claro durante los dos primeros cuartos -velocidad, fluidez en ataque y daño en la zona-, pero luego se borró y no supo reaccionar ante la amenaza exterior de los de Ergin Ataman. Ante ello, el "¿dónde está Brizuela?" se generalizó en las redes. Porque la realidad es que la ausencia del base-escolta, que estaba siendo de lo mejor jornadas atrás, no se entendió. Y menos aún cuando se miran las estadísticas y el porcentaje de tiros de tres es tan pobre: 6/21.
Además, esto ha supuesto la tercera derrota consecutiva de los culés (dos en Euroliga y una en Liga Endesa ante el Río Breogán), pero la quinta en los ocho partidos que ha disputado el Barça, entre las dos competiciones, este mes de marzo. Y todo lo que esto supone: un lío de cara al playoff. Más que nada, porque el Barça necesitaba sólo una victoria esta semana para prácticamente asegurarse la segunda plaza y tras lo ocurrido, ya no es que la haya perdido, sino que ha caído hasta la cuarta posición y ha perdido el average contra dos rivales directos. Es decir, que ya no depende de sí mismo para ser segundo al final de la liga regular, ni ganando las tres jornadas que quedan.
Las cuentas del Barça en lo que queda de liga regular
Al equipo de Roger Grimau le queda visitar al Bayern de Múnich, que sigue luchando por el playin, aunque lo tenga complicado; recibir en el Palau a un Maccabi Tel Aviv que abre las plazas de playin, pero que sigue aspirando a meterse directamente en el playoff; y visitar a un Asvel Villeurbanne que ya no se juega nada. ¿El problema? Que tiene perdido el average con AS Mónaco, que ocupa la tercera plaza con el mismo número de victorias; con Fenerbahçe, que va sexto, al que ahora mismo saca un triunfo de ventaja; mientras que con Panathinaikos, que le ha levantado la segunda plaza, ha empatado el average particular, pero tiene perdido el general (el equipo griego tiene +154 y el culé +113).
¿Y qué pasaría si el Barça queda cuarto? Primero, que para eso tiene que ganar los tres partidos que quedan o, en caso de caer en alguno, esperar a que Fenerbahçe también lo haga. Mientras que en el caso del Olympiacos, que es quinto con una victoria menos que los culés, sí que tiene el average particular ganado. Si esto finalmente se da, el Barça tendrá el factor campo de cara al playoff. Eso sí, en el caso de que lo pasara y se clasificara para la Final Four, lo haría por el mismo lado del cuadro del Real Madrid. Es decir, que de llegar también el equipo blanco -líder de la temporada regular- ambos se enfrentarían en el primer partido en Berlín.