El Chacho preside, el Barça se desinfla y Valencia llega tarde

Regresos ovacionados, desastres consumados, clínics de baloncesto sobre el parqué... Y, en definitiva, como el título de la película: Sonrisas y lágrimas. El jueves de Euroliga dio para mucha reflexión. Positiva y negativa. De los tres españoles solo vio la luz, o más bien brilló con luz propia, el Real Madrid. Porque lo de Valencia Basket ante la Virtus Segafredo Bologna (89-59) fue un desastre consumado por un inicio de partido desastroso (lo dijo hasta el propio técnico taronja, Álex Mumbrú). Y lo del Barça en casa del Anadolu Efes (96-86) un partido funesto que, para colmo, dejó mala imagen por la disputa entre el técnico azulgrana, Saras Jasikevicius, y el jugador culé Kalinic.

A modo de resumen, se puede decir que al Real Madrid le salió todo ante un Alba Berlín que poco pudo hacer en el WiZink Center (90-72). Estuvo bien en defensa, algo que tanto se anhelaba, bien en ataque, bien como grupo y enorme a nivel de sintonía. Si hasta Tavares demostró que, si quiere, no solo la pintura es suya, sino que también puede anotar desde media distancia. Si a eso le sumas el regreso de Williams-Goss, el buen hacer de Poirirer y el nivel mostrado por el Chacho... Chus Mateo recupera la sonrisa y no solo por la victoria. Ah, y enorme perla que tienen los blancos con Ndiaye.

Todo lo contrario, precisamente, que su homólogo en el Barça. Más allá de la polémica con Kalinic, el entrenador culé mostró su enfado no mostrándolo. Es decir, que se limitó a no decir nada, ni protestar acciones, ante la falta de intensidad de los suyos. Impasible sería la palabra para definir al Barça ante el vigente campeón de la competición. Y eso no lo salva ni la mejor versión de Laprovittola.

Y si hablamos del revival de la semifinal de la pasada Eurocup, eso sí, esta vez en Euroliga y en Italia, pues... Sergio Scariolo sigue haciendo magia con sus jugadores, al igual que hace con la Selección española. Y Valencia Basket no mostró nivel Euroliga en el arranque del partido. Entre que unos empezaron sin comparecer, que otros hicieron un partido redondo -top Cordinier, que está cada vez demostrando mejor juego-, pues poca historia se puede cambiar por mucho que se intente.

Lo del Chacho es otro rollo. Pero del bueno. Y más tras lo visto ante el Alba Berlín. Si no, ¿cómo te explicas que se haya quedado rozando el doble-doble? Y lo hubiera logrado, casi seguro, si Chus Mateo no lo hubiera cambiado para que el WiZink lo ovacionase como se merecía. Enorme partido del base canario que dio un recital de baloncesto sobre el parqué en el que ha sido, sin duda, uno de sus mejores partidos. 13 puntos, 3/4 en tiros de dos, 2/2 en triples, dos rebotes, nueve asistencias y 21 de valoración. El MVP se lo llevó Poirier con razón, contundencia y con 28 créditos, pero de no ser por el Chacho, no hubiera hecho esos números.

"Qué bueno que volviste". Ese sería mi whatsapp a Jasiel Rivero, un jugador de esos que se echan de menos cuando no están. Sin duda, si algo bueno se saca en claro del partido de Valencia Basket es que el pívot cubano jugó 20 minutos y 41 segundos tras volver de su lesión. Si a eso se le suma la canasta con la que llevó al conjunto taronja a los 31 puntos, una acción con rotura de cadera en el aire para romper, precisamente, a Jordan Mickey, la alegría es mayor. Porque no, no fue un buen día para los de Mumbrú, pero el regreso de Rivero lo hizo un poquito menos gris.

Aunque Saras Jasikevicius no quiera hablar del tema y asegure que lo de Kalinic lo "gestionarán de forma interna" lo vivido hoy en el banquillo azulgrana no pasa desapercibido. Que un entrenador obligue a un jugador de su propio equipo a irse a vestuarios en mitad del tercer cuarto, tras discutir con él delante de todos... Run rún, lo que se dice run rún, quizá se quede corto.

Inicio del tercer cuarto, Dzanan Musa recibe el balón cerca de la línea de tres y hace una maravilla. Finta de pase ante Jaleen Smith, engaño absoluto a la defensa del Alba Berlín, para culminar colgándose del aro a dos manos. Dos puntos más para el Real Madrid y una acción para enmarcar... O para ponérsela de fondo de pantalla.

Seis minutos y 29 segundos. Eso fue lo que jugó Adam Hanga durante la primera mitad del partido... y durante el partido entero. La imagen tras el descanso fue la suya, sentado en el banquillo, vestido de calle. El jugador no iba a jugar más y así fue. Se encienden todas las alarmas en un Real Madrid cuya enfermería no parece descansar nunca. A ver qué le ocurre al alero húngaro, que ya empezó con mal pie la presente temporada tras recaer en una lesión muscular durante la Supercopa.

Desde mayo hasta ahora ha pasado mucho tiempo. Si eso se mide en partidos son 26, lo que parece más aún. Pero si algo ha demostrado el WiZink es que la memoria no le falla y por eso ovacionó la vuelta de uno de los suyos. Igual que tampoco se le olvida a Williams-Goss su destreza sobre el parqué. El base estadounidense está de vuelta en el Real Madrid... Pero de vuelta de verdad. Así lo demostró durante un primer cuarto en el que firmó un buen juego, dejó lo que se llama un canastón y selló seis puntos para el casillero de un Real Madrid que, además, recuperó la mejor versión del Chacho. Los bases están de vuelta... y qué bien.