EUROLIGA

El supercampeón Efes, en ruinas, cae eliminado de la Euroliga

El ganador de las dos últimas ediciones no estará ni siquiera en Playoff. La lesión de Larkin y los conflictos entre Ataman y la plantilla, claves en la sorprendente caída.

Larkin discute una jugada./GETTY
Larkin discute una jugada. GETTY
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Shane Larkin, Vasilije Micic, Will Clyburn, Ante Zizic... Una constelación de estrellas... estrelladas. La derrota del Anadolu Efes ante el Fenerbahçe (103-86) en la Jornada 33 de la Euroliga supone la matemática eliminación del equipo turco de la Euroliga. El campeón en las dos últimas ediciones no ha logrado en esta temporada 2022-23 ni siquiera la clasificación para los Playoff, pese a comenzar la campaña como el gran favorito para sumar un tricampeonato histórico en la competición. Es la primera vez en la historia del nuevo formato que esto sucede.

Pese a que la plantilla era holgada para, al menos, competir de nuevo en la Final Four, el vestuario se ha convertido en un polvorín con Ataman como uno de los principales señalados. Sin ir más lejos, Shane Larkin, una de las máximas estrellas, se pronunció contundente en Twitter tras caer frente al Partizan: "El partido más importante del año y juego 22 minutos. Yo tampoco sé por qué no juego más. Me importa mucho el equipo. Solo quiero ganar, pero esto me deja boquiabierto".

Es solo uno de los conflictos por los que ha pasado el gigante turco a lo largo de una turbulenta temporada. El arranque fue fatal. Por ejemplo, tras ocho jornadas su balance era paupérrimo: 2-6. Es más, durante gran parte de campaña se ha dado por hecho su temprana eliminación. Solo una reacción en las últimas semanas, sacando a relucir el potencial de sus estrellas, le brindaron la posibilidad de remontar el vuelo y optar hasta el final por meterse entre los ocho primeros.

Algo que no ha ocurrido finalmente. Ya los averages mostraban un camino pedregoso. ¿Pero qué ha llevado al campeón a esta situación drástica? En primer lugar, las lesiones. Shane Larkin solo ha podido disputar 15 encuentros y se estrenó en la Jornada 16. A diferencia de ese anotador compulsivo que manejaba los partidos a su antojo, el base ha lidiado con más rotación de la habitual y con una inconsistencia en el tiro extraña para sus credenciales.

El que se quedó a los mandos de la nave fue Micic, siempre con la NBA en las sombras. El serbio decidió quedarse en Euroliga y su rendimiento ha estado a la altura de las expectativas... Al menos, estadísticamente. 16,2 puntos y 5,4 asistencias por partido. Otro tema es si ha sido suficiente como para aupar al equipo a lo alto de la clasificación, algo que no ha sucedido.

Similares reflexiones con la figura de Will Clyburn, un metepuntos que llegó como alternativa a la pareja letal y que también ha respondido a las expectativas, con frecuentes explosiones de más de 20 de valoración y hasta seis duelos seguidos de más de 20 puntos anotados, con rivales incuestionables: Bayern, Real Madrid, Barcelona, Milan, Virtus y Olympiacos.

Sin paz no hay baloncesto

Se entiende, pues, que los problemas físicos de Larkin no son motivo único por el que el que el campeón ha pegado este mayúsculo bajón de una campaña a otra. Ataman, indiscutible por su doble corona a la par que controvertido por sus polémicas y sus fuertes reacciones, ha vivido con frustración la crisis de resultados, incluso criticando a sus estrellas.

"Todo el mundo habla de que tenemos muy buenos jugadores ofensivos, jugadores estrella. Pero necesitamos que esas estrellas jueguen en este tipo de partidos. No en los partidos de la liga turca contra equipos más débiles. Hablo de Will Clyburn y Vasilije Micic. Necesitamos que estos chicos jueguen y anoten en estos partidos", sentenció.

A lo que, claro, contestó Clyburn: "Todo el mundo tiene una opinión. Llevo anotando todo el año, así que supongo que no debo tener margen para jugar un mal partido". Un maremoto constante, al que parecía salvar la pelota, que nunca miente. En ese conglomerado de aniquiladores faltó constancia, juego coral, defensa... Y química, vestuario, ese intangible que gana campeonatos. El que existió los dos últimos años y que ahora se ha disuelto hasta quedar fuera de los cruces. Un batacazo insospechado. Las ruinas del Efes supercampeón.