EUROLIGA

Hezonja se reencuentra con 'Super-Mario' a través de la defensa y los minutos

El alero firmó en Mónaco el mejor partido en la Euroliga de su carrera y 'entendió' cuál es la clave para poder mostrar su mejor versión.

Mario Hezonja, en una acción durante el partido de Euroliga ante el AS Mónaco. /GETTY IMAGES
Mario Hezonja, en una acción durante el partido de Euroliga ante el AS Mónaco. GETTY IMAGES
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Diez minutos pueden ser mucho o poco, según se mire. En baloncesto, diez minutos suponen un cuarto de un partido y, por ende, un tiempo más que suficiente para dejar sello propio si transcurren de forma consecutiva (o casi). Y así lo hizo Mario Hezonja. El segundo parcial ante AS Mónaco fue el punto de clave necesario para dejar claro algo que ya se sabía, pero que todavía no había terminado por cuajar en el Real Madrid. El resto del partido fue el sobre en el que metió todo aquello que se esperaba de él y que por fin llegó y tuvo los condicionantes para hacerlo. El alero croata ha firmado una semana impecable, que bien puede ser ese punto de inflexión para consagrar a Super-Mario en el Real Madrid.

Dicen que los genios son curiosos, impulsivos y muy críticos con su trabajo y esto, a veces, hace que sean ellos mismos su peor enemigo. Quizá algo así le haya estado ocurriendo a Hezonja, uno de esos genios indomables en su juventud, al que la ansiedad por querer comerse el mundo de un sólo bocado se le indigestó. Por eso, cuando el verano pasado el Real Madrid llamó a su puerta, tras dejar la NBA y probar suerte en varios equipos de Europa, la clave estaba justamente en eso: en su autogestión. Me explico.

Hezonja tiene una calidad innegable y el segundo cuarto ante AS Mónaco es el ejemplo perfecto para comprobarlo. Al descanso, el alero se fue con 20 puntos en su casillero -casi la mitad de lo que llevaba su equipo: 50- un 4/4 en tiros de dos y cuatro triples anotados para ya firmar un 22 de valoración.

Pero, ¿por qué no se había visto hasta ahora esta versión de Hezonja? Esa es la gran pregunta y hay varias cuestiones que podrían estar detrás de ello. Por un lado, la indomabilidad de la que hablábamos al principio. Seguir las órdenes de la pizarra no es lo suyo. Y claro, a veces, cuando el equipo está falto de esas soluciones tácticas y se opta por tirar de la inspiración ofensiva de las estrellas pues aparece, precisamente, Super-Mario para hacer lo que mejor sabe: lo suyo.

Por otro, la falta de continuidad. ¿Se puede realmente demostrar todo el arsenal jugando una media que no llegaba a los 20 por partido? Si uno hace la media, da a cinco minutos por cuarto y estos no se reparten de forma continuada. Es decir, que no son los cinco minutos del tirón en pista. Y ahí, la culpa digamos que era compartida. Por un lado, porque Chus Mateo no le permitía quedarse en cancha el tiempo "suficiente" para mostrar su repertorio. Por otro, porque si se le pedía seguir la pizarra y no lo hacía, lo lógico es que el entrenador lo quitase. Y aquí es donde entra el nuevo equilibrio: el de la cabeza y los minutos.

La defensa ha sido un punto débil de Hezonja… hasta que llegaron estos últimos partidos. Y eso, Chus Mateo lo ha visto y le gusta. ¿El resultado? Más minutos. Tanto es así que en los últimos seis partidos que ha disputado -entre Euroliga y Liga Endesa- ha ido subiendo progresivamente de tiempo en pista. Ante Olympiacos jugó 15:14 minutos, algo que venía firmando con asiduidad en partidos anteriores. Después, ante Río Breogán en Liga Endesa, jugó 18:18; en el Clásico de Euroliga ya subió a 22:08 y ante Baxi Manresa llegó el cambio de chip. Aunque solo estuvo en pista 19:47 minutos, ya demostró que comenzaba a hacer, de verdad, aquello que Chus Mateo esperaba de él: defender. Ante Panathinaikos, jugó 23:57 minutos y este viernes, ante AS Mónaco, se consagró con 34:34 minutos y unos números y una actuación para rendirse a él.

Hasta entonces, tan solo ante Zalgiris, en Euroliga, había superado los 25 minutos de juego (27:24) y aquel partido, precisamente, fue de esos en los que falló la pizarra… y también la inspiración (cayó el Real Madrid 81-72). Por eso, cuando culminó el encuentro ante AS Mónaco y Hezonja demostró, con 30 puntos, seis rebotes, seis asistencias y un 34 de valoración, que él es capaz de ser, además de generador y anotador, también defensor, Super-Mario dejó claro (y ha asumido) que es capaz de captar ese requerimiento para, precisamente, poder volar. A ver qué pasa este domingo ante Lenovo Tenerife.