Jaycee Carroll: "Siempre tengo ganas de volver al Real Madrid"
El exjugador blanco atendió a Relevo tras acudir al partido de Euroliga entre el Real Madrid y Fenerbahçe, en el que fue protagonista en la grada.

Poca presentación necesita Jaycee Carroll en el WiZink Center. La que fue su casa y la que para él lo sigue siendo. Lo dejó bien claro al volver a verlo este jueves. Y es que nadie olvida la muñeca prodigiosa que tantas alegrías dio al Real Madrid. Ese anotador compulsivo, rey del tiro exterior que, por cierto, tan bien le vendría al equipo blanco dadas las circunstancias. Por eso, cuando Jaycee Carroll dejó el equipo (y el baloncesto) y se volvió a EE.UU. en 2021, dejó un vacío que, a día de hoy, todavía nadie ha logrado llenar. "Es que Jaycee es Jaycee y es único", reconocían algunos aficionados en la grada, mientras aguardaban para pedirle una foto. Y lo cierto es que ese sentimiento es mutuo.
Durante el partido, a Jaycee se le vio sufrir como uno más. Con su camiseta del Real Madrid, su mítico dorsal 20 y su apellido, Carroll, luciendo a la espalda, acaparó todas las miradas desde el principio. Por eso, la ovación que se llevó fue como pocas ha habido en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid. En el momento en el que durante un tiempo muerto del primer cuarto, el speaker del equipo blanco, Pedro Bonofiglio, dio la bienvenida por megafonía a Sasha Djordjevic, el exjugador blanco y ahora entrenador de baloncesto, y también anunció que estaba "¡el mítico Carroll!", como dijeron algunos aficionados, el WiZink Center se cayó por completo y eclipsó al otro invitado de lujo que había en la grada.
"Jaycee, Jaycee Carroll, Carroll", le coreó la parroquia blanca. Y él, como siempre, con una sonrisa, devolvió el saludo y el cariño. Un cariño del que, como reconoció a Relevo tras el partido, está muy agradecido. "La verdad es que estoy muy agradecido por los años que estuve aquí jugando. Siempre me han tratado con mucho cariño. Siempre estoy encantado y agradezco esta ovación", aseguró el mítico jugador blanco, quien todavía le da alguna vuelta a eso de volver a Madrid. Sobre todo, si la pregunta lleva consigo un "está claro que al equipo le hace falta un tirador como tú, ¿no querrías volver?". Y lo dijo: "Siempre. Siempre tengo ganas de volver", aseguró.
"A mí me encanta jugar y más con este equipo y estos compañeros", explicó. Y sí, confirmó a viva voz lo que mostró con sus gestos durante el partido: "Sí, lo echo de menos". Por eso, que la afición le pidiese volver no fue extraño. Menos aún tras un partido en el que el Real Madrid perdió la posibilidad de sellar el playoff al caer, en un juego nefasto desde el triple, ante el Fenerbahçe de Saras Jasikevicius, el mismo entrenador que le arrebató a los suyos la última liga en la que saltó a la pista vestido de blanco.
Eso sí, para Carroll lo de la falta de acierto de este jueves no es algo grave: "No entraban los triples, pero tienen un equipo muy fuerte, que está para ganar todo". Así que lo de volver, ya en serio, lo dejó en stand by: "Está para ganar todo, así que voy a seguir haciendo lo que estoy haciendo pero con ganas de jugar".
Ahora, esta leyenda blanca gestiona un negocio ganadero en Utah, con el que comercializa vacas y novillos Wagyu. Y sí, sus negocios han sido los que lo han traído estos días por Madrid. "Vengo aquí para buscar unos negocios. Estoy buscando oportunidades de mantener el contacto con esta tierra, con España y Madrid, que es un país que a mí me encanta", admitió, tras asegurar que con su nueva vida fuera de las canchas, aunque lo eche de menos, está "muy bien, es alegre".
Así que ante ello, aprovechando esta visita a Madrid, no podía faltar el acudir a ver a los suyos. A los que también saludó tras el partido en los túneles de vestuarios y a los que volverá a ver jugar el domingo. "Creo que el domingo vamos a ver el otro partido porque estaremos unos días", confirmó Carroll que, como este jueves, volverá a visitar la que fue su casa, ahora en Liga Endesa, para el duelo entre el Real Madrid y el Lenovo Tenerife. Otra cita en la que, de seguro, volverá a acaparar el protagonismo y las miradas de aquellos que lo vieron dejar su sello en el pabellón de la Avenida de Felipe II y en todo el madridismo que le recuerda con cariño.