Los juguetes rotos de la NBA se abren paso en la Euroliga

"Gracias a todos por hacer que me sienta cómodo. He vuelto a jugar al baloncesto y a divertirme. Eso es lo único que importa". Esas eran las palabras de Théo Maledon a la finalización del partido que su equipo, el ASVEL, ganaba al Baskonia por 76 a 69 y cerraba la cuarta jornada de la Euroliga.
Théo Maledon tiene sólo 23 años y ha sido el principal responsable de que el equipo francés haya logrado dos triunfos en cuatro partidos, las mismas que sumó en las ocho de arranque del pasado curso (y con las que acabó la primera vuelta, 17 partidos). MVP de la cuarta jornada con 25 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias y 3 robos para 36 puntos de valoración, es el quinto jugador más anotador (17,5 puntos), y más valorado (24,5 créditos),
Junto a él, en la tercera posición de jugadores más valorados (23,2 p.v.) está Neal Sako (co-MVP de la jornada 2), que promedia un doble-doble en puntos (12,8) y rebotes (líder con 10), además de ser el jugador que más balones roba con 2,2. Late bloomer en el Cholet con el que brilló en la pasada Basketball Champions League, jugó la pasada Liga de Verano con los Miami Heat.
Ya hemos hablado de la dificultad del mercado para incorporar jugadores, con un embudo que cada vez hace que vengan menos desde Estados Unidos por la mejora de las condiciones de la G-League y el sueño, deportivo y económico, de abrirse un hueco en la NBA. Pero hay brotes para la esperanza con el efecto retorno.
Maledon, con sólo 17 años, debutaba profesionalmente y jugaba un total de 22 partidos de Euroliga en el ASVEL la temporada 2019-20 antes de dar el salto a la NBA tras ser escogido en el 34 puesto del Draft por los 76ers que lo traspasaban a los Thunder.
Tras una primera temporada con 65 partidos jugados en los de Oklahoma en plena reconstrucción (14ºs de la Conferencia Oeste), donde coincidió con el también retornado Pokusevski y Gabriel Deck, pasaría a jugar 51 la siguiente, compatibilizándolo ya con su presencia en la Liga de Desarrollo.
Las cosas ya habían cambiado: la eclosión de Gilgeous-Alexander y la elección del australiano Josh Giddey, número seis del Draft de 2021 en uno de los múltiples picks de los que tenía Sam Presti, habían empezado a relegarle. De los casi 28 minutos de la primera campaña, curiosamente los mismos que juega ahora en el ASVEL, había pasado a menos de 18 en la segunda.
Y a partir de ahí, traspasado a los Rockets en septiembre y posteriormente cortado. Esa misma 22-23 firmaría un contrato dual con los Hornets en los que jugaría 44 partidos y 23 con el equipo de G-League para el pasado curso sólo disputar 17 choques en la NBA (13 en Hornets y 4 en Suns, siendo despedido en marzo).
Y es que, la NBA cada vez más quiere pescar overseas a jugadores más jóvenes para pulirlos a imagen y semejanza. Con las cifras salariales que se manejan en Estados Unidos, obviamente, todo jugador tiene la aspiración de jugar allí. Y las franquicias, con los desembolsos que hacen, de probar jugadores y formarlos para ver si les valen o no.
Pero hay veces en las que los jugadores no quieren convertirse en pelota de ping-pong para ir rebotada de franquicia en franquicia viviendo con las maletas preparadas en la puerta de casa. Porque cuando entras a formar parte de la NBA, tu destino no depende de ti, muchas veces eres una mercancía. Y el segundo problema son los ecosistemas: ahí la suerte también juega un papel importante de en qué franquicia caes y cuándo caes.
Que se lo digan a Vasilije Micic. Dos veces campeón de la Euroliga, dos MVP's de las respectivas Final Four, hablándose una y otra vez de cuando daba el salto a la NBA… Se decidió a hacerlo la pasada temporada a los 31 años con unos Thunder en los que el canadiense Shai Gilgeous-Alexander es una auténtica estrella al que los General Manager le colocan como MVP de la próxima temporada en la NBA.
El resultado fue claro: 30 partidos disputados de los 52 posibles con 12 minutos de promedio. La suerte, su traspaso en febrero curiosamente también a los Hornets. 30 partidos, 21 titular, con más de 27 minutos de media con unas medias de 10,8 puntos, 6,2 asistencias y 2,1 rebotes. "Soy feliz donde me quieren, y creo que esta temporada será mucho mejor para mí", decía en una entrevista a Sport Klub hace poco más de un mes con pullita incluida a la franquicia en la que desembarcó en la NBA.
Pero la lista no acaba ahí y tenemos ejemplos cercanos en el pasado reciente como el de Campazzo, Vildoza, Musa, Larkin… o este mismo verano el de Frank Ntilikina. Dos veces mejor joven de la Liga Francesa en 2016 y 2017, parecía hacerse un hueco en la NBA en los Knicks (211 partidos) y los Mavs (105).
Una fractura de tibia le apartaba de las canchas en el que iba a ser su nuevo equipo, los Hornets, pero, curiosamente, coincidiendo con la llegada de Micic sería cortado en febrero. Y la NBA se olvidó de él (como de alguno de sus compañeros en Serbia como Carlik Jones al que redescubrieron en el amistoso de Sudán del Sur ante el Team USA). Qué importante es para los clubes europeos monitorizar situaciones, así como por ejemplo en el caso del Real Madrid con Usman Garuba.
Ntilikina ya había negociado con el Partizan el verano anterior, pero "sabían que mi prioridad era probar en la NBA. Sabían que mi sueño de niño era probar si tenía otra oportunidad. Este verano las cosas fueron diferentes. No tenía ofertas cuando llamaron".
¿Cola de león o cabeza de ratón?
Pero no todo el mundo tiene la misma resiliencia, perseverancia o aguante. Llámenlo como quieran.
Vezenkov se iba a la NBA como MVP de la temporada 2022-23 a los 29 años. Y en los Kings no tuvo una temporada fácil, con un par de lesiones de tobillo que cortaban su continuidad. Sobre su decisión de volver a Europa con el Olympiacos reconocía a Eurohoops que "son dilemas muy bonitos. Yo analizo todas las posibilidades. Te da alegría volver a un entorno familiar donde te quieren. Prefiero estar en un entorno competitivo, luchar por títulos y sentirme importante. No sabía si tendría una oportunidad en la NBA como la que me di. Esto es lo que quería hacer y quería hacerlo con el Olympiacos. Esta es mi casa".
Aún quedan románticos… a razón de cinco años de contrato para un total de 18,5 millones de euros netos, convirtiéndose en el segundo jugador mejor pagado de la historia del Pireo. Ha sido volver, lograr dos MVP's consecutivos en las jornadas segunda y tercera de la Euroliga y ser el quinto jugador más valorado empatado con el cuarto con 22,5 créditos.
Por eso, todas estas situaciones dejan una puerta abierta a poder seguir disfrutando de jugadores que no tienen cabida por H o por B más allá del Atlántico en una competición como la Euroliga que cada temporada que pasa sube el listón. I feel Devotion.