El Real Madrid carbura con un Musa pletórico y el Barça exhibe su fortaleza

Era cuestión de tiempo que el Real Madrid baloncesto se acostumbrase a ganar. Con una de las mejores plantillas de Europa, los blancos habían comenzado de manera muy irregular la primera temporada de Chus Mateo en el banquillo. Problemas defensivos y notables carencias ofensivas hacían de los madrileños un equipo al que se le podía meter mano. Pero algo cambiado, la defensa centrada en Tavares ha vuelto y, en ataque, los jugadores ya saben que hacer. En Valencia llegó la cuarta victoria seguida en competición continental.

Con el mismo récord está el Barcelona basket, que superó gracias a su juego coral a un rocoso Partizán de Belgrado. Los azulgranas están sobreviviendo demasiado bien a la ausencia de Mirotic y la puesta a punto de un Higgins que todavía está lejos de su mejor versión. Los jugadores no juegan bonito, simplemente se limitan a hacer lo que les manda Jasikevicius, más que suficiente para seguir acumulando victorias.

Musa es el mejor fichaje del Real Madrid en años. No es el mejor jugador que ha llegado a la capital, que es Tavares, y posiblemente tampoco el más talentoso, pero sí el que más falta hacía. El equipo blanco llevaba demasiado tiempo tener un anotador exterior que fuese fiable. Hasta ahora, dependía de las mandarinas de Llull, la irregularidad de Causeur o la poca fiabilidad de sus bases, pero ahora tiene al fino estilista bosnio, que partido tras partido demuestra que es el jugador con más puntos en la plantilla, y eso en Europa vale oro. Hoy, 28 tantos y 32 de valoración.

A este Barcelona es muy difícil ganarle. Sin Mirotic y por ahora casi sin Higgins y tras haber perdido a Brandon Davies y Calathes en verano, los de Jasikevicius tenían que unir demasiadas piezas nuevas en este inicio de temporada, y se antojaba difícil. Pero el espíritu que imprime el entrenador lituano no entiende de nombres. El conjunto azulgrana es una roca en defensa y, a partir de ahí, crece en ataque. Sin grandes individualidades sobre el parqué, el grupo rema en la misma dirección y los triunfos siguen cayendo mientras Mirotic ya está a punto de regresar a las pistas.

Tras el sopapo que supuso la derrota en Zaragoza hace poco más de dos semanas, el Real Madrid por fin parece que ha espabilado. Hoy en Valencia se vio por momentos a un equipo similar al que había diseñado Laso en las últimas temporadas. Serio en defensa, contundente en el rebote y con velocidad en ataque. Sin necesidad de un gran director de juego, pero con un Musa eléctrico y un juego interior inigualable, los de Chus Mateo firmaron uno de los mejores encuentros de la presente temporada salvo por un último cuarto en el que volvieron a mostrar algunas dudas. Ya van cuatro victorias consecutivas en Euroliga.

Obradovic, siempre Obradovic. Sus gestos, sus broncas, sus celebraciones, su cara completamente colorada… El entrenador serbio, una auténtica institución en los banquillos del baloncesto europeo, es un regalo para los aficionados. Porque además de todo el repertorio que ofrece más allá de lo puramente deportivo, con la pizarra sigue siendo un maestro. El Partizán, un equipo formado por buenos jugadores pero no por estrellas, compite casi siempre frente a rivales de mayor entidad.

El ala-pívot francés llegó al campeón de la ACB para ser un complemento en la rotación interior de los de Chus Mateo, sobre todo por la lesión de larga duración de Randolph. En sus primeras semanas en la capital apenas contó para el técnico del conjunto blanco, pero la lesión de Yabusele ha disparado sus minutos en los últimos encuentros y el galo ha respondido con creces. Frente a Alba Berlín se fue a los ocho puntos y cuatro rebotes, contra UCAM Murcia firmó 10 puntos y tres rebotes y hoy, ante Valencia Basket, 10 puntos y 4 rebotes. Un jugador a tener muy en cuenta.

Este Fenerbahce va muy en serio. El cambiado equipo turco es la gran sensación de lo que va de Euroliga. Las llegadas de Itoudis, Calathes, Hayes, Motley o Wilbekin aseguraban a los otomanos ser un equipo competitivo y volver a luchar por ser cabeza de serie en playoffs, pero la realidad ha superado todas las expectativas. Tras su agónico triunfo en Mónaco cogen dos partidos de ventaja sobre todos los perseguidores y, por ahora, apenas han sufrido una derrota, y fue en el Palau por un solo punto de diferencia. Salvo caída inesperada, son claros candidatos al título.