Al Real Madrid esta vez no le vale con los centímetros

Chus Mateo apuntaba hace 10 días el cambio en el patrón de juego en el Real Madrid: "Partimos de una premisa a la hora de jugar nuestro ataque, y es que cuanto antes entremos en pintura, antes estará amenazada la defensa contraria". Una buena hipótesis a la que ante Olympiacos le faltó un supuesto: para hacer llegar el balón a la pintura, necesitas a alguien que lo lleve hasta allí. Y eso es precisamente de lo que adolecieron los blancos en El Pireo.

Las bajas de Williams-Goss y Sergio Rodríguez dejaban al Madrid sin brújula en Atenas y sin el nexo de conexión entre el exterior y el interior. Sin directores de orquesta ni Abalde, Mateo tuvo que improvisar dando el timón a Llull, a Hanga, a Rudy, a Hezonja… y casi a cualquiera que tuviera en el banquillo. Y en ese galimatías, sin ideas en ataque, el Real Madrid baloncesto cosechó una derrota que les hace caer de la primera plaza en favor del equipo heleno, que reina en el cuádruple empate entre Madrid, Barça, Fenerbahce y ellos mismos.

Los blancos esgrimieron sus argumentos interiores con el dominio de Poirier, sobre todo en el rebote, el habitual encuentro de Tavares, que no pudo ser decisivo, y los chispazos de Hezonja. Pero poco más. El conjunto madridista apenas tuvo ideas en ataque y la mejor prueba son las 14 pérdidas cometidas por un Real Madrid falto de circulación y en el que muchas veces los bloqueos entre unos y otros no terminaban en ningún sitio. Si además sumamos el 13% desde el triple y su baja anotación (la peor de la temporada en Euroliga), la explicación al tropiezo blanca es clara: los centímetros no son suficiente en el baloncesto actual.

Me gustaría haber elegido otra imagen por su protagonista, pero creo que es la instantánea de la jornada por lo rocambolesco de la acción y por lo que supuso para el devenir del partido que disputaban Zalgiris y Estrella Roja en Kaunas. Con 67-64 y 55 segundos por jugarse, el balón era para los balcánicos. Sacaban en campo contrario para intentar empatar. Vildoza era el encargado de poner la bola en juego, pero no lo consiguió. Agobiado porque se quedaba sin tiempo, el argentino lanzó el balón contra el cuerpo de Tomas Dimsa, con la mala suerte de que la bola rebota contra él. Balón para el Zalgiris. Triple de Ulanovas y derrota de los de Ivanovic, que vuelve a caerse del top 8.

Ergin Ataman. Una vez más. El entrenador turco sabe navegar con el viento a favor gracias al megayate que tiene entre manos. Sin embargo, cuando Eolo rola su soplido, el técnico parece perdido y con el timón de una tabla de madera entre sus manos. Ante el Bayern de Múnich el Efes sufrió un cortocircuito de los que hacen época y de los que pueden pasar factura más adelante en la temporada. El conjunto turco dominaba en casa a falta de seis minutos con el marcador 74-68 a favor. ¿Todo decidido? Error. Ataman no encontró soluciones para frenar a Hunter y Augustine, que dieron la vuelta al luminoso para terminar imponiéndose en un partido loco por 81-89. Un tropiezo impensable y que complica la vida al actual campeón de Europa.

Se puede cerrar un cuarto con un triple desde el centro del campo o se puede abrochar con estilo como hizo Mario Hezonja en el tercer parcial del choque ante el Olympiacos. El croata recibió casi en el logo con nueve segundos por jugarse, amagó con levantarse y lo que hizo fue iniciar una potente penetración que terminó, tras colarse entre dos rivales, con elegancia con un aro pasado. Una dosis de un talento que Hezonja está mostrando a cuentagotas en su primera temporada en el Madrid y que hace preguntarse por qué en algunos partidos tiene tan poco protagonismo en forma de minutos en cancha.

Thomas Walkup puede ser la estrella menos reconocida de la Euroliga. Y eso es un error. Tanto para los aficionados como para los rivales, que muchas veces no son conscientes del daño que puede hacer el estadounidense, que ante el Real Madrid fue la pieza decisiva para la victoria del Olympiacos. El jugador texano aprovechó las ausencias del Real Madrid en el '1' y castigó a los blancos desde esa posición. Walkup terminó con 18 puntos (a uno de su tope anotador en la Euroliga) gracias a sus cuatro de seis en tiros de campo con tres triples. Además sumó dos rebotes, dos asistencias y un robo de balón que no muestra en su totalidad su incidencia defensiva ante los problemas del Madrid para jugar en ataque.