Misko Raznatovic, el gran agente del basket europeo: "Si tienes éxito en Serbia como abogado penalista en los 90 todo lo demás te resulta más fácil"

Hablar de Misko Raznatovic (Serbia, 1966) es hacerlo de uno de los nombres más importantes del baloncesto europeo. Sin pisar la cancha, sus negociaciones forman parte del guion que se va a escribir en el Viejo Continente durante la temporada. Es el representante más icónico del basket continental y el descubridor, casi por casualidad, de Nikola Jokic. Ahora habla con Relevo sobre su carrera y el futuro del deporte de la canasta.

Comencé a jugar al baloncesto cuando tenía 13 años y me retiré a los 38. Jugué más de 20 temporadas senior a mis espaldas. ¡Pero dejé el baloncesto profesional cuando tenía 22 años y luego jugué hasta el final en la versión serbia de LEB Plata y la EBA! Al final era divertido porque yo ya era un agente serio y muy conocido, pero también un jugador. En mi última temporada jugué en el mismo equipo que Nikola Pekovic y Marko Keselj, que entonces eran muy jóvenes. Era una máquina de baloncesto en ese nivel de baloncesto, pero sin pasar demasiado [Risas].

Estudiaba y jugaba al mismo tiempo y terminé muy pronto. En 1992 establecí mi propio despacho y tuve una prometedora carrera como abogado penalista. Entonces, el baloncesto cambió mi rumbo y mi futuro. Si con 26 años tienes éxito como abogado penalista en Serbia durante los 90, entonces todo lo demás que haces en los negocios te resulta fácil. Fue duro, peligroso e, incluso, aterrador.

Nunca fue mi plan. Yo siempre soñé en tener una gran carrera como abogado penalista, pero, de repente, llegó mucho dinero al baloncesto serbio y por primera vez los jugadores necesitaban protección legal. Me conocían de las canchas y tenía una gran reputación como abogado joven, así que empezaron a contratarme para hacer sus contratos.

En aquella época apenas había contratos profesionales para jugadores en Serbia. Sólo unos pocos, entonces tuve que empezar de cero. Fue un éxito y me encantó. Unos años más tarde, viendo los errores de los clubes en la elección de los jugadores, y con mi conocimiento del baloncesto, comencé a aconsejar a los equipos a quién fichar y cómo construir los equipos. De nuevo, fue todo un éxito y me convertí en agente de baloncesto sin haberlo planeado.

Sinceramente, no lo sé. Hay muchos agentes trabajando en la empresa y nunca contamos. Sólo conozco el número de jugadores en la Euroliga debido a la clasificación que publica Eurohoops. Este año tuvimos 46. En la NBA más o menos cada temporada tenemos unos diez clientes.

Branko Sindjelic, cuyo contrato firmé el 23 de mayo de 1995. Fue un pequeño traspaso local entre dos equipos de Segunda división de Belgrado. Hizo una buena carrera después, jugando en Partizan, Limoges... Hoy en día seguimos siendo amigos.

Tenía que quedarme en la oficina mucho más tiempo que ahora. Usábamos una máquina de fax para las firmas de los contratos. Desde la perspectiva actual, no tengo idea de cómo era posible que aquello funcionara, pero todo lo hizo perfectamente. Por supuesto, se gasta mucha más energía y tiempo en comparación con la actualidad.

Adam Wojcik fue mi primer contrato con un equipo Euroliga, con Peristeri y luego el año siguiente con Unicaja. Tras su llegada a Málaga, por primera vez, comencé a considerarme un agente de alto nivel. En general, mi carrera cambió cuando Dusan Ivkovic se unió a la agencia en 2002.

Es muy difícil juzgarte a ti mismo. Creo que es la combinación perfecta de conocimiento, energía y educación en el baloncesto. Algunos agentes tenían una gran educación y sentido para los negocios, pero les faltaba conocimientos de baloncesto. Algunos de ellos son exjugadores y entrenadores, pero no tuvieron tanto tiempo para estudiar durante su carrera y esto les falta.

Amo el baloncesto más que cualquier otra cosa y tengo la suerte de que el baloncesto y ver partidos son mi negocio. Seguramente, soy el agente que ve la mayor cantidad de partidos en todos los niveles, en vivo y por televisión. No tengo por qué hacerlo, pero me encanta. Esos, probablemente, son los motivos para tener los resultados que tengo.

Ya no soy presidente, ni siquiera miembro de la junta directiva. Fue al principio cuando Mega jugaba en ligas menores. Desde que empezaron a competir en la ABA, tuve que dejarlo, pero por supuesto que tengo una gran influencia allí.

Son días muy ocupados, con muchas extensiones de contrato ya y algunos fichajes que no puedo anunciar. Abril, mayo con la Final Four, y junio son tres meses en los que estoy de viaje todo el tiempo. Es la parte más dura y también la más bonita de la temporada.

Mi teléfono tiene una batería milagrosa y con una pequeña carga estoy bien. No cuento las llamadas, pero sí recuerdo un día que quise saber con cuánta gente había chateado ese día. Vi mi lista de WhatsApp y me puse a contar antes de dormir. No sé por qué lo hice y fue sólo esa vez, pero fueron 158 personas.

Casi todo lo que veo lo hago como agente, centrándome en mis clientes y apuntando jugadores. Muchas veces es difícil porque tengo muchos clientes en ambos equipos y realmente no puedo verlo como un fan. Pero encontré la manera de ver esos partidos y a quién apoyar en ese momento. Apoyo al equipo que más necesita ganar. Pero si van igual, como ocurrió en el Fenerbahce-Mónaco, con cuatro jugadores en cada equipo, ahí es muy divertido. Ahí apoyo, o mejor dicho espero, que cada equipo anote en sus ataques. [Risas]

Muchas. Alguna vez lo intenté, pero siempre había muchos problemas y, realmente, no puedo ver fútbol con frecuencia, así que lo dejé. Pero estoy orgulloso de haber redactado un contrato para Radomir Antic hace 15 años, además de haberle conseguido una gran victoria ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo de Lausana.

Es una historia única. En noviembre de 2012 estaba leyendo un periódico deportivo serbio, que era mi rutina diaria durante 50 años. ¡Algo así como el Marca serbio, pero siempre con tres páginas sobre baloncesto con todos los resultados y estadísticas de todas las ligas de Serbia! Me di cuenta de que un niño había hecho un doble-doble enorme como más de 25 puntos y 25 rebotes en una liga Sub-18. La semana siguiente lo revisé nuevamente y tenía números similares. Entonces, envié a uno de los scouts que trabajan conmigo a buscar a su familia, tratando de reclutar a ese niño desconocido e invisible. Lo lograron y unas semanas más tarde se unió a la agencia y, luego, un mes después, se unió a Mega. Firmé su contrato de representación sin haberle visto jugar, lo que casi nunca ha pasado. Ni antes ni después. Obviamente, algunos días tienes más suerte que otros. Yo tuve mucha suerte ese día. [Risas]

Drazen es mi ídolo desde la infancia y es por él que usaba el número 4 y por eso este número es parte de mi dirección de correo electrónico y mi nombre en el perfil de mis redes sociales. Pero Nikola es tres veces MVP de la NBA y solo cuatro jugadores en la historia del baloncesto tienen mejores resultados que él. Así que no es difícil saber a quién considero el mejor jugador europeo de todos los tiempos, a pesar de que es difícil comparar diferentes épocas.

No creo que lo haga nunca. Jokic es único. Pero ahora tengo al menos docenas de jóvenes talentos que pueden soñar con seguir su camino.

Estoy enamorado del baloncesto europeo. Es el campo en el que juego y estoy a muerte con la Euroliga, pero el negocio del baloncesto europeo no tiene un futuro brillante.

El dinero de la NBA es muy grande y será mayor. Además, el número de contratos bidireccionales aumenta y Europa recibe cada vez menos jugadores de calidad de Estados Unidos. Si la NBA agrega dos equipos más, serán 40 jugadores menos para Europa. Si a eso se suman 30 menos porque se permite un tercer contrato bidireccional, entonces serán 70 menos.

Además, los equipos europeos no dan oportunidades a los jóvenes y las ligas están envejeciendo. No tenemos nuevas caras porque los mejores jugadores jóvenes se van a la NBA. Y, encima, con el dinero de los derechos NIL, las universidades elegirán a los mejores jóvenes que no están en la NBA.

Realmente no sé quiénes serán las caras nuevas de la Euroliga dentro de tres o cuatro años. Me preocupa el baloncesto en Europa. No hay duda de que la competencia es enorme y excitante, pero la Euroliga echa de menos a estrellas como las que tenía antes: Spanoulis, Diamantidis, Navarro… Me encantaría estar equivocado como nunca antes me ha pasado.

Desde el principio me gustó esta idea. Probablemente, si lo logran, tendremos otros buenos equipos en Arabia y el baloncesto se expandirá.