Nigel Hayes bate el récord de puntos en un partido de Euroliga emulando a Dejounte Murray

Nigel Hayes explicaba tranquilo lo que acababa de ocurrir: "Tenía puesto en mis notas del principio de temporada que quería batir el récord de anotación este año y antes del partido le dije a un amigo que iba a tener un día Dejounte Murray, no sabía que iba a batir el récord, pero sí que iba a tirar mucho". Una calma sorprendente para lo que acababa de ocurrir, una tarde loca en la que se había cascado 50 puntos, uno detrás de otro, sin parar. Un récord, por supuesto.

Murray, a quien se refería su discurso, había metido la noche previa 44 puntos en 44 tiros jugando con los Hawks contra los Celtics. El partido, en el que el equipo de Georgia ganó al mejor equipo del este, necesitó que el escolta se tirase hasta las zapatillas. Y en realidad fue mucho menos eficaz que Hayes, un jugador que no siempre funciona, pero cuando lo hace puede llegar a ser deslumbrante.

Las tardes buenas de Nigel Hayes presentan a un anotador voraz, un jugador de baloncesto de gran dimensión y talento. No aparecen siempre, no es un jugador regular, ni fácil, pero cuando aparecen cualquier cosa es posible. En ese 'cualquier cosa' cabe batir un récord de anotación de la Euroliga, marcarse un partido con 50 puntos y lograr así grabar su nombre en la historia de la competición.

Bien es cierto que la competición no es tan antigua, que este registro estadístico solo mira el pasado desde la independencia de la FIBA y que antes otros como Arlaukas lograron traspasar esa barrera. Pero 50 puntos son 50 puntos y la era actual arrancó en el año 2000, es decir, es la mejor puntuación de un solo jugador en casi un cuarto de siglo.

Con su canasta final logró llegar al medio centenar. Sus números del partido retratan a un anotador tremendo 9 de 11 en tiros de dos, 9 de 16 en triples y 5 de 7 en tiros libres. Un recital absoluto en menos de media hora de juego. Con eso superó los 49 que había logrado Larkin en 2019, también otro anotador estadounidense con capacidad para, una noche inesperada, reventar todas las expectativas.

Hayes llegó este verano a Turquía, rebotado del Barcelona. En la ciudad condal había dado una imagen no muy buena. Sí, había noches que parecía bueno, pero se contagió del tono general del equipo, con la amenaza de un fin de era encima de sus cabezas, y nunca llegó a despegar. Se fue sin pena ni gloria, también porque el equipo está en proceso de ahorro, y llegó a un proyecto grande, con Itoudis en el banquillo y mucha ambición.

No todos los partidos son como este, por supuesto, a veces no tiene esa electricidad, pero él es de los que puede demostrar a veces que tiene esa garra, que es capaz. Para ver lo raro que es algo así, basta con mirar el historial reciente de Hayes en la Euroliga. Esta temporada su mejor anotación era de 24 puntos. Pero los jugadores como él, a veces, son capaces de reventar la pista.