Un partido que vale una temporada... y casi dos millones de euros para el Madrid

La campaña del Real Madrid bien valdría un estudio psicológico. En ella se han dado todas las emociones posibles: alegría con la Supercopa, tristeza en la Copa, incertidumbre con la irregularidad del equipo… Y ahora llegan el nerviosismo y la tensión que pueden preceder al éxtasis o la decepción. Todo en 40 minutos, si no hay prórroga, que valen una temporada y pueden marcar el futuro más inmediato del equipo.

Porque para el Real Madrid de baloncesto y para Chus Mateo el encuentro frente al Partizan de Belgrado es algo más. Mucho más. Tras la convulsa e incomprensible salida de Pablo Laso, el traspiés copero ante Unicaja, la derrota ante Maccabi que le condenó a la tercera plaza en Euroliga, su tercer puesto en la competición doméstica a un partido de Barça y Baskonia, la irregularidad mostrada durante todo el curso y las dudas levantadas en la dirección del equipo han puesto al técnico blanco en el centro del debate.

Para el preparador madridista el partido es todo o nada. Las dos victorias en Belgrado han servido de bálsamo para él y han silenciado las voces críticas que le han acompañado durante todo el curso. Sin embargo, una derrota tras haber conseguido lo más difícil devolverá los fantasmas a las, por fin, repletas gradas del WiZink. Volverán a sonar nombres como el de Pablo Laso o el de Sergio Scariolo (al que muchos ya sitúan en la órbita blanca) y se esgrimirá que el hoy técnico blanco no estaba preparado para llevar las riendas de este equipo.

Mateo apela a dos ingredientes fundamentales para que el equipo blanco selle el billete a su octava Final Four en la última década: cabeza y corazón. "Las dos cosas son importantes, con el equipo mermado por alguna lesión y sanción, no somos el mismo equipo que nos gustaría ser, y eso hay que suplirlo, además de con la cabeza, con el corazón. Hay que tratar de que esas bajas no se noten en exceso y tratar incluso de sacar partido de esas carencias. El corazón tiene que estar presente para evitar ciertas limitaciones físicas", apunta el entrenador madrileño.

Pero el futuro de la temporada no es lo único que está en juego para el Real Madrid en su duelo contra el Partizan de Obradovic. Una derrota supondría un palo económico para las arcas del equipo dirigido en los despachos por Juan Carlos Sánchez. El billete a Kaunas, donde se disputa la final a cuatro, supone una inyección económica que va desde los 762.000 euros (cuarto clasificado) a los 1.759.398 euros que recibirá el equipo que salga campeón este curso. Un premio demasiado goloso para dejarlo escapar.

El Real Madrid ha demostrado que tiene argumentos de sobra para pensar en la victoria. Especialmente con un Edy Tavares que ha sido el principal argumento del equipo. El caboverdiano tendrá que agigantar más aún su figura ante las ausencias de Yabusele y Deck, compañeros habituales en el '4'. De momento promedia más de 30 de valoración en la serie. Pero hoy tendrá que ir un paso más allá.

"En los partidos en los que ha podido jugar lo ha hecho bien, aunque debemos estar preparados, por si no lo hace tan bien, para hacerlo nosotros como equipo. Nos ayuda a encontrar soluciones y al rival lo condiciona en defensa y ataque. Hasta ahora ha estado muy bien y espero que siga en esa línea. En ataque es un referente ofensivo, ayuda mucho ante ciertos tipos de defensa contar con un jugador tan importante como Edy en la pintura, y lo importante es que está teniendo la madurez suficiente para estar tranquilo. En ocasiones recibe muchas faltas que tiene que aguantar, muchas veces tratan de sacarle fuera de sus casillas, pero debe ser inteligente y lo está siendo", afirmó Mateo en la previa.

"Estamos con nuestra gente y ahora se tiene que ver baloncesto, sin ningún problema, como en los dos partidos en Belgrado. Hay que darlo todo", explicaba el capitán Rudy Fernández. "El escudo es lo que nos representa y lo que tenemos que representar. Hay que dejar el escudo lo más arriba posible". Sobre todo por las consecuencias que puede tener si no se consigue una victoria que puede valer una temporada.