Los debes que han puesto en jaque al Barça de baloncesto: solidez, nervios... y una incógnita con Willy Hernangómez
Los problemas de intensidad y el nerviosismo en ataque meten al conjunto culé en una mala dinámica con cuatro derrotas en cinco partidos.

Cuatro derrotas en cinco partidos. Dos de ellas en sólo 48 horas en el Palau, donde no se sabía lo que era perder desde la pasada temporada. Y un problema que va más allá de los resultados: no saber dar "con la tecla" para revertir lo que ocurre. El Barça de Roger Grimau atraviesa su peor racha y el técnico azulgrana vive, como dijo el pasado miércoles, "su peor momento" como entrenador culé. Algo que ni la Euroliga ha conseguido revertir. Una situación que empieza a lastrar demasiado al conjunto catalán. Los problemas de intensidad y concentración persisten y desde el banquillo no se ha hallado ninguna solución al respecto para evitarlos.
"No entrar con la misma intensidad al inicio del partido que tras el descanso es lo que nos está matando. No podemos permitir que nos metan 50 puntos en la primera parte, ir a remolque y hacer una segunda parte bastante correcta. Evidentemente no he encontrado la tecla", admitía Grimau tras la derrota ante el Olimpia Milán (86-90). Y lo cierto es que esa falta de intensidad era un síntoma que el conjunto culé manifestaba durante los últimos partidos de la Liga Endesa, pero que ha terminado también por extenderse a la Euroliga. Pero, ¿qué es lo que está fallando? A tenor de lo visto en los últimos partidos, varias cosas que se repiten jornada tras jornada.
Por un lado, están los fallos en defensa, pero, sobre todo, la falta de solidez. Y aquí, el problema parte de la falta de intensidad y concentración, como bien reconocía el técnico. Por otro, las imprecisiones en ataque, donde esta vez tampoco estuvieron bien los bases (ante Milán no fue el día de Satoransky ni Jokubaitis). Y esta es una consecuencia de lo primero, que hace que el juego ofensivo termine impregnado de demasiada ansiedad por tratar de revertir lo que está ocurriendo en su propio aro y que termina por hacer que las cosas no salgan bien.
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"Todo suma y habitualmente cuando estás en un momento defensivo bueno, el ataque es más fluido. Es recuperar sensaciones, defensivas y ofensivas, es todo un pack, no se puede separar ataque de la defensa", explicaba en este sentido Grimau, que tampoco sabía explicar el motivo que ha hecho que los suyos se encuentren en esta situación en la que "falta frescor y fluidez tanto en ataque como en defensa".
"No sé cuál es la palabra, si presión o qué, pero es verdad que no tenemos la fluidez y tranquilidad de hace una semana. Entras en estas dinámicas y pierdes fluidez, piensas más de lo normal en vez de jugar con la tranquilidad con la que estábamos jugando. No sé si es presión o qué. Pero encadenar derrotas no ayuda y necesitamos hacer ese clic para cambiar la dinámica", indicaba el técnico. Y lo cierto es que él mismo vivió esa intranquilidad desde el banquillo, algo que se vio con las decisiones sobre Willy Hernangómez.
El pívot apenas había jugado en la segunda mitad y fue la apuesta de Grimau para los dos últimos minutos. Un cambio de plan que al final también pareció denotar cierto nerviosismo y que el propio Grimau reconoció que pudo ser un error. "Son sensaciones y momentos. Lo mismo me he equivocado. Pero era la decisión que en ese momento crees que puede ayudar a ganar el partido", admitió.
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Al igual que ocurriera a principios de temporada, algo que estaba justificado al ser un equipo nuevo, al Barça se le ve otra vez falto de solidez. Y el problema es que esto ya no se justifica como entonces. Porque ya no hay 'días de cortesía' que valgan como durante las primeras jornadas de competición.
"Normalmente en esta situación lo que hay que hacer es simplificar más, estar más tranquilo y mostrar solidez. Hacer que la base sea sólida y seguir creyendo en las cosas que nos habían dado éxito", explicó el técnico que insistió en que "lo único que estoy 100% seguro es que no tiene que ver con el compromiso ni las ganas de los jugadores. Tenemos que creer más y seguir con el trabajo que hacemos".
La realidad es que, pese a ello, el Barça ha entrado en un bucle complicado. Ya son tres las derrotas consecutivas -cuatro en los últimos cinco partidos- y con errores que se repiten una y otra vez. Y en 48 horas, llega un duelo ante un Baskonia que, pese a la derrota esta jornada de Euroliga, está mostrando muy buen juego bajo la batuta de Dusko Ivanovic. Y que, por cierto, necesita de victorias en Liga Endesa para certificar su billete a la Copa del Rey de Málaga.