EUROLIGA

Tony Parker fulmina a Pozzecco, el excéntrico entrenador que vivió un falso divorcio y vaciló a Jordan

El presidente del ASVEL ha destituido a su técnico y ha cargado contra él: "Se ha rendido. Como competidor que soy, es algo que no puedo entender".

Pozzecco, en un partido con el ASVEL./EFE
Pozzecco, en un partido con el ASVEL. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

"Necesitábamos un electroshock, algún cambio. Es lo que nos aporta". Estas palabras de Tony Parker, leyenda de la canasta y presidente de ASVEL, dieron la bienvenida a Gianmarco Pozzecco. Si no les suena así, quizás les resulte más familiar su corriente denominación: el entrenador más excéntrico de Europa. Efectivamente, impacto tuvo, pero se ha difuminado dos meses después de su contratación. El club francés ha oficializado el Día de Reyes su despido (le sustituye Poupet, asistente hasta ahora) y el legendario base de los Spurs no se ha mordido la lengua para explicar sus motivos...

Pozzecco, expulsado en el Mundial.

Por un lado está los resultados. ASVEL es penúltimo de la Euroliga, con solo tres victorias. Curioso, no obstante, que su último duelo se tradujera en victoria frente a Zalgiris y que hace apenas una semana pusieron contra las cuerdas al líder Real Madrid. Pero cuando contratas a Pozzecco hay algo más. Sabes que traes a tus filas a un técnico excéntrico, coleccionista de técnicas y expulsiones y una mina en ruedas de prensa.

Por lo que comenta Parker en L'Equipe, tampoco parece un maestro en la gestión de vestuarios. "Estoy muy muy decepcionado con su actuación, con su gestión del equipo. Durante dos o tres semanas ya supimos que no podía ir más lejos. Ningún club de la Euroliga juega así. Es poco realista y simplemente imposible jugar tres partidos por semana con nueve jugadores", cuenta enfadado el presidente de la entidad.

Un jugador de su talla tiene capacidad suficiente para analizar exhaustivamente la gestión del técnico. Y razón no le falta, al menos en la estadística. Por ejemplo, ante el Madrid utilizó a Paris Lee (35 minutos), Kahudi (28), Luwawu-Cabarrot (30), Lauvergne (26), Mike Scott (24), Edwin Jackson (14), Egbunu (16), Youssoupha Fall (17) y Lighty (8). Sobrexplotación de sus jugadores más decisivos en bucle.

Pero Parker va más allá y reflexiona sobre la filosofía del equipo: "Su actitud era cada vez más negativa. Le costó motivar de nuevo a los jugadores y poco a poco fueron ellos los que ya no creyeron en él. Había decidido no hacer jugar a nuestros jóvenes. No quiero más entrenadores que hagan eso. No es nuestra filosofía".

Lo que comenzó siendo una historia de motivación y adrenalina a un equipo hinchado de derrotas, se convirtió en una disparidad de opiniones que duró más de la cuenta. El Parker más certero no se esconde: "Sobre todo veo que se ha rendido. Como competidor que soy, es algo que no puedo entender. Rendirse así después de un mes y medio... Ya pude ver que él no iba a dejar el cargo, no iba a dejar dinero sobre la mesa. Esto es un negocio".

El show de Pozzecco ya no debe continuar

Parker fue valiente en el movimiento que llevo a Pozzecco a su banquillo. Principalmente porque le tocó despedir a T.J, Parker, su propio hermano. Y no le salió mal. Ese electroshock reanimó al ASVEL, que logró ganar a Zalgiris y ALBA Berlín. Después llegaron las derrotas, es cierto que la plantilla tampoco aspira a volar alto. Pero tuvo incentivos para recuperar motivación, encontrar su mejor juego e ir sumando triunfo poco a poco. Si por el camino llegó la inauguración del LDLC Arena, un pabellón estilo NBA y con un ambiente ensordecedor.

Pozzecco tenía todo para consolidarse en el puesto: la experiencia de haber sido asistente de Messina, los grandes resultados con Italia en EuroBasket (cuartos) y Copa del Mundo (cuartos)... Y el carisma de un técnico que hace enloquecer a su público. También merece carbón. Ingenio, desde luego, no le falta. Si cuando estaba en la cuerda floja no tuvo otra ocurrencia que responder lo siguiente sobre los rumores de la prensa francesa: "No hablo francés. Aunque lo lea, no lo entiendo".

Al menos, el bueno de Pozzecco es consciente de su exaltado carácter. "Tengo que estar más calmado, he transmitido mi nerviosismo a los jugadores", expuso tras el Italia-Angola del pasado Mundial. Poco le duro el auto-sermón, ya que fue expulsado antes del descanso ante República Dominicana por doble técnica.

Los más jóvenes le conocieron ahí o, como mucho, un verano antes en el EuroBasket. Pero en su momento, como jugador, protagonizó escenas cómicas como vacilar a Michael Jordan en una pachanga o hacer reverencias a la grada tras vencer a Estados Unidos. Su carrera es una recopilación de batallitas que bien firmaría cualquier estrella del rock. Se iba a casar con Mauricia Cacciatori, la mejor jugadora de voleibol del planeta y finalmente lo cancelaron. Incluso se llegó a publicar en algunos medios su divorcio once días después de una boda... que jamás existió.

Su luz también llegó a nuestro país, cuando firmó por el Baloncesto Zaragoza. Jugó cuatro partidos, se comió una hamburguesa antes de uno creyendo que no iba a jugar y fue expulsado en el encuentro decisivo por el ascenso ante el Baloncesto León. Un habitual. Así es Gianmarco Pozzecco, una bomba de relojería que a veces ha logrado sacar lo mejor de sus jugadores y otras... sacarles de quicio. Esta vez Tony Parker dijo basta. Deja así el ASVEL, donde, a buen seguro, no abrazará al presidente como hizo con Antetokounmpo en el EuroBasket...