OPINIÓN

Vente para Alemania, Pablo

Pablo Laso, en una imagen de archivo. /AFP
Pablo Laso, en una imagen de archivo. AFP

Se hace oficial lo que se barruntaba hace meses, desde finales de enero, en el torneo clasificatorio de la Euroliga Junior en Munich. Pablo Laso pasó unos días en Munich siguiendo al Real Madrid de la categoría, dónde juega su hijo Aksel. Y hablando mucho con los Pesic, con Svetislav (leyenda serbia y también leyenda alemana) tiene amistad desde hace décadas porque Laso según se retiró como base, empezó a colaborar con los grados veraniegos para entrenadores de FIBA, donde Pesic Sr. también ha sido mentor y profesor en muchos estíos.

Antes de enfrentarse ambos como rivales en los Barça-Real Madrid, eran colegas de largas conversaciones de sobremesa. Y con su hijo, Marko Pesic, director general del Bayern Munich Basketball, no es director deportivo, sino máximo ejecutivo la última década. Nacido en Sarajevo cuando su padre jugaba junto a Delibasic en el Bosna y ganaban la Copa de Europa del 79. Los Pesic desde el año 87 han pasado más tiempo en Alemania que en Yugoeslavia, Serbia y Bosnia. El padre como mascarón de proa de un baloncesto teutón como seleccionador a finales de los 80 e inicios de los 90. Ambos, padre como entrenador e hijo como jugador en el Alba Berlín Campeón de Copa Korac, primer título europeo de un equipo de aquel país.

Laso sustituye a un entrenador expansivo como es el viajado Andrea Trinchieri, que levantó Copas (de Alemania) y consiguió clasificación para dos playoffs de Euroliga (la segunda con la circunstancia de la expulsión de los equipos rusos) pero igualmente llegando ambas veces al quinto partido. Laso llega a un Bayern que estrena instalación de juego, una organización solvente que busca subir presupuesto con más palcos de empresa, con más ilusión, con mejores rendimientos deportivos. Bonn y Ulm son los nuevos competidores, más el Alba Berlín españolizado. Aíto García Reneses, en su día socio de los Campus de Verano con Pepe Laso, abrió el camino de grandes nombres desde esta península al basket germano.

Cada rueda de prensa de presentación de un entrenador con el bagaje como el de Laso impone hablar del estilo. Su llegada al Madrid supuso un cambio de paradigma, juntó a Llull y a Sergio Rodríguez en la posición de base, Llull no era considerado como '1' para todos los entrenadores, aún es un tema debatible. El menorquín titular, el tinerfeño salía a finales del primer cuarto o a principios del segundo. Eso implicaba 20 minutos de velocidad, de primer pase largo, de aficionados en sillas de pista levantándose y setándose. Aquel cambio fue radical a lo anterior. Porque ganaban, porque corrían.

Aun así, la Euroliga es tan dura que hasta 2015 este Madrid no pudo ganarla, tras dos finales perdidas. Múltiples finales y títulos nacionales les precedían. Pero en ese 2015 ya tuvo que haber una cierta renuncia al estilo. El presente exigente en el club blanco obliga y el cuerpo técnico iba cambiando un poco la hoja de ruta, seguramente inducido por las modificaciones en la plantilla. El estilo es consecuencia de las características de los que mandan en la pista. En un porcentaje altísimo.

Laso no tendrá en Munich a Doncic, a Campazzo o a Tavares. Y unas normas de Bundesliga que condicionan el número de americanos a fichar. El fichaje es él mismo. Desde España se le medirá cuando venga Bayern a jugar en la Calle Goya, en el Palau o en el Buesa Arena. Sergio Rodríguez estuvo triunfando en el scudetto en Italia pero en España se creía que ya estaba acabado…Para Bayern Munich lo fundamental es triunfar en los títulos nacionales, lo que le dará estabilidad y tratar de competir por un octavo puesto en Euroliga.

Eso supone una plantilla que acometerá las jornadas dobles con más problemas que los grandes transatlánticos europeos como Olympiacos, Barcelona, Fenerbahce o su antiguo club. Tres partidos en seis días, con viajes incluidos y la ¿obligación? de ganar los tres para cumplir objetivos de otoño e invierno.

Sin duda Laso ha preferido un lugar de estructura seria, de fiabilidad en el funcionamiento diario sobre el rock and folk de Atenas, Estambul o Tel Aviv. Lugares de más tradición, más presupuesto, más ambición, pero también más sorpresas diarias, donde las aficiones y sus núcleos duros tienen más peso que en Alemania. Menos posible controversia más tranquilidad para entrenar siempre que haya espacio temporal para poder tener muchas sesiones, porque a la que empieza octubre, los viajes y partidos lo ocupan casi todo.

Pablo Laso siempre fue una persona inquieta, con necesidad de tarea. Como jugador en ACB es el líder histórico destacado de asistencias y robos de balón. También está entre los diez primeros en partidos y minutos jugados. Nada de estarse quieto. Como entrenador de equipo mediano cumplió objetivos de permanencia en San Sebastián, en el Real Madrid se miró a los ojos con Lolo Sainz y Ferrandiz. Siempre que está Laso pasan cosas, tras un año de dar entrevistas, de mirar partidos en casa, ahora Munich es el destino, la siguiente etapa. Él sabe que el basket español le seguirá mirando.