NCAA FEMENINA

Helena Pueyo, el diamante de la NCAA a la que persigue media España

Repasamos los 5 años de Helena Pueyo en Arizona, una de las jugadoras más codiciadas del próximo mercado, de la mano de la propia jugadora y de varias voces autorizadas.

Helena Pueyo celebra uno de sus triples con las Wildcats. /Arizona
Helena Pueyo celebra uno de sus triples con las Wildcats. Arizona
Luis Vallejo

Luis Vallejo

Helena Pueyo se acerca satisfecha, con ilusión y en paz consigo misma al punto final de su etapa en Arizona. Tras 5 años en Tucson, la joven formada en La Salle y Segle XXI ha crecido como jugadora, se ha asentado con un rol principal en una de las conferencias más complicadas de la NCAA y, ante todo, ha podido elegir el final deseado: un quinto año en el que ha jugado a su mejor nivel.

El 2024 de la mallorquina ha servido para despejar dudas, si es que quedaba alguna, y le ha dejado un sabor de boca muy dulce. Tras cogerle cariño al programa y a la comunidad, Pueyo ha podido devolver todo lo recibido sacando a relucir su mejor baloncesto. Porque todo esto nunca trató solamente sobre ella. Ni en Arizona, ni en Barcelona, ni en Palma de Mallorca. La figura de Pueyo es imposible entenderla sin un espíritu colectivo del baloncesto grabado a fuego en sus entrañas. 

De las dudas a considerar Tucson su segunda casa

La apuesta de la Universidad de Arizona por Helena Pueyo fue rotunda. De la mano de Salvo Coppa, técnico asistente de las Wildcats, el programa universitario viajó hasta España para ver en primera persona a aquella joven de Segle XXI. "Cuando comencé a reclutarla, lo que más me impresionó fue su talento natural. La habilidad de leer el juego. Siempre pensé que podía ser una base de más de 1,80 metros. Me gustó muchísimo", comenta el entrenador italiano a Relevo. Esa misma sensación que le quiso transmitir a ella en su día y que terminó convenciéndola, entre otros motivos, de que Arizona era la elección correcta.

Pese a todo, el tiempo de Helena Pueyo en el equipo dirigido por Adia Barnes no siempre fue sencillo. Todo se tambaleó poco después de su llegada y cerca estuvo de arrojar la toalla. "Mi primer año me costó mucho, tuve errores, muchas bajadas", reconoce la propia jugadora. Los minutos no eran los deseados, le costaba comunicarse, llegó la pandemia y su cabeza se inundó de dudas. "Quería irme, pensaba que esto no estaba hecho para mí", afirma cinco años después de aquel inicio. Sin embargo, optó por continuar. La confianza en ella de la entrenadora Adia Barnes, Salvo Coppa y el resto del staff, junto a jugadoras como Sam Thomas, le ayudaron a seguir adelante.

La figura de su excompañera resultó decisiva en su estancia en Tucson. Su unión duró 4 años, pero quedó reflejada a nivel público recientemente. En la Senior Night de Pueyo, ceremonia en la que se celebra la trayectoria de las jugadoras que se despiden de la universidad, la española saltó a cancha acompañada de su familia… y de Thomas. "Ella también era un perfil como yo, que jugaba donde hiciera falta aunque no estuviera cómoda. Me ayudó mucho para que con el paso de los años yo sea el tipo de líder que soy", sostiene.

El nivel de la PAC-12 también tuvo mucho que ver con ese shock inicial. Como bien recuerda a estas alturas, la primera impresión fue impactante: "Me dije, 'esto qué es'. La conferencia ha sido muy dura todos estos años.". Esa ensalada de condicionantes puso en jaque todo, pero no se dio por vencida y apostó fuerte por sí misma hasta el presente. "Vi que era una conferencia llena de estrellas, talento y físico", asegura.

Pueyo pasó en Arizona de un rol de tiradora en su primer año a acaparar mucho más juego con el paso del tiempo. No obstante, en ese mismo proceso, perdió pesó en la anotación. Asumía menos tiros e incluso dejaba escapar buenas oportunidades para ella. Adia Barnes, su entrenadora, lo repitió en diversas ocasiones: "Necesitamos que Helena sea una amenaza. Jugamos mejor cuando lo es". Un tema a corregir mientras su progresión en otros ámbitos comenzó a relucir cada vez más.

"Helena es una de las jugadoras más generosas que he entrenado. Es la compañera de equipo perfecta: hace todo bien. Es nuestra líder, conoce nuestro sistema ofensivamente y defensivamente", afirmó Barnes en otra ocasión. Declaraciones que van muy en línea con la opinión de Salvo Coppa: "Ha sido la persona ideal para nuestra universidad. Su habilidad de ser entrenada es increíble. Eso es una gran ventaja para ella. Siempre de buen humor, con buen lenguaje corporal. Le daba igual jugar como 1, 2 o 3, de titular o de suplente, la actitud siempre era positiva". Todo esto pasó a ser su seña de identidad en Arizona junto a su defensa, un aspecto en el que su crecimiento ha sido mayúsculo: "Ahora me ven también con un rol defensivo muy diferente. He dado un gran paso adelante en ese ámbito y se ha visto. Estoy contenta", reconoce Pueyo, días después de batir el récord de más recuperaciones en la historia de la universidad.

Es el terreno defensivo lo que más atención ha terminado captando en su figura. Porque los recursos e inteligencia en ataque siempre fueron evidentes, los mostrara más o menos, pero su salto atrás terminó marcando la diferencia en más de una ocasión. "Es la parte que más ha mejorado, la habilidad de robar el balón, de ayudar, de leer la situación", comenta Coppa. El ejemplo más claro quizá se vio ante USC. Pueyo se emparejó con Juju Watkins, la freshman que llegó a anotar 51 puntos a Stanford y que está firmando un año histórico, y la estadounidense tuvo que dejar el partido frustrada y eliminada por faltas. "Me fui triste porque perdimos y tuvimos oportunidad de ganar, pero en ese sentido estuve contenta. No hay que fijarse en una sola jugadora, porque el resto también juega", afirma al respecto.

Mark Schindler, uno de los analistas más prestigiosos en Estados Unidos en temas de NCAA y WNBA, también pone la lupa en el campo propio cuando se trata de analizar a Pueyo: "Creo que mucha gente diría que lo más especial de Helena son sus robos, lo cual me parece totalmente entendible", declara. Aunque en su caso, se queda con la forma en la que consigue esas recuperaciones: "Tiene un control de su cuerpo excelente, pocas jugadoras pueden replicarlo. Es una razón por la que puede hacer de espejo a las mejores anotadoras del país. Pasa los bloqueos con facilidad, juega bien en espacios reducidos y hace numerosos esfuerzos en una misma posesión defensiva, nunca abandona la jugada".

Con este nivel diferencial atrás más que consolidado, lo que ha cambiado en los últimos meses ha sido su uso en ataque. Ante los evidentes problemas de rotación en Arizona, Pueyo ha dado un paso adelante también en el otro lado de la cancha, provocando como resultado su mejor tramo en la NCAA a todos los niveles: "Mi nivel de confianza y saber que puedo tirar es mucho más alto que en años anteriores. Sé que el equipo me necesita. Llevo muchos años. Tengo más experiencia".

Este cambio en Helena Pueyo ha sido parte trascendental del salto colectivo que ha dado Arizona, cuya presencia en el March Madness no estaba nada clara hace un par de meses. La experimentada jugadora de las Wildcats finiquitó la temporada en la PAC-12 con 19 puntos ante USC, la guinda a una serie en la que anotó 14 vs Washington, 16 ante UCLA, 21 contra USC, 10 vs California, 9 ante Stanford y 22 contra Washington, al mismo tiempo que aumentaba el resto de sus promedios hasta los 3.7 rebotes, 3.7 asistencias y 3.2 robos por encuentro.

Salto profesional a la vuelta de la esquina

Una temporada después de rechazar un contrato de tres años para terminar su etapa universitaria, Pueyo volverá a ser una jugadora valiosa y codiciada en el mercado. Esta vez, quedarse en Tucson no es una opción. Sus años de elegibilidad han terminado y se verá obligada a dar el salto profesional. La jugadora de Arizona tiene todos los ingredientes para ser querida por múltiples equipos de la Liga Femenina Endesa: cupo, 23 años recién cumplidos y etapa universitaria satisfactoria en una de las conferencias más complejas de Estados Unidos. "Tengo opciones y cosas, pero debo pensarlo bien y decidirme pronto", responde a Relevo.

Sin haber decidido todavía si la Liga Femenina Endesa va a ser su destino, los precedentes son múltiples si buscamos casos de españolas NCAA que llegan a la competición. Entre los más recientes se encuentran Blanca Millán y Ane Olaeta (Durán Maquinaria Ensino), Juana Camilion (Movistar Estudiantes), Nerea Hermosa (Casademont Zaragoza) o incluso Maite Cazorla, quien podría ser la que más se asemeje al caso de Pueyo por proyección, posición, nivel de su universidad y expectativas generadas.

"Sigo la LF Endesa un poco, pero tampoco he tenido mucho tiempo. Por ejemplo, me acuerdo de Maite Cazorla cuando fue a Perfumerías Avenida, un club muy bueno. Tuvo un impacto muy grande y mira lo que está haciendo. A Hermosa es a la que más he seguido porque es mi amiga, lo está haciendo bien. Pasas a una etapa diferente, a una liga profesional. Es todo distinto. El impacto que tienen esas jugadoras es positivo tanto para ellas como para la LF Endesa", explica Pueyo.

La WNBA no está descartada

No obstante, entre Arizona y el Viejo Contiente todavía pueden quedar varios capítulos por escribir. Con los Juegos Olímpicos en el horizonte (debutó en 2023 con la Selección Española), el primero es el de la WNBA. Aunque ESPN, The Athletic, Draft Room, USA TODAY y el resto de medios estadounidenses no le dan opciones en sus respectivos Mock Draft, estas no son nulas. "Puede ser, estoy hablando y viendo", comenta la mallorquina. Y es que lo cierto es que sus últimos meses de NCAA, al nivel de las mejores, puedan llevar a alguna franquicia a apostar por ella en la tercera ronda. Improbable, sí, pero no imposible en un espacio del Draft en el que las organizaciones manejan un amplio número de jugadoras como posibles picks.

"Imagino que empezará en Europa, pero no me sorprendería si es drafteada. Yo la tengo en mi boceto del Draft sin ningún tipo de duda", asegura Schindler, quien ve en Pueyo más una escolta que una base. "Ampliar su volumen de tiros desde la larga distancia será fundamental para jugar al más alto nivel, pero no puedes reemplazar sus instintos y habilidad en defensa. Eso le da una base muy sólida", concluye. Una línea similar a la de su entrenadora, Adia Barnes, quien disputó más de 130 encuentros en la WNBA: "Es inteligente, puede defender. A los equipos les gusta, podría ser una pieza de buen encaje. Yo creo que irá a algún training camp".

En caso de ser drafteada, la decisión será sencilla para Pueyo: "Si se da la oportunidad, quiero cogerla. Ha sido siempre un sueño". Con la tranquilidad que otorga el trabajo bien hecho, tan solo el March Madness (debut ante Auburn a las 00:00 del jueves al viernes) separa a la española de conocer su futuro más inmediato como profesional. Desde luego, otro escenario de lujo para mostrar todo su abanico de recursos a los General Managers de la WNBA.