Caitlin Clark, el gran fenómeno del baloncesto en EE.UU, agranda su leyenda con una noche inolvidable

Dicen que la revancha es un plato que se sirve frío. Sin embargo, no había nadie más caliente que la muñeca de Caitlin Clark en la noche del lunes 1 al 2 de abril en Albany, Nueva York. El lugar designado para el reencuentro entre LSU y Iowa después de la final de 2023, aunque con un final muy diferente en esta ocasión. Porque después de 30 años de sequía, el conjunto de Lisa Bluder repetirá presencia en la Final Four de la NCAA tras cosechar un icónico triunfo (87-94).

Un año después del encuentro más visto en la historia de la NCAA femenina, el panorama era ligeramente diferente entre ambos equipos. LSU, con el anillo en su mano, contaba esta vez con Hailey Van Lith, Aneesha Morrow y Mikaylah Williams, tres piezas importantes que debían sostener la despedida de Alexis Morris o la ausencia de Kateri Poole. Tampoco estaba la imponente interior Monika Czinano en las Hawkeyes, pero sí una Caitlin Clark con sed de victoria rodeada por un sólido grupo de compañeras.

En un encuentro marcado por el ritmo frenético en su arranque, el planteamiento de Kim Mulkey sorprendió a todos. Más por lo que no hizo que por lo que sí. La entrenadora de LSU apostó por Hailey Van Lith como defensora principal de Caitlin Clark, sin ayudas ni cambios. Y se centró, como después reconocería en rueda de prensa, en echar el cerrojo sobre el resto de jugadoras de Iowa. El problema quedó en evidencia desde las primeras posesiones: Caitlin Clark jugó totalmente liberada y no solo sumaba puntos con facilidad, sino que el resto del equipo, con Martin y Affolter con gran protagonismo, no encontró mayor problema tampoco para anotar los tiros liberados que generaba la próxima número 1 del Draft WNBA.

Ante los problemas atrás, Angel Reese, quien abrazó desde el primer momento el papel de villana, fue la única capaz de cambiar la compleja situación expuesta en pista. La interior le dio un giro radical a la energía del partido, dominó la pintura durante la remontada express de LSU y supo leer los ángulos de Caitlin Clark cada vez que trataba de asistir. No obstante, la suerte no estuvo esta vez de su parte. En una acción defensiva en la zona, Reese se torció el tobillo. Y a pesar de que fue capaz de volver a la cancha, nada volvió a ser lo mismo para LSU, que sucumbió ante Caitlin Clark.

En ese instante, con LSU sumido en dudas, la estrella de Iowa dio rienda suelta al show y tomó las riendas del encuentro. En lo que terminó siendo una actuación icónica, Claitlin Clark se fue hasta los 41 puntos, 12 asistencias, 7 rebotes, 2 robos y 5 pérdidas en 40 minutos de partido. Sin descansar un solo segundo, Clark entró en ebullición desde la larga distancia, más lejana que la del resto de mortales, y firmó un 9 de 20 en triples que fue la sentencia para LSU. Y un nuevo billete para Iowa con la Final Four como destino.

"Le he dicho que me alegraba de que se fuera (a la WNBA). Eres especial, nunca he visto nada igual", reconocía Kim Mulkey tras el encuentro, al ser preguntada sobre su conversación con Caitlin Clark al término del choque. Unas palabras que muestran mejor que nada ni nadie lo que ha supuesto la jugadora de Iowa durante estos 4 años. Todo un reto para entrenadoras y rivales, un disfrute para los aficionados y el eje central de los éxitos de una universidad que parece haber vuelto a dejar su nombre en los libros de historia. Porque todo hace indicar que este partido ha vuelto a batir el récord de audiencia cosechado en 2023. Un nuevo capítulo del fenómeno Caitlin Clark.