OPINIÓN

Ismaila y el talento africano

Ismaila Diagne se cuelga durante un mate. /Rocío Benítez / FBM
Ismaila Diagne se cuelga durante un mate. Rocío Benítez / FBM

Es muy complejo saber quién va a llegar y quién no de los talentos que tienen entre 16 y 19 años. Vean la película "AIR" y observarán las dudas con el que ha sido el mejor jugador de la historia del baloncesto cuando ya tenía ¡21 años! y que además había sido líder de un Oro olímpico además de meter el tiro decisivo para ganar la final de la NCAA… Dos franquicias NBA le dejaron pasar y dos empresas punteras del calzado y ropa deportiva no apostaron mucho por Michael Jordan. Y era ya especialmente talentoso. Pero se entienden las dudas…

Ismaila es un pívot, pívot (no es un hombre grande que se puede abrir) nacido en Senegal y que mide 2,11. Ha dominado las pinturas juveniles de la Comunidad de Madrid y las pinturas senior del Grupo EBA donde su equipo, el Real Madrid, ha arrasado con un equipo junior. El jugador que nos ocupa tiene manos fuertes (indispensable para ser un center), no tiene delirios de salirse a las esquinas a tirar, es corpulento pero rápido para su posición, sobre todo el defensa, donde puede ayudar a presionar, no solamente intimida, sino que también se desplaza con inteligencia espacial. Zurdo en el tiro y pasador por encima de la media de su categoría y posición. Da buenos pases y los da pronto para habilitar a los Hugo González, Jan Vide y Egor Demin (apunten esos tres nombres de exteriores, raro será que no sean profesionales en dos años).

Ismaila ha anotado 29 puntos y agarrado 16 rebotes en la final de Madrid, 41 de valoración para ganarles de 26 a Estudiantes. Ahora su equipo afronta el Campeonato de España y el ANGT de la Euroliga en Kaunas. Y en ambos se encontrará con Barcelona y Joventut.

Ahora es cuando el lector rebusca en el texto la alusión a la edad del protagonista, siendo africano llegado a España en categorías inferiores. Hace unos años, un agente de buen nivel me dijo: "Piti, en nuestra agencia no reclutamos jugadores africanos jóvenes porque raramente llegan a ser profesionales. Fíjate todos los que hay y no se ven tantos en grandes ligas".

Escuchado esto, además de mi respeto por la persona que me lo decía y su trayectoria, la contundencia de su afirmación me dejó sin respuesta. Me creí convencido…

Pero claro, en formación nos llenamos la boca de avisar que solamente el 0,01% serán profesionales, que lo importante es el camino, que no se pueden tener expectativas. Pues igual con la procedencia africana, destacan en la adolescencia por un nivel físico superior, cuando hay que llegar a los equipos "buenos y grandes" no es que no lleguen los nacidos en ese continente, sino que no llega casi nadie. ¿Un europeo que firmara números brutales en esas categorías tendría asegurado su futuro? Pues además del hashtag #lukadoncicsolamentehayuno, si esos números vienen de la fuerza y del desarrollo temprano, da igual la procedencia.

Una vez entrené a un chico en el Campeonato de Selecciones Autonómicas que metía y reboteaba lo que quería, un Jefe de Cantera de élite me preguntó qué quienes eran los padres, que se los señalara en la grada. Vio la probable capacidad genética y perdió interés por el muchacho… Es un deporte brutalmente marcado por lo antropométrico y con las dimensiones de la cancha inamovibles cada vez y más temprano es más importante el físico que la técnica. Pero gracias a los dioses de lo estético la estatura y la potencia son bendecidas por la psicomotricidad para poder hacer la diferencia.

Olajuwon, Embiid, Mutombo, Ibaka son los grandes ejemplos de jugadores africanos que llegaron a lo más alto. Muchos quedan vencidos en la cuneta de un camino de promesa. La parte a evolucionar es conseguir que estos chicos que dan varios años de su vida con un cambio de residencia tan extremo tengan un plan de vida paralelo al deporte. Esa debe ser la idea social de este tema. Y mientras tanto la seguridad de que la mayoría de los jugadores africanos no llegan a la élite, pero tampoco la mayoría de los europeos o la mayoría de los americanos. Para eso necesitas muchas cosas en un entorno ferozmente competitivo y cada vez más longevo donde la experiencia es un factor en crecimiento.