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Joel Parra se abre en canal tras sufrir su cambio más radical: "Quedarme fuera de la selección fue la hostia final"

El alero cuenta en una entrevista a EFE cómo se ha mentalizado para darle un giro a su carrera tras no acudir a los Juegos Olímpicos de París.

Parra ha perdido 15 kilos en el último año para mejorar su resistencia en la pista. /Barça Basket
Parra ha perdido 15 kilos en el último año para mejorar su resistencia en la pista. Barça Basket
Agencia EFE

Agencia EFE

Joel Parra (Barcelona, 2000) ha vivido una metamorfosis, una transformación física y mental que empezó por una decepción mayúscula, cuando en junio el seleccionador Sergio Scariolo lo descartó para disputar los Juegos Olímpicos. Fue el golpe definitivo tras un curso de estreno con escasa participación en el Barça.

"La decisión no me sorprendió mucho. No estaba en mi mejor momento de forma física y lo sabía, no podía ayudar", admite el alero en una entrevista con EFE. La negativa de la selección, con la que había ganado el Europeo de 2022 y disputado el Mundial de 2023, cerró un año plagado de cambios iniciado en el verano de 2023 con su salida del Joventut, el club en el que había militado desde los cinco años.

Parra cuenta que, tras conversar con Scariolo, sintió que debía actuar para no quedarse estancado: "Pensaba que con los hábitos que tenía en Badalona podía competir en la Euroliga y estar en el Barça. Al terminar el año, vi que si quería seguir aquí y ser importante, tenía que hacer un cambio, sobre todo en el físico, que es donde más sufría. Quedarme fuera de la selección fue la hostia final, el punto de inflexión".

Parra busca ayuda

El alero contactó entonces con su preparador físico, Pau Vaccaro. "La temporada pasada alguna vez hablamos de que teníamos que hacer algún cambio si queríamos dar un salto en el rendimiento, pero no es hasta inicios de verano que él me llama para decirme que ha llegado el momento", explica el especialista a EFE.

Las pruebas médicas revelaron un exceso de grasa corporal, por lo que el primer objetivo que se fijaron fue reducirlo a un valor cercano al 10%. Para ello, el preparador convenció al jugador para contratar los servicios del chef Oriol Domènech, conocido en el Barça por haber trabajado en la nutrición de Pau Gasol y Nikola Mirotic.

Vaccaro recuerda que, antes que nada, impulsaron "un cambio de hábitos". "Joel es uno de los deportistas más trabajadores que he conocido y no comía demasiado mal, pero no sabía distribuir las horas y las cantidades de las comidas, la hidratación, la suplementación... No lo había necesitado hasta ahora, que entendió que o mejoraba esto o con su talento y su capacidad física no le daba", agrega.

Un verano en el gimnasio

Con el beneplácito del club, los dos especialistas diseñaron la hoja de ruta y Parra cumplió. El alero se instaló en el gimnasio del Palau Blaugrana para realizar dos horas de trabajo físico cada mañana, con día de descanso y dos sesiones extra por la tarde a la semana. Cuando terminaba, solía ir en bicicleta hasta la playa de Badalona. Y en su tiempo libre, también jugaba al pádel.

"Combinamos el trabajo de fuerza con intervalos de trabajos de alta intensidad de carrera, bici elíptica y remo, porque tampoco queríamos que perdiera masa muscular. En ciertos momentos, también añadimos trabajo de técnica individual en pista", relata Vaccaro.

Más control de la dieta y el descanso

Un esfuerzo que fue coordinado con la alimentación, pautada para "evitar el efecto rebote", según detalla Domènech a EFE: "Para que no fuera un proceso agresivo, introducimos muchas verduras, hongos y proteína pura con peces y carnes magras. Cambiamos el aceite de oliva por el de coco y añadimos productos asiáticos como el umeboshi -un encurtido de ciruela salada-".

Una dieta pormenorizada que incluía hasta el agua, más baja en minerales durante las primeras semanas, y que también supuso un cambio en las rutinas de descanso.

"Antes dormía seis o siete horas, pensaba que ya era suficiente. Ahora duermo entre ocho horas y media y nueve horas al día, más otras dos de siesta, y me encuentro muy bien", señala Parra. "El descanso es lo más importante para recuperar y muscular", corrobora el chef.

Un proceso en el que el internacional español contó con el apoyo de su entrenador en el Barça, Joan Peñarroya: "Me reuní dos veces con Joan cuando estaba aquí trabajando en verano y me dijo que si estaba físicamente bien, me daría mucha confianza porque yo era un jugador que le gustaba por el impacto que tenía mi energía en la pista".

Parra, más ligero y enérgico

El esfuerzo surtió efecto. Parra perdió 12 kilos en verano, para un total de 15 en lo que va de curso. Sin embargo, el trabajo continúa. El alero sigue a rajatabla los menús que le dicta su chef y es habitual que viaje acompañado de sus fiambreras, así como verle comer fruta tras los partidos, especialmente arándanos, por su "alto contenido en antioxidantes", según argumenta Domènech.

"Para reducir el riesgo de lesiones y fomentar el bienestar de las articulaciones buscamos el colágeno con caldos de huesos, nos apoyamos también en los omegas de la chía y en peces con mucha gelatina. Y quitamos el gluten, a no ser que tenga una semana de tres partidos, porque tiene una mala inflamación y aumenta el riesgo de lesión", añade.

Asimismo, Vaccaro está en contacto con el preparador físico del Barça y realiza puntualmente sesiones de trabajo de fuerza con Parra, que de este modo intenta combatir su tendencia a perder masa muscular durante el curso.

"Mi juego se basa mucho en la energía y el año pasado sabía que si hacía dos esfuerzos seguidos, al tercero me costaría mucho. Ahora puedo aguantar diez minutos seguidos al cien por cien, mi nivel físico es muy alto", celebra el jugador.

Otra transformación en el horizonte

Con todo, la metamorfosis de Parra no ha terminado. Vaccaro planea "ponerle a una persona para hacer pilates uno o dos días a la semana para mejorar la movilidad", si bien el cambio más significativo está previsto para el próximo verano, cuando el jugador quiere ganar masa muscular.

"Queremos que sea lo más polivalente posible para que pueda adaptarse a las necesidades del entrenador. Ya hemos logrado que sea más rápido y explosivo, aunque puede que sufra más en la defensa del poste bajo y las penetraciones. Nuestro objetivo, para dar el siguiente salto, es que además se sienta fuerte para pegarse con rivales que pesen 20 kilos más que él", detalla el preparador físico.

Parra, satisfecho con su evolución, todavía quiere más: "Cumpliré 25 años, aún soy joven. Hay muchas facetas en las que puedo mejorar: el tiro, la defensa en situaciones de pequeños y bloqueos indirectos, finalizar y poner la bola más en el suelo con la mano derecha. Poco a poco voy trabajando estos aspectos y se van viendo los resultados".