OPINIÓN

El avispero del descenso: claves para entender y comprender la que se avecina en Liga Endesa

Un momento del partido entre Casademont Zaragoza y Real Betis, dos de los equipos que luchan por la permanencia. /EFE
Un momento del partido entre Casademont Zaragoza y Real Betis, dos de los equipos que luchan por la permanencia. EFE

Desde hace unas temporadas, la lucha por la permanencia en la Liga Endesa se ha vuelto más emocionante que la clasificación para el playoff. De hecho ha habido hasta voces que han pedido la vuelta del play-out con el dramatismo y sufrimiento que conlleva. Y es que, el cambio de las condiciones de acceso a la Liga Endesa para certificar en los despachos el ascenso deportivo han convertido la competición en más viva,dejando de ser una Liga semi-cerrada. Y que los clubes participantes se sientan obligados a reaccionar al sentir el miedo a perder su mayor activo: la plaza y su status de equipo ACB. Porque el abismo está ahí y ya nadie se pregunta eso de ¿Tú crees que tal equipo puede ascender?, respecto a la capacidad económica de los equipos de la división inferior.

Ese abismo es la LEB Oro, un auténtico pozo al que se sabe cuándo caes, bajas, pero no cuando sales de él. Una competición con una idiosincrasia propia, con unas particularidades y con un baloncesto totalmente diferente al de la ACB. Que se lo digan a equipos como el Movistar Estudiantes, que parecía iba a ser el Atlético de Madrid cuando bajó a Segunda División con aquel spot de "Un añito en el infierno" con Kiko Narváez y las respectivas llamas, y ya está viviendo su segunda temporada en la Liga, al igual que le pasara al club rojiblanco, tras perder en la final de la Final Four ante el Bàsquet Girona y haber dejado escapar antes el tren del ascenso directo frente al Granada.

Kevin Larsen, pívot de Estudiantes, durante el playoff de ascenso a Liga Endesa la temporada pasada.  EFE
Kevin Larsen, pívot de Estudiantes, durante el playoff de ascenso a Liga Endesa la temporada pasada. EFE

Este curso creo que, arrancada ya la segunda vuelta, el corte de los equipos inmersos en esta batalla fratricida es ya evidente. Con el gran rush final del equipo de Aíto, Marc Gasol y compañía han salido huyendo de la quema poniendo dos triunfos de diferencia con respecto a sus perseguidores. Los puestos calientes, entre el 14º que ocupa el Casademont Zaragoza y el Covirán Granada, ambos con cinco triunfos, y los tres colistas, Betis, Baxi Manresa y Carplus Fuenlabrada, todos ellos con tres victorias.

El Casademont Zaragoza consiguió iniciar la segunda vuelta con un triunfo clave en la prórroga ante un rival directo como el Betis. Ya se acostumbró a sufrir la temporada pasada donde, pese a ganar en Murcia en la última jornada por 72 a 77 tenía que esperar a ver lo que pasaba en Andorra donde un ex como Shermadini, de los maños y de los del Principado, con una canasta a 6 décimas del final mandaba a la LEB Oro al club tricolor.

Hay otro factor para mí, clave, cuando luchas por el descenso: la capacidad de sufrimiento en la pista y mantener la cabeza fría en los despachos, porque lo de arriba muchas veces se transmite abajo. Los equipos que consiguen esa 'estabilidad y tranquilidad' dentro de lo difícil de la situación y no se vuelven locos acaban logrando salvarse. Por otro lado, también es importante lo habituados que están al vivir en este filo de la navaja los equipos implicados, lo habituados de verse en estas plazas de descenso y a manejarse en las mismas.

Con su propuesta de jugar a un gran ritmo, de los mayores de la Liga Endesa, el Covirán Granada, un recién ascendido sorprendía a propios y extraños con su rendimiento en el arranque sumando cinco triunfos en ocho jornadas. Decía Ibon Navarro en uno de los clínics durante la pandemia que "tu equipo corre lo que corren tus grandes". Y fueron caer sus dos grandes, Maye y Felicio, y sumar diez derrotas consecutivas.

Cristiano Felicio, Luke Maye, ambos lesionados, con David Iriarte.  A. AGUILAR
Cristiano Felicio, Luke Maye, ambos lesionados, con David Iriarte. A. AGUILAR

La escasez económica y de jugadores en el mercado

Ya hemos hablado de la problemática de la escasez de jugadores en el mercado y más difícil aún es encontrar jugadores que se adapten como la mano al guante al estilo de juego de un equipo. Ese es uno de los grandes desafíos de la segunda vuelta para el Covirán Granada.

Llama la atención que, ante la imposibilidad de hacer fichajes, los equipos hayan intercambiado cromos entre ellos: a Fuenlabrada han llegado Prince Ali desde Granada y Jordan Caroline desde Manresa, al Betis Tyson Pérez desde el Bages y Maronka cedido por el Joventut… Es lo que hay.

Además, hay que sumar que estos clubes no tienen un gran margen de maniobra a nivel económico para hacer un gran cambio, eso hace que sea difícil dar un golpe de timón importante ni sorprender a nivel de incorporaciones. Es difícil ya ver movimientos como el del extinto CB Granada, que trajo a Pops Mensah-Bonsu en la temporada 2007-08 para el último partido de la temporada, cuando acumulaba siete derrotas consecutivas, para amarrar la permanencia en el Palacio en la última jornada de Liga. Y lo hizo, victoria frente al Baskonia por 89 a 87, con 22 puntos, 9 rebotes, 2 asistencias y 3 robos para 29 de valoración del británico. Aquel por entonces TAU Cerámica acabaría siendo esa misma temporada campeón de Liga por segunda vez en su historia con los Prigioni, Rakocevic, Teletovic, Splitter, Mickeal…

Hablando de salvaciones en la última jornada, en el grupo de cola de tres equipos empatados a tres triunfos, hay uno de ellos muy experimentado en lidiar en situaciones como la que atraviesa esta temporada. Es el Carplus Fuenlabrada, que selló la permanencia la pasada temporada en la jornada 34ª ganando en Burgos.

Con la vuelta de Óscar Quintana casi 20 años después al banquillo del equipo del sur de Madrid, están en plena reconstrucción con la llegada de Willie Reed y esperando el desembarco de un base. Pero el calendario este curso no espera. Y el del equipo madrileño puede marcar el devenir de la salvación. Propia y ajenas. Se juegan gran parte de sus opciones en los próximos tres partidos: van a Granada, reciben a Zaragoza y visitan Manresa. Todo duelos directos y con la necesidad de romper racha de once derrotas seguidas: no ganan desde el 5 de noviembre del año pasado.

Uno de los otros dos equipos, el Baxi Manresa, suma otro problema añadido a la situación clasificatoria: Europa. Y es algo que ya hemos visto recientemente. Hereda San Pablo Burgos disputó la pasada Champions y llegó a la final de la Intercontinental y MoraBanc Andorra fue semifinalista de la pasada Eurocup. Ambos acabaron en la LEB Oro. Europa es un gran escaparate para los jugadores, pero a veces, cuando las plantillas no son tan largas en números de efectivos como los equipos Euroliga ni los viajes son tan cómodos, es difícil compaginar las dos competiciones y las victorias en el Viejo Continente a veces despistan de la liga doméstica. Y, sobre todo, impiden entrenar y tener una semana entera para preparar cada batalla del fin de semana.

Resultados inesperados y rachas inesperadas

El tramo final del calendario, las últimas diez jornadas suele tener dos características comunes: resultados inesperados y rachas.

Una de las facetas determinantes para que se den estas situaciones suelen ser que, al tener tal gran cantidad de equipos jugando competiciones europeas llega la hora de la verdad en ese tramo de curso en Europa. Hay que vigilar las cargas, priorizar partidos y objetivos, prepararse para el playoff… Muchas variables.

Respecto a lo primero, los resultados inesperados, son partidos que si hubiera una quiniela baloncestística pondríamos un 1 fijo y en los que suele haber sorpresa. Recuerdo por el ejemplo aquel Baxi Manresa salvándosein extremisen la última jornada, en el WiZink Center, sorprendiendo sólo una semana después a un Real Madrid que venía de levantar la Euroliga veinte años después. Victoria por 80 a 90 del equipo de Pedro Martínez. Un año después, se salvaban en Vitoria pero no por méritos propios, caían por 83 a 80 en la última jornada con el vitoriano Ibon Navarro en el banquillo, pero la derrota a pocos quilómetros del Movistar Estudiantes, en San Sebastián, les reabría la puerta a mantenerse en la ACB.

Y respecto a las rachas, tenemos ejemplos muy recientes. Hasta doce derrotas seguidas acumuló el Joventut entre la Navidad de 2017 y marzo de 2018. La situación económica/institucional del club les situaba al borde de la desaparición. Pero el equipo, con Carles Duran en el banquillo y un imperial Laprovittola en la pista (17,2 puntos y 7,8 asistencias) sacaba adelante la salvación sumando ¡ocho triunfos en las diez últimas jornadas!

Más cercano en el tiempo tenemos al Betis del pasado curso. Con el mejor Shannon Evans posible (22,3 puntos y 10,6 asistencias), los refuerzos de B.J. Johnson y Pasecniks y el paso adelante de Dairis Bertans rompían una racha de seis derrotas consecutivas con ¡siete victorias en ocho partidos! poniendo hasta contra las cuerdas al Real Madrid con el que caían por sólo dos puntos. Ya sin el base estadounidense, en las filas del Valencia, la suerte está echada para el equipo de Luis Casimiro para la salvación en este curso 2022-23. ¿Serán capaces de conseguir una dinámica o inercia similar?