Un chándal y varios gestos en la hora de la verdad evidencian que Willy Hernangómez es el señalado de Joan Peñarroya en el Barça
El pívot madrileño no ha pisado el parqué en los dos últimos partidos cruciales para el equipo culé y para la continuidad del actual técnico.
Cuando hace poco más de una semana Willy Hernangómez se llevó el MVP en la cancha del Paris Basketball, parecía que había llegado, por fin, su momento para reivindicarse dentro de la plantilla. Ese clic que mostraría el porqué fue elegido como jugador franquicia del Barça el verano del 2023 y que le harían tener un rol diferente a partir de entonces. Pero la realidad es que aquello fue sólo un espejismo. Willy Hernangómez no cuenta con la confianza de Joan Peñarroya. Y así ha quedado demostrado en la llamada hora de la verdad. Porque cuando el técnico se ha visto, ya de veras, entre la espada y la pared y se empieza a jugar el todo o nada, quien ha sido borrado de sus planes ha sido el pívot madrileño. Y esto es algo que quedó en evidencia en la victoria culé en Mónaco y se confirmó en el triunfo en Las Palmas de Gran Canaria.
Rostro serio, brazos cruzados, sudadera puesta y sin amago siquiera de hacer por levantarse. Así se vio a Willy Hernangómez en el Gran Canaria Arena este domingo, la cancha donde el Barça tenía que jugarse un partido prácticamente a vida o muerte de cara a la Copa y al futuro de su ahora entrenador, Joan Peñarroya. Porque si algo hay claro dentro de la entidad culé es que, de no haber clasificación copera, no habrá continuidad del técnico catalán en el banquillo azulgrana. Y, por eso, Peñarroya ha comenzado a tomar cartas en el asunto y a tirar de aquellos en quienes confía plenamente para jugársela. Y no, el madrileño no es uno de ellos.
Cada vez que se enfocaba al banquillo culé, se veía a Willy Hernangómez prácticamente de la misma forma descrita anteriormente. Apático, con cara de circunstancias, después de ver cómo, por segundo partido consecutivo y pese a estar bien a nivel físico, volvía a ver el duelo de sus compañeros sin ser partícipe de él pese a estar en convocatoria. Porque la realidad es que el antes y el después no lo marcó su buen hacer en París, sino las dos derrotas siguientes que firmó su equipo de forma consecutiva en la Liga Endesa y que han puesto la continuidad de Peñarroya pendiente de un hilo.
𝐇𝐈𝐆𝐇𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒 | El resum de la victòria a Gran Canària (74-77) pic.twitter.com/WNwVUUOher
— Barça Basket (@FCBbasket) January 12, 2025
Ante el Joventut Badalona del domingo de la pasada semana, Willy Hernangómez sólo jugó 12:13 minutos. Una participación bastante baja teniendo en cuenta de que venía de firmar su mejor partido en Euroliga tan sólo dos días antes. Ante el Bàsquet Girona fue el que habló a los medios justo en la previa del partido. "Debemos recordar y trabajar las cosas que hicimos bien en el partido de París, en el que acabamos contentos y fuimos capaces de jugar bien", alegó el madrileño. ¿El resultado? 12:30 minutos sobre el parqué. Y tras ello llegó el nuevo rosco en blanco de Mónaco, en el que se trataba de un partido absolutamente crucial para recuperar sensaciones y evitar una catástrofe que, de no salir las cosas bien la semana que viene, acabará estallando.
Aquello ya apuntó a que la confianza que Peñarroya tenía en el pívot, que a tenor de lo visto esta temporada tampoco era mucha, se ha esfumado por completo. Más que nada, porque en ninguna de esas jornadas el técnico culé podía contar con Jan Vesely, su pívot titular. Lo que hizo el técnico fue apostar por Youssoupha Fall como '5' de inicio para luego cambiar y hacer caer a Chimezie Metu -que sigue siendo el jugador más positivo del Barça esta temporada- al puesto de pívot.
Y esto mismo se repitió durante el trascendental partido en Gran Canaria de este domingo en el que, ahora sí, regresaba Jan Vesely. Algo que hizo que Willy Hernangómez ya no es que no pisase la cancha, sino que ni siquiera se quitó el chándal del equipo. Un claro mensaje de que él era el primero que sabía que no saltaría al parqué. Y es que en situaciones que son críticas, como esta, Peñarroya no ha dudado en apostar sólo por aquellos que considera que encajan mejor dentro de sus planes. Y las carencias defensivas que siempre se le han achacado al madrileño hacen que él, por más que sea el jugador mejor pagado de la plantilla (y siga teniendo contrato hasta 2026), no sea uno de los elegidos por el entrenador para, literalmente, jugársela.
Habrá que ver qué ocurre con él esta semana, en la que el Barça tiene doble compromiso europeo (Panathinaikos y Anadolu Efes ambos en el Palau) -y, por tanto, doble ración de cansancio extra- y si Peñarroya opta porque tenga minutos para así no sobrecargar al resto de jugadores interiores. Más que nada porque la cita del próximo domingo, ante el Surne Bilbao Basket, se antoja absolutamente crucial para la Copa. Y, a tenor de lo visto, es probable que vuelva a quedarse sin minutos en una cita en la que Peñarroya se jugará su futuro.