Gaby Deck y 'el secreto de la Tortuga': "Tiene ese cuajo, esa tranquilidad de ser capaz de anotar en esos últimos segundos"

Hay jugadores que, aunque a veces sus números no brillen tanto, sabes que son un pilar básico de la plantilla. Y, sin duda, en el Real Madrid uno de ellos es Gaby Deck. El alero argentino es de esos cuyo trabajo silencioso en muchas ocasiones no se refleja en las estadísticas. Sin embargo, si en la última semana ha habido un nombre propio dentro del equipo blanco, ese es, sin duda, el del argentino. Más que nada porque si los de Chus Mateo han logrado revertir esa serie de tres derrotas consecutivas que acumulaban, tanto en Euroliga como en Liga Endesa, ha sido gracias al Tortuga. Ese jugador que sin hacer mucho ruido es uno de los seguros de vida para el Real Madrid.

"Seguramente es uno de los que más sangre fría tiene. De los que más trabaja a diario. Es un trabajador incansable y siempre está preparado en cualquier momento para lo que se le pide: rebotear, defender y en este caso, para asumir el último tiro", reconocía Chus Mateo en rueda de prensa tras la victoria ante Joventut Badalona.

Por eso, que a Deck no le haya temblado el pulso ni en Kaunas el pasado jueves con esa canasta ganadora para poner el 62-64 en el marcador, ni este domingo en el WiZink ante la Penya con ese triple también ganador (95-92), no es ninguna novedad.

Resulta curioso que, pese a su capacidad camaleónica para reconvertirse a jugador interior -de sobra es sabido que es uno de los ala-pívots por excelencia del equipo blanco-, su mote sea el de 'Tortuga'. Algo que, como ya ha explicado con anterioridad el argentino, le vino de casualidad: "Estaba en una habitación con un amigo, con aire acondicionado porque hacía mucha calor en Santiago del Estero, en mi ciudad, y estaba tapado con una manta hasta cerca de los ojos. Él me dijo 'mirá, la tortuga, la tortuga'. Y de ahí me ha quedado tortuga". Y la realidad es que ese es, parafraseando al grupo musical Maldita Nerea, el 'secreto de la(s) Tortuga(s)' es precisamente ese: el de parecer escondido, como en un caparazón, pero sacar la cabeza cuando su equipo lo necesita.

"No era la primera el otro día en el Zalgirio Arena y no será la última en el partido de hoy. Ya lo ha hecho en más ocasiones y sabemos que podemos contar con él en esos momentos en los que hay más gente que pueda estar más tensa. Él tiene ese cuajo, esa tranquilidad de ser capaz de anotar en esos últimos segundos", explicaba sobre él Chus Mateo, que insistía en alegrarse por él en la que ha sido su gran y sonora semana.

"Me alegro por él porque no es alguien que se lleve muchos titulares y es un tío que trabaja todos los días de forma incansable", dijo el técnico. Y lo que está claro es que ese es precisamente su secreto.