El duelo que más marcó a Jordi Villacampa: "El del Dream Team es el único partido en mi vida que antes de jugar sabía que iba a perder"
Fue el símbolo del Joventut durante las décadas de los 80 y 90. Vivió su época dorada y también sus años más complicados desde la presidencia. Ahora, recuerda en Relevo toda su carrera.

Jordi Villacampa fue uno de los motores que encendieron la pasión por el baloncesto en toda una generación. Los niños, en el patio del colegio, se repartían a dedos quién era él y quién era Epi, compañero y rival por llevar la bandera del deporte de la canasta en los 80. Su físico, privilegiado para la época, y su facilidad para anotar le convirtieron en el líder del mejor Joventut de la historia y en uno de los referentes de la Selección en la que sigue ostentando el récord de más puntos en un partido. Casi nada si tenemos en cuenta algunos de los apellidos que llegaron después que él.
Hoy, este alero de Reus que también tuvo que 'anotar' canastas imposibles como presidente de su Joventut del alma, vive el baloncesto en la distancia. Es un espectador más que sigue disfrutando de un deporte que le encumbró y que le convirtió en un icono gracias a su juego y también a su imagen. La misma que ahora ha vuelto a primera línea gracias a Lefties, que ha decidido relanzar al mercado las míticas Kelme Villacampa. Unas botas que se convirtieron en símbolo del basket en España igual que las penetraciones y los tiros en suspensión de Jordi.
¿Cómo vivía en su época la fama, el hecho de ser el jugador más conocido de su generación y con zapatilla propia? ¿Cómo era esa Kelme Villacampa que marcó a toda una generación?
La fama nunca ha sido un objetivo particular mío. Mi principal objetivo era ser lo mejor posible dentro de mis posibilidades, jugar bien y estar en un club para poder alcanzar títulos. Ese era mi objetivo. Lo otro seguramente vino un poco condicionado a tener un buen grupo humano alrededor mío con el que tuve la suerte de coincidir. Además, en aquella época el baloncesto estaba muy de moda y atraía a mucha gente. A partir de aquello condiciona a que se haga una zapatilla con mi nombre que se pone muy de moda, que va muy bien para jugar y que además queda muy bien. Esto me gusta, me llena de orgullo y me hace mucha ilusión que haya mucha gente que le inspire y que quieran tener ahora de nuevo las zapatillas que yo llevaba en esa época que con tanto cuidado Lefties y Kelme vuelven a poner de moda con esta colección KELMEJV8XLEFTIES.

Despuntó desde muy joven, pero eso no le vale para ganarse un puesto en el equipo olímpico de Los Ángeles en 1984. ¿Es su gran espina?
Debuté muy joven, con tan solo 16 años, en el primer equipo en el año 80. Entrenaba mucho con el equipo junior y me integraba en la plantilla del primer equipo jugando poco, pero creciendo dentro de todo este ambiente. Con 20 años me llaman para la Selección. Era el año 84, cuando era una Selección muy buena, con grandes jugadores de la talla de Fernando Martín, Epi, Iturriaga o Corbalán y en la que era muy difícil entrar. Aún así, entro en ella. Fuimos a jugar un torneo para el preolímpico de París para podernos clasificar para las Olimpiadas de Los Ángeles. Allí sí jugué y fue después cuando me descartaron para los Juegos.
Fue una decisión muy polémica en ese tiempo, pero yo lo miré en positivo. Eso me dio fuerzas para continuar trabajando y entrenando mucho más para esos 10 años que después sí estuve en la Selección. Lamentablemente me perdí la medalla de plata, eso es verdad y sí es que es una espina que tengo, pero ya no clavada. En la vida hay cosas buenas y malas, y cuando hay malas hay que aprender de ellas, levantarte y volver a andar, por lo que está bien para el aprendizaje en la vida.
¿Cómo viviste esa explosión del Joventut en tu época, pasar a ser el tercer poder baloncestístico en España?
El Joventut siempre ha sido un equipo de mucha tradición en Badalona y muy importante. Piensa que es el único equipo junto con el Madrid que ha jugado siempre en las ligas nacionales y en la ACB. El único. Con nuestra irrupción de un equipo joven en el baloncesto, con gente de la casa no solo llegamos a ser terceros. Hemos sido varias veces subcampeones de Liga y dos veces campeones de Liga, siendo una alternativa muy real a otros clubes muy potentes deportivamente como el Madrid o el Barcelona, con grandes jugadores y presupuestos. Estuvimos luchando cerca de una década contra ellos mano a mano en todas las competiciones.
¿Tuviste la oportunidad de ir a Estados Unidos?
Si, tuve una oportunidad de ir a Estados Unidos a una universidad que me envió la carta de invitación donde me becaban para hacer los estudios allí, poder compaginar los estudios y jugar en la liga universitaria. Decidí al final quedarme aquí. No sé si fue acertada o no la decisión que tomé, nunca lo sabremos. Decidí quedarme en España sobre todo porque el mundo en esa época no estaba tan globalizado, era una época que una aventura así podía ser un poco arriesgada, no había ni internet ni móviles. Decidí quedarme aquí y desarrollar mi trayectoria profesional en mi país.
Te quería preguntar por los partidos que marcaron tu carrera.
Hay partidos que marcan la carrera tanto negativa como positivamente. Estos partidos te hacen pensar, crecer y aprender. Empezaremos por los malos, como el de Angola en la Olimpiada del 92, malo para aprender de lo que hicimos. Y otro partido, el de la final de la Copa de Europa, que perdimos de uno. No estuve a la altura de las circunstancias en esa final.
Partidos que me han marcado en positivo hay muchos, aunque siempre lo asociamos a los títulos hay que pensar que, para llegar a una final, hay que jugar muchas eliminatorias con un camino muy largo y esos partidos también son importantes. Partidos que han marcado mi carrera de manera positiva han sido el partido contra los Lakers, la final de la Copa de Europa de 1994 y la final de la Liga del año 91/92 que ganamos al FCB en el Palau Sant Jordi en su casa.
¿Cómo recuerdas los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y tu actuación ante el Dream Team?
En Barcelona fue fantástico tener la experiencia de jugar contra el Dream Team, el mejor equipo del mundo. Yo creo que de todos los tiempos. Era un equipo potentísimo con Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson o Pat Ewing. En ese partido jugué bastante bien y es el único partido en mi vida que antes de salir a jugar ya sabía que iba a perder. No me ha pasado nunca, solo con ellos y he jugado contra equipos que eran mejores que nosotros, pero siempre tienes la opción de poder ganar. En este ya sabíamos que no. Era un partido para pasarlo bien, para disfrutar de la experiencia, para competir y para disfrutar.
"Cuando uno se retira cuelgas la camiseta, cuelgas las botas y cuelgas casi tu vida entera a la que te has dedicado durante tantos años"
Después cuelgas las botas, esas icónicas Kelme, y pasas a la presidencia del Joventut. ¿Qué te quedas de esos años al frente del club?
Cuando uno se retira cuelgas la camiseta, cuelgas las botas y cuelgas casi tu vida entera a la que te has dedicado durante tantos años. Tienes una parada rápida e instantánea, pero al día siguiente ya haces otra cosa y casi que no hay transición. En mi caso me retiré del baloncesto en activo en el 97 y en diciembre del 99 entro como presidente del Joventut, en el que estuve más de 18 años. La experiencia ha sido muy enriquecedora, he podido vivir el baloncesto desde otro ámbito con el club que yo quiero y también estando muy cerca de este deporte. Hemos pasado muy buenos momentos, ganado títulos y pasado por malos momentos donde todos hemos tenido que luchar mucho para la supervivencia del club. Pero esto es la vida y más cuando se está en un club así. Ha sido una experiencia muy satisfactoria para mí, ya se cerró esa etapa y ahora se abre otra.
Bajo su mandato salieron dos de las últimas grandes referencias del baloncesto español como fueron Rudy y Ricky.
Esto es un trabajo de equipo y también es la idiosincrasia que tiene el club y no solo durante mi mandato sino que antes ya salieron muy buenos jugadores. En mi época tuvimos la suerte de que salieron muy buenas generaciones de jugadores. Nos acordamos mucho de Ricky y de Rudy, pero hubo muchos más, como Alex Mumbrú, Sergi Vidal, Pau Ribas. Hemos nutrido a muchos equipos ACB con jugadores salidos del Joventut.
Ricky debutó con 14 años y todas las exigencias y responsabilidades deportivas que le poníamos las superaba con creces al cabo de muy poco tiempo. Nos ayudó mucho a crecer en el club y después hizo una gran carrera en el Barça y en la NBA. Ha hecho una gran carrera deportiva, estoy muy contento por él.
En cuanto a Rudy, él esperó un poco más, estuvo más tiempo con nosotros. Después se marchó a jugar a la NBA en Portland, donde jugó muy bien. En su regreso apostó por el Madrid, donde ha hecho una carrera extraordinaria, siendo uno de los jugadores con mejor palmarés nacional y estoy muy contento de que haya tenido una carrera tan exitosa. Los quiero mucho a los dos.

¿Qué sientes al volver a reeditar las icónicas Kelme Villacampa del 1989 en 2024 de la mano de Lefties?
Kelme y yo hemos tenido una relación muy estrecha durante toda mi carrera deportiva. Y, además, hicieron un modelo que tuvo un éxito tremendo en los años 80 y 90, cuando hicieron las Villacampa. Creo que la gente lo espera, y hacer una colección con Lefties y Kelme me llena de ilusión después de muchos años de estar con Kelme y de volvernos a reencontrar.
¿Qué supone para ti hacer una colaboración como esta?
Estar con Lefties me hace una ilusión tremenda, es una marca de moda con mucha iniciativa, muy disruptiva y que se hayan fijado en mí para hacer una campaña de ropa, de moda y con calzado, esto quiere decir que son muy buenos en cuanto a pensar que una generación de los años 80 y 90, donde allí abrimos todas las puertas al baloncesto, podemos retomarlos, que se ilusionen y que puedan venir a disfrutar de esta magnífica colección que será para ellos y también para sus hijos. Estoy muy contento de ir de la mano con ellos y de ir de la mano con Kelme.
¿Cómo te gustaría que las nuevas generaciones perciban tu legado en el mundo de la moda con la colección KELME JV8 X LEFTIES?
Espero que las nuevas generaciones puedan percibir con esta nueva colección KELME JV8 X LEFTIES todo lo que implica el mundo del deporte, competitividad sana, constancia, sacrificio, saber ganar y perder, que cuando pierdes te levantas, y también fidelidad, soy un One Club Man, al haber estado 18 años jugando en el mismo equipo. Y eso es lo que han sido capaces de hacer y transmitir desde Lefties y Kelme en esta colección, trasladarnos a una época ya lejana creando una colección muy mimada, muy cuidada y que va a ser espectacular.