BALONCESTO

Yo jugué con Marcelinho Huertas: "Venía a buscarme a casa de mis padres, llamaba al interfono y no me podía escaquear"

El jugador brasileño ha cumplido 20 años desde su debut en la ACB. Rivales y compañeros recuerdan ese primer día y la trayectoria.

Marcelinho Huertas, la pasada temporada. /ACB PHOTO/C. CASTRO
Marcelinho Huertas, la pasada temporada. ACB PHOTO/C. CASTRO
Guillermo García

Guillermo García

El mundo del baloncesto vive rendido a un LeBron James que ha decidido romper las barreras de las leyes biológicas. El jugador de los Lakers sigue sentando cátedra a sus 39 años y continúa asombrando por su capacidad de dominar en una cancha de baloncesto tras 22 temporadas en la élite. Sin embargo, no es el único ejemplo de longevidad que existe sobre las canchas.

Hay uno mucho más cercano que sigue dando lecciones a sus 41 años y que no va a parar al menos hasta 2026. Se trata del base del La Laguna Tenerife Marcelinho Huertas, el jugador que optó por la canasta en un país de fútbol, que vivió en primera persona el último baile de Kobe Bryant con los Lakers y que todavía mantiene la ilusión intacta de aquel jugador que debutó en la ACB hace ahora 20 años.

Fue un 2 de octubre de 2004 en el Barris Nord de Lleida. Aíto García Reneses, entonces técnico del Joventut de Badalona, miraba al banquillo y apuntaba a un joven melenudo y alocado que fue clave para que la Penya se apuntase el primer triunfo de la temporada. De nombre Marcelinho y apellido Huertas, ese día terminó con 9 puntos y tres asistencias. Hoy suma más de 6.380 tantos y 2.960 pases de canasta, siendo el máximo asistente en la historia de la liga.

Aquel día en Lleida, junto a Marcelinho, estaba un Álex Mumbrú que hoy es nuevo seleccionador de Alemania. "Era muy joven, venía de Brasil, pero ya se le veía qué tenía. Está claro que cuando era más joven, pues no tenía una computadora en la cabeza como tiene ahora. Pero, porque al final también se necesitaba la experiencia que tiene ahora. Pero ya se notaban cosas que no tiene cualquiera", apunta el técnico en conversación con Relevo.

"Llegó siendo muy joven, con un potencial increíble. Era muy joven pero muy listo, con las cosas muy claras. Sobre todo es muy buena persona por encima de buen jugador, con el que tengo una relación extraordinaria, entonces tampoco puedo serte muy objetivo", apunta entre risas el exinternacional español. "Pero está claro que después de tantos años y con lo que hace y sigue haciendo y cómo se cuida, demuestra la calidad que tenía, el talento que tenía y de todo lo inteligente que es".

Marcelinho Huertas durante su etapa en el Joventut Badalona.  EFE
Marcelinho Huertas durante su etapa en el Joventut Badalona. EFE

En la época que Marcelinho empezaba a despuntar en Badalona, donde permaneció tres temporadas hasta poner rumbo a Bilbao, en las categorías inferiores llamaba la atención un joven Pau Ribas que hoy es el capitán del equipo verdinegro y que también coincidió con Huertas en Vitoria. Dos etapas en las que ambos jugadores trabaron una relación que va más allá de la cancha.

"Yo tenía 17 años y empezaba a subir con el primer equipo. Me acuerdo cuando teníamos algún día libre y él quería ir a cenar y a lo mejor no encontraba compañero para hacerlo. Me llamaba y me decía que teníamos que ir a cenar y yo le decía que no, que tenía universidad el día siguiente. Él nunca se daba por vencido y venía a casa de mis padres, a llamar al interfono si hacía falta para que bajara y fuese a cenar. Así que nunca me podía escaquear cuando él decidía que el joven tenía que ir a cenar con él", recuerda entre risas un Ribas que intenta explicar el secreto de la longevidad del que fuera su compañero durante cinco de estas 20 temporadas.

Marcelinho Huertas cuando jugó en el Baskonia.  ACB
Marcelinho Huertas cuando jugó en el Baskonia. ACB

"Son importantes muchas cosas. No tener problemas físicos, eso es fundamental. No tener ninguna lesión grave que baje mucho tu rendimiento. Y además tener un entrenador o un club que crea en ti, que siga confiando en lo que puedes aportar, sin importar la edad que tengas. Y después, evidentemente, un sistema de juego en el que te sientas cómodo jugando".

Esa pizarra es la de Txus Vidorreta, que ha encontrado la mejor forma de explotar las todavía innumerables virtudes de Huertas, que ha encontrado la pareja ideal de baile en un Gio Shermadini que aprovecha como nadie la velocidad del brasileño. "Es uno de los jugadores más disciplinados que hay. Tiene muchas habilidades diferentes y además se ocupa de que todo y todos estemos bien", señala a este medio el pívot georgiano. "Espero que podamos seguir jugando juntos al menos un par de años más".

Marcelinho Huertas en su último partido con Brasil en los Juegos de París tras el que dijo adiós a la Selección.  FIBA
Marcelinho Huertas en su último partido con Brasil en los Juegos de París tras el que dijo adiós a la Selección. FIBA

La leyenda de Huertas no se ciñe exclusivamente a la ACB, a los Lakers o al baloncesto de clubes. El base también ha escrito su nombre en letras de oro en la selección brasileña con la que ha reinado en el torneo de FIBA América en 2005. Además, ha disputado dos Juegos Olímpicos y cinco Mundiales.

Precisamente en la última cita intercontinental disputada en Indonesia, Marce coincidió con el jugador de Morabanc Andorra Felipe Dos Anjos, que habla con total admiración sobre su compatriota. "El tío tiene una visión de juego muy grande. Tú piensas que a lo mejor este pase no lo hay, porque no lo hay, y él te lo da completamente y te llega a las manos el pase perfectamente. Sabe organizar bien el juego. La verdad que te hace un juego bastante más fácil. Jugar con él y que puedas tener una conexión con él en cancha, te da mucho a ti para poder meter puntos o a él para sacar sus canastas. Espero que el tío juegue al menos dos años más para poder ver si tengo una oportunidad más de poder jugar con él otra vez".

Para ello, según el jugador formado en las categorías inferiores del Real Madrid, Huertas, de quien todos señalan su buen humor fuera de la cancha como característica principal, tiene una receta muy clara: "Lleva tanto jugando porque... ¿habéis visto cómo se cuida el tío? Aparte de tener el talento que tiene, se cuida mucho. La dieta que lleva es una dieta bastante, o sea, no estricta, pero todo lo que come lo lleva a rajatabla y si algún día tiene que saltarse la dieta, lo salta con una comida buena".