Luis Scola y la influencia de su padre: "Trabajaba en un banco y luego llegaba al club tras 8 horas, se sacaba el traje y se iba a jugar al basket"
El argentino recuerda sus inicios en el mundo del baloncesto, su paso por Vitoria, su experiencia con Ivanovic y su futuro.

La palabra de Luis Alberto Scola (Buenos Aires, 1980) sigue siendo ley cada vez que habla del baloncesto argentino. Retirado de las canchas desde hace tres años, el ala-pívot ahora compagina su pasión por el baloncesto -es director ejecutivo del Pallacanestro Varese- con otros intereses más empresariales. Así, de la mano de Reental, 'Luisfa' atiende a Relevo para hacer un repaso a una carrera llena de éxitos tanto a nivel de clubes como en la selección como parte de la Generación Dorada del basket argentino. Gijón, Vitoria, sus duelos con Felipe Reyes o su experiencia como chico de la mopa en el Mundial del 90 son sólo algunos de los capítulos de este 'guerrero' que encontró en el aire su forma de llevar la presión.
Vamos a empezar a echar la vista atrás en tu carrera y viajamos al principio. Estos días se cumplen 25 años del ascenso con el Baloncesto Gijón en un partido en Menorca que hiciste 9 de 9. ¿Qué recuerdos tienes de ese partido y de tu etapa en Gijón?
Tengo un gran recuerdo de ese partido. Me acuerdo bastante. Me acuerdo que ganamos. Fue el tercer partido del playoff en Menorca. Yo jugué bien ese día. Me acuerdo de eso. Y además fue, digamos, una cosa un poco heroica, ¿no? Porque no tendríamos que haber ascendido. No era un equipo que estaba como para ascender. Además, teníamos una particularidad y es que teníamos a un extranjero, que era yo, que tenía 18 años, y otro extranjero -se jugaba con dos extranjeros- que era Linton Townes, con 40. Era una cosa divertida.
¿Qué recuerdos tiene de esa etapa en Gijón?
Tengo un gran recuerdo por esto que te digo. Era un equipo armado con un presupuesto humilde y no tenía que estar peleando por el ascenso. Teníamos un entrenador muy joven, como Moncho López. Es una persona muy importante en mi carrera. Quizás una de las más importantes, porque él invirtió en mí, él apostó en mí cuando era difícil. Hoy sería mucho más fácil, pero en ese momento era muy difícil llevar a un jugador extranjero de 18 años que viene de una liga que no era de las más importantes.
En ese momento Argentina no tenía una tradición de básket muy fuerte. No era esa Argentina que después tuvo a Ginóbili, a la generación dorada y que pasaron un montón de cosas. En ese momento no había mucha tradición de básket en Argentina y traer un jugador de 18 años de allí, en un momento en el que no había internet, no había estadística, no había nada era una apuesta muy importante y él la hizo conmigo. Y nos fue bien. No todo el año, pero él se mantuvo conmigo.
Cómo fue ese viaje de Argentina a España en algún momento? ¿En algún momento tuviste miedo siendo tan joven?
No. Yo estaba tranquilo, era lo que quería hacer y no tengo recuerdos de tener miedo. Tuve momentos difíciles en mis primeros meses porque era chico y porque estaba en otro país y demás, pero no recuerdo tener miedo ni estar preocupado. Yo estaba convencido de lo que quería hacer y fui.
"Estaba en la cancha cuando un argentino con ascendencia croata mostró la bandera croata y Divac la agarró"
Dices que Argentina no tenía una gran tradición, que no había una liga muy fuerte de baloncesto por aquel entonces., pero años antes había organizado un Mundial en el cual tuviste una pequeña parte protagonista.
Limpiaba el piso durante todo el torneo y hay una foto mía en la final. Mi tío organizaba el Mundial, era el presidente del comité organizador y yo estaba de 'ball boy' y limpiaba. Tenía 10 años y limpiaba el piso. Conocí a un montón de gente: Oscar Schmidt, Tony Kukoc, Drazen Petrovic, Vlade Divac… Tenía un montón de fotos. ¿Te acordás que antes estaban los carretes, que se te arruinaban, si vos lo abrías? Se arruinó y terminaron saliendo 4 o 5 fotos.
De hecho, estás en la cancha en un momento icónico cuando un aficionado croata le llevó una bandera a Petrovic y fue el principio del fin de esa selección de Yugoslavia por el choque que hubo entre Divac y él.
Yo estaba ahí. Estaba en la cancha cuando un argentino con ascendencia croata, muestra la bandera croata y Vlade Divac agarra la bandera, cruzan unas palabras en su idioma, que no sé en cuál de los dos, pero cruzan, y se genera esta polémica.
De hecho, en Una vez hermanos, el documental, se me ve a mí ahí, entre medio de la gente. Cuando llego a casa esa noche, mi papá hace un comentario. "Uy, qué lío que se va a armar". Y me cuenta un poco la historia. Yo no sabía qué era Croacia, qué era Serbia, Yugoslavia era el país y era lo único que sabía. No sabía nada. Y después finalmente pasó todo lo que pasó. Con la guerra, con la separación de los países, con ellos no hablándose y con todo lo que explica el documental. Yo estaba ahí, al lado, sin saber lo que estaba pasando realmente.
En esa época, con sólo 10 años, ¿te interesaba ya el baloncesto?
Jugaba y me interesaba. De hecho era un obsesionado del basket.
¿Qué peso en esa obsesión y en tu futuro en el baloncesto tiene tu padre?
De ahí nace mi pasión por el básquet. Él jugaba al básquet semiprofesional y yo lo iba a ver. Yo iba a los entrenamientos y a los partidos y de ahí viene mi pasión. Y siempre me llamó la atención una cosa muy particular. O no tan particular, pero para mí después lo fue. Él iba a trabajar todo el día. Trabajaba en un banco y luego llegaba al club, se sacaba el traje y se iba a jugar al básquet. Hoy, con el tiempo, me pareció un esfuerzo. ¿Por qué hacía todo eso? Porque vos terminabas de trabajar 8 horas, contando dinero, firmando cheques, lidiando con tu jefe, con tus clientes y después te vas a enterar y llegás a tu casa a las 11 de la noche. Y después tenés que ir al otro día de vuelta a trabajar. Con el tiempo entendí que eso era la pasión. Él tenía pasión por jugar al básquet y de ahí me viene, de esa pasión y mi obsesión por jugar bien al básquet.
¿Cómo influye eso en tu carrera?
¿Por qué quería yo jugar bien al básquet? Yo decía, 'si juego bien, puedo ser profesional. Y si soy profesional, no voy a tener que ir 8 horas al banco a trabajar y voy a poder vivir solamente del básquet. Eso me va a permitir entrenar más horas, descansar más horas y poner toda mi energía ahí, permitiéndome ser mejor jugador y llegar a lugares más altos'.
Eso fue un poco desde chiquitito el plan. Voy a ser profesional. Pero, ¿por qué voy a ser profesional? Porque ser profesional me va a permitir solamente hacer básquet. Ahí nace un poco mi pasión y mi sueño, que después se convierte en objetivo, de ser jugador profesional.
Hablabas antes de Moncho. Un entrenador que te ha marcado en tu carrera. El otro es Ivanovic. ¿Cómo definirías a Dusko? ¿Es tan duro como dicen?
Es duro, pero es su método de trabajo y él consigue muchos resultados. Jugar deporte profesional es duro en general. Y en líneas generales los equipos que tienen éxito y los jugadores que tienen éxito son los que pasaron por un proceso duro. Y me parece que es normal que eso pase.
Él me enseñó muchas cosas, pero sobre todo esa, la capacidad de trabajo y la capacidad de esfuerzo para un objetivo y para un día a día. Entender la profesión desde el sacrificio, el esfuerzo, desde el trabajo y eso me acompañó el resto de mi carrera. Después tuve entrenadores que tenían perfiles diferentes, pero muchas cosas yo las seguí manteniendo después de haber jugado para él cinco años. Además son cinco años de éxitos muy grandes en el Baskonia que también generan ese vínculo entre todos los que estábamos ahí y en particular entre él y yo.
"No lo veo de esa manera, en el sentido de que fuera algo especial en mi carrera [...] No creo que ninguno haya sido tan importante para la carrera del otro"
Duro era Dusko y duros eran tus duelos en la pintura con Felipe Reyes. ¿Cómo era esa rivalidad?
Mucha gente me pregunta eso, pero no tengo esos duelos como algo especial con respecto a otros duelos. Felipe era un gran jugador de básquet que jugó en un gran equipo como es el Real Madrid y se daba la situación de que jugábamos muchos partidos importantes con él. Pero, por ejemplo, con Jorge Garbajosa también tuve batallas deportivas. A lo largo de los años hay otros jugadores que también las tuvimos.
No lo veo de esa manera, en el sentido de que fue algo especial en mi carrera. Y definitivamente no creo que fue algo especial en la carrera de él. Felipe hizo un millón de cosas. Yo después me fui. Y su carrera siguió 10 años más. La mía siguió 15 años más. No creo que ninguno haya sido tan importante para la carrera del otro.
¿En algún momento tuviste alguna oferta de Madrid o Barça?
Es difícil decir si tuviste una oferta o no tuviste una oferta. No funciona realmente de esa manera. No es que los equipos van poniendo ofertas como si fuera un juego. Es un poco que uno se pone en el mercado, está disponible, hay un diálogo, se abre una puerta y se van explorando las situaciones. Yo, desde mi lugar, nunca lo hice.
Yo estaba en Baskonia y estaba bien. Después estuve en la NBA y siempre prioricé la NBA por sobre cualquier otra oferta. Y después cuando volví decidí irme a China. En el último año de mi carrera me apareció la oferta de Olimpia, que no estaba en mis planes, pero me gustó mucho y tomé esa.
Es decir, nunca exploré esas opciones porque las situaciones no estaban para esas de acuerdo a lo que yo pensaba. Si por ahí las cosas hubieran pasado de otra manera, a lo mejor hubiera sido distinto. Pero nunca se abrieron esas puertas de diálogo porque yo estaba en otros lugares y en otros momentos. Quizás ellos también estaban en otros lugares. No lo sé. Pero desde mi lado, la primera parte de mi carrera en Europa yo estaba en Baskonia y eso era lo que quería hacer. Y después cuando fui a la NBA, siempre fue mi prioridad máxima. Siempre hubiera elegido la NBA sobre cualquier oferta europea. Después, al final de mi carrera, las decisiones empezaron a tener otras motivaciones.
Como miembro de la generación dorada en Argentina, ¿cómo ves ahora mismo el baloncesto argentino, que no llegó al pasado Mundial y no estará en los Juegos?
Es parte de un proceso, histórico de una selección nacional. Tuvimos momentos muy altos, como por ejemplo ganar una medalla de oro. Y tenemos otros momentos que son más bajos como no clasificar para un Mundial o unos Juegos. Tenés que tomar todo como un conjunto y analizarlo en su totalidad.
Quizás yo soy un poco más crítico, entre comillas si se quiere y ahora te explico por qué entre comillas, en la planificación y en entender las cosas a medio y largo plazo, en tratar de generar algo a medio y largo plazo.
¿Por qué crítico entre comillas?
¿Por qué soy crítico entre comillas? Porque yo creo que la crítica sin alternativa al final no es nada, es basura. Es restar solamente por el hecho de la negatividad. En un momento yo tenía motivación como para decir 'Ok, yo creo que esto está mal y creo que esto está bien. Y me gustaría hacerlo así, proponer algo distinto'. En un momento tuve esa motivación, esas ganas. Y después las cosas se fueron para otro lado tanto por parte del basket argentino como por mi parte y eso finalmente no pasó.
Hoy no tengo esa alternativa. En ese momento era crítico porque tenía una alternativa. Después podemos discutir si la alternativa era buena o mala. Eso es totalmente en este momento irrelevante, pero es otra discusión diferente. La discusión o por lo menos el argumento pequeño que te estoy haciendo ahora. Va por el lado de decir 'crítica sin alternativa no es nada'. Resta. Es negativo y a mí no me gusta ser negativo. Entonces como yo no tengo alternativa, como yo no tengo esa motivación de ir a Argentina a ver cómo puedo ayudar o crear un proyecto, me dedico a mi rol de hincha.
Obviamente soy parte por haber sido parte de su historia y porque siempre termino siendo parte, mi hijo juega en la selección, mi amigo es entrenador de la selección, el entrenador de Varese es el asistente de la selección argentina… Es decir, siempre los caminos terminan cruzándonos. Y como hincha y personaje implicado en la historia de la selección quiero que le vaya bien. Me dedico a ese rol y no al de criticar.
Hay algunas cosas que yo haría distinto y algunas cosas que por ahí están bien, pero ahora es la opinión de un hincha más.
Tras tantos años de carrera. Luego pasaste a directivo. ¿Nunca te has cansado del baloncesto?
No. De hecho, en un momento a lo largo de esta transición eso fue un motivo interno de discusión mío con el espejo. 'Otra vez, vamos a hacer lo mismo, todo el tiempo. en una cancha'. Y empecé a explorar otras cosas. Pero con el correr del tiempo fui descubriendo que por más divertida que sean las otras cosas, había algo alrededor del básquet que me daba una sonrisa y una energía diferente.
Al final del día la conclusión es simple y es esa pasión de la que hablábamos antes como jugador, que está ahí. Yo soy un jugador de básquet que no juega más. Mi pasión es el básquet, el poder ayudar a nuevas generaciones, a un equipo a ganar, poder competir, crecer. El poder generar un montón de cosas dentro de una cancha. Eso es lo que a mí me genera pasión y me genera una sonrisa y una energía diferente que otras cosas no me generan.
Con el correr del tiempo fui abandonando esa lucha y descubriendo que en realidad yo no estaba cansado del básquet. En realidad yo estaba cansado de jugar, había llegado al límite de mi capacidad de jugador y era tiempo de otros nuevos desafíos.
Quizás en algún momento me cansé del básquet en general, pero eso hoy no pasó. Y si bien tengo un montón de intereses, ninguno me genera la movilización que me genera el básquet.
"Nunca exploré ni el Real Madrid ni el Barcelona porque la situación no se daba"
¿No te llamó la atención de seguir los pasos de Moncho o de Dusko e ir al banquillo?
No. Nunca tuve interés por ese rol. No me gusta tanto.
Entre esos otros intereses. ¿Sigue estando lo de pilotar aviones?
Sí. Pero como hobby. Ahora lo tengo un poco abandonado, pero ya estoy planeando cómo volver.
¿Has llevado a algún compañero?
No sé si llevé alguno de selección. No me acuerdo. Pero no soy de llevar mucho a gente, porque hay gente que no le gusta, que tiene miedo. Y no soy de proponerlo mucho. Es un momento más para mí.
Ese hobby que dices que es un momento para ti mismo, ¿en algún momento te ha ayudado para llevar la presión de tu carrera?
Sí. Yo creo que como todo hobby es una cosa para desconectar. Ayuda, pero con un límite, tampoco se puede desconectar tanto. También hay que lidiar con las cosas, porque si no vuelven. Si las dejas ir, crecen y vuelven más grandes.
Pero sí, tener un cable a tierra, algo que te ayuda a relajar es necesario. A mí me ayudó mucho y según mi opinión es importante. Hoy en día mi cable a tierra es más mi familia. Disfruto mucho el tiempo con ellos y poder compartir cosas con ellos, que irónicamente suele ser basket, porque tengo cuatro hijos varones y los cuatro juegan, con lo cual pasar tiempo con ellos significa pasar tiempo en una cancha. Pero ahora para mí representa otra cosa. Para mí es distinto y me genera mucho más ese cable a tierra. No es como trabajar.
¿Qué recuerdos tienes de la NBA, sobre todo de la etapa Houston con Yao y con Tracy McGrady?
Tengo un buen recuerdo. Tuvimos la posibilidad de pelear por el campeonato, pero tuvimos muchos problemas de lesiones. Primero Tracy, después Chao, luego los dos. Y después se terminó desarmando ese equipo. Fue una lástima porque podríamos haber competido.
¿Qué significa en tu carrera Vitoria?
Es un lugar clave para mí. A nivel deportivo jugué ahí mucho tiempo y conseguimos muchas cosas. Significa mucho en mi carrera porque inicié mi etapa europea.
¿Y lo sigue?
Mucho, como sigo el basket en general. No creo que no le haya ido bien al Baskonia. Creo que su Euroliga fue buena, jugando los playoffs, pero no se pudieron clasificar en la ACB. No creo que haya sido un mal año. Quizás ellos lo vean de otra manera. La opinión de la gente de Vitoria será más importante, pero no veo que haya sido un mal año.
Conociendo a Querejeta, ¿cómo habrá vivido esta temporada?
Yo creo que él con esa capacidad tan increíble de gestionar va a ser capaz de ver que algunas cosas no fueron tan bien, pero muchas otras sí. Y creo que será ese el balance que hará. No estoy seguro. No lo hablé con él. Pero lo que sí te puedo decir de Josean es un modelo para seguir.
Antes como jugador, uno miraba a jugadores. Ahora como manager, uno también tiene sus espejos a seguir y Josean es lo que todo manager deportivo debería aspirar a ser.
Generar de una realidad tan pequeña como era Vitoria 30 años atrás o Baskonia… Hoy es un equipo con un estadio increíble, con una afición increíble, con no sé cuántos años de Euroliga seguidos, campeonatos y demás… Es lo que todos soñamos hacer. Estoy seguro que lo vea de la manera que lo vea, será la correcta.