OPINIÓN

Markus Howard es Romario

Markus Howard, en la primera jornada de liga. /ACB HOTO/C. CASTRO
Markus Howard, en la primera jornada de liga. ACB HOTO/C. CASTRO

Markus Howard es pequeño, peludo, duro de mirada y suave de verbo. En la penetración que fabrica en base al espanto de sus defensores tratando de perseguirle por fuera, cada vez es más hábil. Markus Howard es un mini Stephen Curry con esa salida del tiro tras bote rápida, esa insolencia callada que tienen los tiradores que hacen que la red y las reacciones de la grada hablen por ellos, así como el abrazo eufórico de sus compañeros. Ellos están para ese momento mágico de meter el lanzamiento, cada vez más lejano, cada vez más a menudo del triple.

Markus Howard es Shane Larkin, expulsado del mercado NBA por motivo físico y defensivo, encuentra en los verdes parques de Vitoria la calma y cariño que no tiene en los despachos gerenciales de la liga que más dinero paga por jugar al baloncesto y dónde juegan los mejores físicos y además los mejores jugadores. Larkin encontró a Micic para gloria otomana, un base de dos metros junto a un escolta de "metrochenta". Howard encontró a Darius Thompson que ahora se va con Larkin…

Markus Howard es el Buesa Arena. El carácter Baskonia es ganar y volver a ganar que decía "Zapatones" pero cada vez eso es más caro, plantillas muy largas de terceras unidades de buen sueldo o por el contrario 12-13 jugadores aguerridos y cruzar dedos con lesiones o los que no encajan. El mayor título de la primera temporada de Markus en Euskadi no fue material sino anímico, partidos por encima de los 100 puntos, ataques tan rápidos que no dejaban ni tiempo a que Peñarroya se tirara de unos pelos que no existen.

Arriba y abajo, en la cancha y en el asiento. Pasaban cosas todo el rato. En casa muchas positivas, fuera de casa, no tanto. Y los equipos ganadores son equipos en Europa que salen enfadados a jugar contra rivales míticos en canchas ardientes. Y ganan. Markus en su frialdad no juega ni enfadado, ni contento. Juega. Y a veces mete 9 triples y 34 puntos y otros días le buscan tanto en defensa que juega menos y mete 2 puntos.

Markus Howard es el MVP de la primera jornada de la Liga ACB porque anotó 29 puntos en la cancha del Breogán, con 5 triples y algunos dobles preciosos, de una factura técnica a la que la repetición durante su carrera le roba visibilidad, pero de una dificultad enorme, alguna bandeja a aro pasado… Recordemos que este hombre crecido en Arizona, en un Salón reconvertido en gimnasio de pesas, no llega al 1,80 m.

Markus Howard es Romario, capaz de voltear un partido con colas de vaca, con triples lejanos pese a bien punteados, capaz de deambular sin parecer que vaya a trascender su presencia, pero no todos pueden ser incisivos, encontrar espacios donde no los había. Meter 8 puntos en 40 segundos, hacerlo desde la facilidad del hábito o predisposición genética. Romario fue un futbolista de dibujos animados, Markus Howard no es un baloncestista de inteligencia artificial, sino de artificio ingenioso que no tiene que ver ni con la inteligencia ni con el manido IQ o cociente intelectual. Los deportistas líricos no piensan, sino que sienten. Vivir el deporte desde el exceso anotador, el gol y la canasta como fuente de motivación.