BARÇA 92 - BAXI MANRESA 103

La pañolada, el 'abandono' de los Dracs y los pitos al Barça que demuestran que el Palau ha dicho basta: "Les entiendo, este año está siendo una mierda"

El grupo de animación se fue del pabellón a un minuto del final y Joan Peñarroya tilda de "respetable lo que hagan los aficionados".

Los jugadores del Barça tras la derrota en el Palau. /ACB PHOTO/MARC GRAUPERA
Los jugadores del Barça tras la derrota en el Palau. ACB PHOTO/MARC GRAUPERA
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

A la afición culé se le ha agotado la paciencia. Y eso que ni siquiera hace unas semanas, cuando la crisis del Barça había estallado por completo, parecía estar tan hastiada como ahora. Porque el hecho de que se viera una pañolada en las gradas del Palau o a los Dracs abandonando el pabellón antes de que el juego acabase ya es un claro síntoma de que, como llegó a reconocer el capitán, Álex Abrines, tras la derrota ante el BAXI Manresa (92-103), "este año está siendo una mierda". Y la clave de que este hartazgo haya llegado este domingo es sencilla y la resumió a la perfección Joan Peñarroya.

"Este equipo ha perdido muchos partidos, pero ha competido siempre. Diría que en los últimos dos meses los partidos que hemos perdido, hemos entrado al final con opciones de ganar y hoy no. No hemos tenido la energía ni física ni mental", reconoció el técnico que volvió a estar en la picota a raíz de lo ocurrido, aunque al ser preguntado por ello asegurase que había "hablado con los de siempre, aparte del staff y la dirección técnica, y evidentemente no hemos tocado ningún tema al que tú haces mención", en referencia a si seguía teniendo o no la confianza del club.

La realidad es que ver una pañolada en el Palau no es habitual. Como tampoco que el mayor grupo de animación culé abandone la grada antes del pitido final. Pero las tres derrotas en los últimos cuatro partidos, justo después de que el Barça pareciera sortear su crisis, unido a la no llegada de un refuerzo para la dirección de juego que deja la plantilla más corta de lo que se presuponía, por un lado, y a lo que fue el nivel que mostró el equipo en general este domingo, por otro, han sido la gota que ha colmado el vaso. Y tanto al técnico como a la plantilla no les ha quedado más remedio que asumir el enfado de su parroquia.

"Evidentemente es respetable lo que hagan los aficionados. Si están en esa situación es porque no les gusta lo que ven. Lo único que puedo decir es que nos sabe mal no tener los resultados o el juego que al Palau le gustaría. Seguiremos. Los que estamos persistiremos. Es momento de estar unidos en el vestuario, de ser conscientes del partido que hemos hecho hoy y dan igual las dificultades que tenemos a nivel físico, hoy que un equipo como Manresa haya sido tan superior a nivel de energía nos tiene que hacer reflexionar", admitió Peñarroya. Mientras que Álex Abrines fue más allá.

"Les entiendo perfectamente. No hemos competido. Este año está siendo una mierda en cuanto a resultados. Cuando viene un equipo a casa y no compites, entiendo esta reacción. Debemos tomárnoslo como un toque de atención, aunque llevamos muchos ya. Estamos en febrero y tenemos la Copa a la vuelta de la esquina. Jugando así no tendremos la oportunidad de luchar por los títulos. Cada uno debe mirarse a sí mismo. Todos los jugadores jugamos para ganar, pero no lo estamos haciendo bien para conseguirlo. Algo ha de cambiar en nuestra mentalidad porque hemos cometido errores de principiante", dijo el capitán culé a los medios de comunicación en el vestuario, según recogió Mundo Deportivo.

El clic mental del Barça volvió a romperse, como ya ocurriera hace unas semanas, cuando el equipo pasó por su peor momento. Y eso es lo que precisamente ha encendido al soberano, que ve cómo los fantasmas culés han regresado. La Copa, al que se clasificó en la última jornada, está a la vuelta de la esquina y antes de ello llega una doble jornada de Euroliga, con duelos ante Maccabi y Olympiacos, así como el partido de Liga Endesa del próximo domingo ante uno de los huesos más duros de roer de la competición: el Valencia Basket. Tres duelos complejos que podrían, otra vez, hacer que el Barça vuelva a sumirse en ese pozo, sobre todo a nivel de sensaciones, del que había logrado salir.