Gio Shermadini, el MVP de los MVP's: "Nunca me han llamado del Madrid o del Barcelona"

Aterrizó en la Liga Endesa en 2012 y pronto convirtió su apellido totalmente desconocido en uno de los más repetidos en el baloncesto español. Lo hizo a base de actuaciones que le han valido convertirse en el jugador que más veces ha sido nombrado MVP del mes, superando el récord establecido por Tanoka Beard.

Una década, con un paréntesis de dos años en los que se marchó al Olympiacos, en la que Gio Shermadini se ha convertido en un clásico del baloncesto español y en uno de sus jugadores más dominantes a pesar de no ser ni el más rápido, ni el más fuerte ni el más atlético. Segundo en valoración (18,2 créditos por partido) esta temporada, sólo por detrás de Tavares, el pívot georgiano forma una sociedad ilimitada con Marcelinho que es la clave del éxito del Lenovo Tenerife.

Ahora, con 32 años, todavía le queda mucho baloncesto en sus manos y en sus piernas. Pero lo que le quede tiene claro que será como jugador del equipo aurinegro. Ya no vestirá otra camiseta, como ha confesado a Relevo en esta entrevista. Ni siquiera la del Madrid o la del Barcelona. "Me quiero retirar aquí", asegura un jugador histórico para la Liga Endesa.

¿Qué supone el ser el jugador con más MVP's del mes en la historia de la ACB?

Es algo genial. Es algo que me hace sentir muy bien tener este récord. Tener este récord es increíble. Me los he llevado todos a casa y he tenido que agrandar mis estanterías [Risas]. Veremos qué pasa ahora que he batido el récord".

¿Cómo explica su facilidad para hacer esas estadísticas noche tras noche?

Consigo esos premios y esas estadísticas gracias al equipo y gracias a los entrenadores, que me dan esos minutos de juego. Estoy en un equipo increíble, en mi cuarta temporada y tenemos a uno de los mejores bases de la competición como es Marcelinho, que siempre juega para el equipo y también para mí. Siempre intenta encontrar al hombre que está solo y muchas veces ese soy yo debajo de la canasta [Risas] Por eso hago esas estadísticas. Tengo mucho tiempo para tirar.

Marcelinho en la cabeza de la zona, usted sube a bloquear y juegan un pick'n roll para terminar anotando. ¿Cuántas veces al día viene esa imagen a su cabeza?

Muchas veces al día. Muchas. Incluso cuando no estamos entrenando o jugando [Risas]. Lo hacemos cada día. Llevamos haciéndolo cada día, en cada entrenamiento. Pensamos mucho en ello y somos conscientes de que los rivales saben cómo pararlo, pero entonces hay veces que yo estoy solo debajo de canasta porque mi defensor se va directamente con Marcelinho y otras Marce usa mis pantallas para tirar. Por eso no es fácil para nuestros defensores pararnos.

¿Y cuánta cuerda les queda a ambos?

Espero que podamos jugar juntos muchos más años. Tenemos un año más de contrato, pero no sé cuándo terminaremos. Yo quiero terminar mi carrera aquí en Tenerife. Si puedo jugar cinco años más estaría feliz.

No es el más alto, ni el más rápido ni el más fuerte. ¿Cómo consigue ser siempre uno de los jugadores más destacados en valoración?

No sé cómo lo hago, la verdad. Es cierto que no soy el más alto ni el más rápido ni el más atlético ni el que más salta, pero soy un luchador. Y ese esfuerzo tanto en defensa como en ataque me permiten enfrentarme a todo tipo de rivales.

¿Y eso nunca ha llamado la atención de Real Madrid y Barcelona?

Nunca me han llamado ni Real Madrid ni Barcelona. Nunca en toda mi carrera.

Tras tantos años en España, ¿se siente más georgiano o español?

Georgiano, siempre. Cuando me retire volveré a Georgia, a mi casa. Pero a mí y a mi familia nos encanta España. Es un placer vivir aquí

¿Quién le descubrió para el baloncesto?

Empecé a jugar en el Maccabi de Tbilisi en Georgia. El equipo de un aficionado del Maccabi de Tel Aviv en Georgia y por eso le puso ese nombre. Era 2005 cuando fui por primera vez a entrenar con este equipo y tres años después estaba jugando en el Panathinaikos. La primera vez que fui a entrenar fue porque me llevó mi padre, que quería que probara porque yo era muy alto y quería que jugara al baloncesto. Me tuvieron que prestar unas zapatillas y la camiseta y me dijeron que tenía que salir a entrenar. No lo hice mal.

Ni tan mal o al menos eso dice la leyenda…

No es una leyenda. Es verdad, una vez anoté 89 puntos en un partido en 2006.

Y de ahí pasó a las categorías inferiores de Panathinaikos.

Jugué con las selecciones sub-16 y sub-18 en dos Europeos. Jugué bien y ahí llamé la atención del Panathinaikos, que me ofrecieron un contrato.

Usted es uno de los pilares que ha permitido a Georgia clasificarse por primera vez para un Mundial.

Es histórico para nosotros. El pasado verano se jugó el Eurobasket en nuestro país y no fue del todo bien para nosotros. Después de eso teníamos una gran oportunidad de clasificarnos para el Mundial. Todo el mundo hablaba sobre ello. Podíamos hacer historia y la hicimos. Ha sido algo increíble e histórico. Todo el país está hablando de esto y nos preguntan sobre esto todo el rato. Todo el país está como loca con el Mundial.

¿Cuáles son los objetivos del Lenovo Tenerife de aquí a final de temporada?

Estamos en el top 8 de la Champions y tenemos una gran oportunidad para estar en la Final Four otra vez. En ACB es más complicado, pero tenemos que intentar ganar todos los partidos que podamos para terminar entre los cuatro mejores y tener el factor cancha en playoffs. Ese es el objetivo y quedarnos lo más cerca posible de las finales.

¿Cuán importante es Txus Vidorreta en todos estos éxitos insulares?

Txus es una gran persona. La primera vez que me vio me dijo que los jugadores con él juegan muchos años y es verdad. Llevo cuatro años con él y es un gran entrenador. Me da todo, desde tiempo de juego hasta trofeos. Sólo tengo buenas palabras para él y agradecimiento por darme toda esta oportunidad.