LIGA ACB

La trinidad de Alberto Angulo, jugador, entrenador y forjador del talento de futuro para el Real Madrid: "Las victorias aquí las vivimos al 10%, las derrotas al 200%"

El que fuera internacional con España lleva desde 2009 sacando partido a la cantera del Real Madrid, una de las más prolíficas de Europa.

Alberto Angulo y Alberto Herreros celebran el título liguero conquistado en el 2000./ABC
Alberto Angulo y Alberto Herreros celebran el título liguero conquistado en el 2000. ABC
Guillermo García
Mario Ornat

Guillermo García y Mario Ornat

Nikola Mirotic, Santi Yusta, Luka Doncic, Jonathan Barreiro, Usman Garuba, Tristan Vukcevic, Matteo Spagnolo, Ismaila Diagne, Egor Denim, Hugo González… Y así podríamos seguir enumerando nombres hasta completar el número mínimo de caracteres que exigen los jefes para publicar un texto en Relevo. Una lista que tiene dos cosas en común. La primera, la camiseta del Real Madrid. Y la segunda, la figura de Alberto Angulo como detector primigenio de su talento.

Hay que bucear mucho en la red para encontrar una foto del que fuera internacional español en su trabajo actual. Siempre en segundo plano, alejado de las cámaras y de los micrófonos, el maño prefiere mantenerse lejos del alcance del radar mediático para dejar el protagonismo a las joyas que él mismo ha ayudado a detectar y pulir desde que en julio de 2009 decidiera aceptar el cargo de jefe de cantera del Real Madrid. Un cargo tan exigente como fructífero, al menos en los más de 15 años que Angulo lleva al frente de la misma.

En este tiempo cinco Euroligas junior, nueve Minicopas y decenas de campeonatos de España en todas las categorías, amén de un incontable número de jugadores que ya son una realidad en la élite del baloncesto. Y todo gracias al sónar que el exescolta internacional sigue teniendo en su cabeza para captar a los mejores jóvenes del mundo y convencerles de que vistan la camiseta del Real Madrid. Algo a lo que ayuda la triple perspectiva que ofrece el maño. Primero como jugador, segundo como entrenador y tercero como responsable de la cantera.

Porque, como suele decirse, Angulo fue cocinero antes que fraile. Primero en la cancha. Formado en la cantera del CAI, "a Alberto lo llamábamos el pulpo. Brazos muy largos, anclaba muy bien las piernas al suelo, tenía un equilibrio enorme y eso en defensa le permitía robar muchos balones", recuerda Dani Álvarez, quien compartió muchos años de baloncesto con Angulo en las categorías inferiores del conjunto maño.

"Alberto ha sido un jugador que no ha sido un diez en nada, pero sí un nueve en todo. Buen tirador, buen defensor, buen recuperador de balones, capaz de dar asistencias, siempre muy bien de cabeza", señala Álvarez en conversación con Relevo. "Movía sus pies muy rápido, no tenía un físico de pegar grandes saltos ni hacer nada espectacular, tenía que usar el ingenio y la calidad y lo sabía explotar muy bien. Siempre ha sido ultra implicado y disciplinado en el trabajo y eso creo que a largo plazo fue lo que le dio unos éxitos brutales que se consiguió él solo".

Esos éxitos comenzaron bien pronto. A orillas del Ebro, con la camiseta del CAI, conquistó la Copa del Rey de 1990, con Chuchi Carrera en el banquillo. Un año más tarde Angulo hizo el petate y se marchó a Badajoz ("Él fue el primero que marcó territorio cuando se fue a Badajoz para evitar los derechos de formación y poder quedar libre: dio un paso atrás para luego dar dos pasos adelante", rememora Álvarez) antes de volver a la capital maña y, posteriormente, en 1996, aterrizar en el Real Madrid.

El Madrid de los Albertos

La España de los Albertos (Cortina y Alcocer, dos empresarios que marcaron la pauta económica de la primera mitad de los 90 con sus inversiones y sus matrimonios con las hermanas Koplowitz) dio paso al Madrid de los Albertos. En el mismo verano Angulo y Herreros aterrizaban en Concha Espina para liderar a un equipo que no pasaba por su mejor momento.

El maño, como ya venía siendo costumbre dejó el protagonismo al jugador que venía del Estu, y él se dedicó a ser su mejor complemento. Una Copa Saporta y una Liga ACB bajo la batuta de Scariolo -la del triple de Djordjevic en el Palau- fueron el balance de sus seis temporadas de blanco antes de volar a Lleida y cerrar el círculo en Zaragoza. Entre medias, 98 partidos y 631 puntos con esa Selección previa a los Juniors de Oro que conquistó la plata en el Europeo de Francia de 1999.

"Alberto es un jugador que se hizo a sí mismo. No tenía la altura suficiente como para ser un jugador que destacara por su condición física, y tampoco sus cualidades naturales hacían pensar que pudiera llegar al nivel al que luego llegó. Pero gracias al trabajo, gracias a las horas que invirtió y a la determinación que siempre tuvo para lograr su objetivo, consiguió convertirse en un jugador de élite y llegar a donde él quería llegar. La mejor definición de Alberto es que él se hizo a sí mismo", reconoce a este medio otra leyenda del baloncesto aragonés y nacional como es Pepe Arcega.

Alberto Angulo en su etapa de entrenador. Diario Qué!
Alberto Angulo en su etapa de entrenador. Diario Qué!

Angulo no tardó en cambiar de lado en la cancha. Abandonó el parquet para sentarse en un banquillo. Primero en las categorías inferiores del CAI Zaragoza y luego en el primer equipo, en el que asumió los mandos en enero de 2009, tras la destitución de Curro Segura. Apenas fueron seis meses en un puesto tan cambiante como el de entrenador. Angulo no pudo evitar el descenso maño, pero dejó una gran impronta en sus pupilos.

Uno de ellos fue el argentino Matías Lescano, que ya había coincidido con el internacional español en la cancha, en su última etapa como jugador: "Le tocaron unos meses complicados en el entonces CAI, cuando reemplazó en el banquillo a Curro Seguro, estábamos peleando en la parte baja, había cambios de jugadores… Su trabajo era intentar sacar al equipo de ahí y la situación no era la mejor, pero aun así se le veía y se notaba que el baloncesto le encanta y lo expresaba. Y, como cuando jugaba, también de técnico era muy ganador, muy competitivo. Siempre estaba dispuesto a seguir trabajando y mejorar para ganar".

Ese verbo que tanto le costó conjugar en su etapa en el banquillo zaragozano fue el que le abrió de par en par las puertas de la cantera del Real Madrid. Fue el 4 de julio de 2009, en plena remodelación de la sección con la llegada de Ettore Messina, cuando el club anunció la vuelta de Angulo como responsable de cantera del equipo blanco. Hoy, 5.692 días después, el maño sigue omnipresente (y perdido) en las gradas de los partidos de los mirlos blancos, desde donde lo controla todo.

"La sensación de Alberto es la de un máximo control de todas las situaciones que podían pasar por los jugadores y por los entrenadores de cantera. La sensación era de control absoluto, pero a la vez de, metodológicamente hablando, de dejar mucho hacer a los entrenadores y máxima confianza en los staffs. La palabra que mejor definiría a Alberto es como un jefe muy justo". Son palabras de Gabriel Álvaro, exentrenador de la cantera madridista que coincidió cuatro años con un Alberto Angulo al que no se le escapaba nada de ninguno de sus equipos.

Alberto Martín, hoy capitán del Cartagena, es uno de los jugadores que creció bajo las alas de Angulo. De hecho, el maño fue el gran valedor de su fichaje. "Como director de cantera creo que tiene tranquilidad para ver el futuro de los jugadores y para llevar todo el equipo que lleva detrás. Es una persona con mucha cabeza y con mucha tranquilidad para tomar decisiones. Es una persona muy cercana, muy amable, que está ahí cuando necesitas o cuando tienes un problema, que intenta tener la mejor relación con todo el entorno del jugador y que te echa una mano siempre que tienes cualquier duda o cualquier bajón".

"Es una persona muy cercana, muy amable, que está ahí cuando necesitas o cuando tienes un problema, que intenta tener la mejor relación con todo el entorno del jugado"

Alberto Martín

Son más de 15 años al frente de una cantera tan exitosa como exigente. "Siempre me acuerdo de una frase de Alberto", explica Álvaro sobre unas palabras que resumen a la perfección lo que es el Real Madrid, aunque sea en la cantera. "Me decía que las victorias en este club las vivimos al 10%, mientras que las derrotas las vivimos al 200%. Al final eres el Real Madrid, eres el equipo favorito y, seas de cantera o seas del primer equipo, ganar es como que va en tu ADN. Ganar es lo que tiene que suceder, mientras que la derrota sí que se percibe como una sensación muy dura". Una forma muy gráfica de resumir el trabajo de un Angulo al que se le puede ver cada día por Valdebebas, estudiando la cantera, hablando con los entrenadores o viendo vídeos para mantener el olfato a la hora de captar talento joven. Algo en lo que hasta ahora no ha fallado.