La dualidad de Rebekah Gardner: MVP de Supercopa y rookie de la WNBA

Imaginad por un momento ser una jugadora consagrada en Europa, y al mismo tiempo, en el mismo año, una rookie destacada en la WNBA. En esa dualidad vive, a sus 32 años, Rebekah Gardner, integrante del Spar Girona que este domingo se ha proclamado campeona de la Supercopa y MVP del torneo.

La norteamericana ha sido determinante en los últimos compases de la final frente al Valencia Basket. En total, ha firmado 13 puntos (7 de 7 en tiros libres), una asistencia, un tapón, un robo y 14 de valoración en 17 minutos. Una estadística en línea con su semifinal: 16 puntos, dos rebotes, tres recuperaciones y 17 de valoración en 21 minutos.

Lo de este fin de semana ha sido un día más en la oficina para ella. Esta alero de 1'85 nacida en 1990 en Upland (California) fue MVP de la Liga Femenina Endesa la pasada temporada. Promedió 14,7 puntos, 5,7 rebotes, 2,2 asistencias y 18,4 de valoración por partido. Sin embargo, si regresamos a su país encontraremos a una Gardner con un currículum mucho más corto.

La oportunidad en su país le ha llegado más tarde de lo esperado: Gardner se formó en UCLA, pero tras licenciarse en 2012 no generó suficiente interés para ningún equipo de WNBA. Como no fue drafteada, cruzó el charco: lleva una década entre Israel, Turquía, Rumanía, y España.

La pasada temporada en Girona (este es su segundo año y ya está renovada por dos temporadas más) le sirvió para fichar por las Chicago Sky de WNBA este verano. Y se convirtió en la rookie más veterana de la liga estadounidense desde 2003. Su roll allí fue bien distinto al de Girona: aportó 8,4 puntos, 3,3 rebotes, 1,3 asistencias y 1,4 robos de media.

Con el equipo de Chicago ha disputado los playoffs (cayeron en semifinales) y era de esperar que con su experiencia entrara en el mejor quinteto rookie de la WNBA, siendo la jugadora más veterana en lograrlo desde 2003. Una rookie que en realidad de novata no tiene nada. Y en esta Supercopa lo ha vuelto a demostrar.