El increíble viaje de Mariam Coulibaly: de tomarse un año sabático a acumular más MVPs que Sabonis o Marc Gasol
La pívot malí del Joventut de Badalona ha ganado el 50% de los galardones a Mejor Jugadora de la Semana en lo que va de temporada: 8 de 16.
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Cuando uno echa un vistazo a la lista de jugadoras que se han llevado el MVP de la semana en la Liga Femenina Endesa en lo que va de temporada, puede creer que hay algún tipo de error o errata. Alguien ha debido de usar el control+c; control+v por error porque aparece un nombre repetido una y otra vez. Pero no se trata de ningún fallo.
Mariam Coulibaly se ha destapado como la gran dominadora de la competición, consiguiendo este galardón en ocho de las 16 fechas disputadas. Es decir, la pívot del Joventut de Badalona ha conseguido el 50% de los MVP's de lo que va de temporada. Un dato impresionante que, por poner un ejemplo, no lograron ni Arvydas Sabonis (logró cinco en las primeras 16 jornadas de la temporada 94-95, cuando terminó con nueve nominaciones) ni Marc Gasol, que acumuló cinco en el curso 2007-2008, cuando acabó con 11 galardones.
La africana había comenzado la temporada conquistando uno de cada tres galardones individuales, pero para Coulibaly no era suficiente y ha sido capaz de aumentar sus prestaciones hasta hacerse con uno de cada dos premios puestos en juego, siendo la principal referente de los diferentes rankings individuales. Porque ninguna otra jugadora valora más puntos por partido que ella (28,8), ejerciendo a su vez como la máxima anotadora (22,7) y la mejor reboteadora de todo el campeonato (10,3). Unos números que han hecho de ella el principal objetivo de las defensas rivales, recibiendo 5,8 faltas por partido.
Cifras que la sitúan como la principal candidata a hacerse con el MVP de la temporada. Algo que, sin embargo, no le obsesiona. "De hecho, no me preocupa. Lo único que quiero es satisfacer a mi equipo y a mis compañeras", asegura la jugadora de la Penya en conversación con Relevo antes de una nueva jornada en la que intentará acercar al conjunto verdinegro al objetivo de la salvación. "Es mi trabajo, hacer esto. Y si puedo ser MVP de la temporada, estaré contenta, pero lo que tengo que hacer es trabajar para mi equipo y mis compañeras".
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Los números de Coulibaly impresionan. Pero lo hacen todavía más si se ponen en perspectiva que los está firmando tras una temporada alejada de las canchas. Una jugadora clásica en la liga femenina, con siete las temporadas en la élite- repartidas del 2015 al 2017 en el Spar Gran Canaria, del 2017 al 2019 en el Snatt's Femenino Sant Adrià, y del 2020 al 2023 en el IDK Euskotren- que decidió apartarse durante una temporada para tomar distancia.
"No lo hice por una lesión", reconoce Coulibaly, que se tomó un año sabático para volver a enamorarse del baloncesto. "Decidí tomarme un poco de tiempo para volver a jugar. No es que estuviera cansada del baloncesto, pero había otras cosas que tenía que hacer en África. Tarde mucho tiempo, casi ocho meses, en volver a jugar".
"Decidí tomarme un poco de tiempo para volver a jugar. No es que estuviera cansada del baloncesto, pero había otras cosas que tenía que hacer en África. Tarde mucho tiempo"
Su rendimiento no pilla por sorpresa a nadie. En su pasado en España, la interior de Mali ya dejó grandes exhibiciones. Por ejemplo, en la 22-23, completó la competición con 19.4 de valoración media, su mejor registro en sus siete temporadas en España, y eso que en seis de ellas superó los 12 créditos de valoración. Sólo falló en su primera temporada en Canarias, con tan sólo 18 años y siendo su primera experiencia lejos de África.
Un continente que se ha convertido en un gran caladero para el baloncesto, el deporte para el que Coulibaly estaba predestinada. "Yo venía de una familia de baloncesto. Mis hermanos ya jugaban y cuando era pequeña me fijé en ellos y empecé a jugar. Sé que hay gente, sobre todo mujeres, que no lo tienen fácil en África, pero para mí lo fue porque tenía a mis hermanos, que ya jugaban".
Fue ese amor por el baloncesto que le inculcaron sus hermanos lo que empezó a construir su historia en la cancha. Una jugadora que sabe que es un espejo para cientos de niñas en su Mali natal, país con el que ha ganado una plata (2021) y tres bronces (2017, 2019 y 2023) en los Campeonatos de África, agrandando todavía más su figura como referencia.
Un modelo para muchas niñas que ha roto todas las estadísticas, algo inesperado incluso para ella. "Estoy muy contenta. Después de un año sin jugar, volver así es algo increíble", concluye una Coulibaly que es más que una jugadora de baloncesto: "En el campo soy una persona muy seria, pero cuando estoy fuera soy muy distinta. Me gusta hablar mucho, cocinar y bailar con mis compañeras". Motivos y razones no le faltan para ello.