Este jueves llegué tarde al Magata. No fue mucho, un par de minutos, pero lo justo para perderme eso del balón al aire y la que había montada en la grada. Bueno, el principio de eso. Cuando entré, Valencia Basket casi doblaba en el marcador a un Movistar Estudiantes que, si algo ha dejado claro esta temporada, es que es un equipo que está donde está (y ha hecho lo que ha hecho) por derecho propio y no como premio. Y eso en la grada quedaba bastante claro. Tras las canastas, a ambos lados, gradas supletorias (llenas, por cierto). Detrás del banquillo del Estu, la Demencia (qué afición tiene el conjunto colegial). Y el resto de la grada a rebosar. Hasta las sillas a pie de pista. Por algo el cartel de 'lleno' llevaba colgado varios días.
El reloj marcaba las ocho y veinte de la tarde cuando caí en la cuenta de una cosa. Era jueves. Día laborable. Al día siguiente también hay que trabajar. Pero en Magariños no cabía ni un alfiler y, lo mejor de todo, había un ambiente de esos que hace saber a una que se trata de una gran cita. Estaba a punto de empezar el segundo cuarto y el conjunto taronja ganaba de 8. Y entonces saqué el móvil, me puse a grabar y lo subí a Twitter. La ocasión lo merecía, que para eso son los playoffs de Liga Femenina Endesa, y el ambiente lo confirmaba.
Jueves, ocho y veinte de la tarde. Va a empezar el 2Q. Mañana la gente trabaja. Pero da igual. Magariños lleva días con el cartel de “no hay entradas”. No es para menos. Primer partido de #PlayoffsLFEndesa entre @MovistarEstu y @valenciabasket. Baloncesto 🔝, ambiente 💯. 🏀🔥 pic.twitter.com/1dQox8QIWQ
Era la segunda vez que los dos equipos se veían las caras este año en el Magata y la cuarta esta la temporada -también se cruzaron el Copa-. Y eso también tenía su punto extra. La última vez en el pabellón del Ramiro de Maeztu también hubo lleno, buen ambiente y buen baloncesto. Pero lo de este jueves superó todas las expectativas. "Esperábamos que fuese un fortín pero ha sido más que eso. Creo que ha sido el partido donde he visto Magariños más lleno y en el que más se ha animado. Ha sido emocionante", reconocía a Relevo la capitana de las Women in Black, María Espín, tras el partido… y tras firmar un sinfín de autógrafos.
La afición estaba totalmente volcada con ellas. Y, precisamente, puede decirse que fue la culpable de que las de David Gallego se reengancharan de forma soberbia al partido. Hasta el punto de pelearlo hasta el final, aunque no pudo ser. Valencia Basket se llevó el duelo por sólo dos puntos. Y ¿el motivo? Que al igual que me pasó a mí, las Women in Black también llegaron un par de minutos tarde al partido.
"Nos ha pasado un poco factura el inicio del partido. Ellas han salido muy enchufadas y nosotras con varios errores tontos en defensa. Nos ha costado meternos, pero al final hemos demostrado que este equipo no se rinde nunca", decía Espín. Y lleva razón. Tanto, que la propia Raquel Carrera reconoció que tenían muy claro que lo de este jueves no iba a ser fácil. "Estudiantes es muy buen equipo y aquí siempre nos cuesta jugar", confesaba la ala-pívot taronja, que coincidía con Espín en lo siguiente: aún quedan 40 minutos.
"En Valencia ganamos, ¿eh?", le decía a Espín un aficionado mientras le firmaba una foto de la plantilla y miraba de reojo ese 56-58 final en el marcador. "Espero, espero", respondía la alero. Mientras que por detrás, la pregunta que había en un corrillo de jugadoras era la misma que se escuchaba más arriba, cerca del vestuario taronja: "¿Qué han hecho los otros equipos?" Y la respuesta es que ganaron todos los visitantes salvo Casademont Zaragoza ante un Lointek Gernika que sí hizo bueno el jugar en casa y se impuso por 75-69. Eso sí, ningún partido tuvo tanta igualdad y emoción como el que se disputó en Magariños. Y basta con ver los demás resultados para comprobarlo: Spar Girona ganó de seis al Barça CBS y Perfumerías Avenida puso un +47 ante Cadí La Seu.
Todo queda emplazado a lo que pase este domingo en la Fonteta, donde Valencia Basket buscará "mejor la defensa". "Porque si estamos bien atrás luego delante es donde mejor corremos", como explicaba Carrera. Y el Estu, corregir esas desconexiones del inicio y los errores, pero sobre todo, dispuestas a luchar por la épica porque, como decía Espín, "vamos con un -2 a Valencia y sin nada que perder". Eso sí, por si acaso esta era la última vez esta temporada en Magariños, la afición quiso despedirse de las suyas como se merece: con un homenaje en el que al final, Meli Gretter tuvo un protagonismo especial.
Ese "Meli, quédate" coreado al unísono, mientras la base no podía evitar las lágrimas para acabar fundida en un abrazo con Espín lo dice todo. Como dice la Demencia, "es un sentimiento". Y además, con buen baloncesto. Como el que se volverá a ver el domingo.
