La acogida de los jugadores a la nueva Copa NBA, parte del éxito de la primera noche
Equipos, aficionados y jugadores tuvieron en general una buena recepción a la primera noche del nuevo In-Season Tournament, ayudando al buen funcionamiento.

La campaña de la NBA para que el In-Season Tournament fuera un éxito ha sido abismal. Desde presentar nuevas pistas para los partidos, hasta fomentar en la prensa el formato, intentando aclarar las últimas dudas. Crearon un anuncio especial con presencia de estrellas, un himno, un trofeo especial para el ganador y hasta una serie en la aplicación de la liga. Pero como siempre, al final, que fuera o no un éxito iba a depender de lo que sucediera en el parqué, del interés de los jugadores y equipos. Y la primera noche fue un acierto absoluto.
Según la propia liga, el margen de victoria en la madrugada del viernes al sábado fue de 4.9 puntos, el segundo más bajo en la última década (mínimo 7 partidos). De los siete encuentros, cinco estuvieron en una posesión durante el último minuto, y solo los dos finalistas del año pasado, Denver ante los Mavericks y Miami contra los Wizards, cerraron el partido con más de un minuto de diferencia. Tuvimos un game-winner en las manos de Steph Curry, con polémica incluida y el duelo entre Portland y Memphis se fue a la prórroga, donde los Blazers se llevaron el triunfo tras remontar 10 puntos en tres minutos. Y sobre todo, estuvieron disponibles. Kyrie Irving, Jimmy Butler, Tyrese Haliburton, Darius Garland, Jarrett Allen o Zach LaVine jugaron pese a estar todos dubitativos al inicio del día.
Aunque a nivel recepción, hubo dualidad de opiniones. La más inverosímil fue para Bones Hyland, quien reconoció no saber muy bien qué era el torneo y cuál era el formato. Entre los que sí reaccionaron positivamente al torneo están Steph Curry, Donovan Mitchell o Jalen Brunson, todos alabando la oportunidad de competir por una nueva competición. Y más competición implica más dinero, uno de los atractivos de los jugadores para aceptar el formato y, en caso de jugar la final, disputar un partido.
"La idea era aumentar los ingresos, aumentar el número de seguidores y conseguir que la gente se implicara más", aseguraba Jaylen Brown, vicepresidente de la Asociación de Jugadores de la NBA. "La temporada es larga. En esta época del año, los telespectadores sufren un gran bajón en cuanto al número de espectadores y participantes, así que es una forma de volver a atraer a los aficionados y a los jugadores y, con un poco de suerte, mejorar el negocio". Reincidente a la hora de hablar del dinero que el torneo puede generar para la NBA y, por ende, para los jugadores. Y es que según el propio Brown, había diversidad de opiniones sobre el torneo, pero la NBPA votó y entre todos acordaron que "más dinero no podría hacer daño".
La mejor acogida ha venido, especialmente, por parte de los jugadores europeos o con pasado en el baloncesto continental. Para Kristaps Porzingis, le recuerda a los torneos de pretemporada o mitad de temporada que se celebran en Europa. "Veremos qué pasa, pero creo que será un éxito, aunque haya gente escéptica todavía. Quiero debutar de una vez por todas y ganarlo". Porque entre él y Jaylen, los Celtics han dejado claro que quieren ganarlo. "Queremos ganar todo" decía Porzingis antes del partido de esta madrugada ante los Nets. Aunque esa mentalidad no es la misma para todos los jugadores.
"Siendo completamente honestos, a nadie le importa ganarlo" decía Marcus Smart tras la derrota de los Grizzlies en su debut ante Portland. "Es el grande el que nos importa de verdad", aseguraba, en referencia a las NBA Finals que se disputarán en junio. "He sentido sentimientos encontrados entre los jugadores" sentenciaba. Aunque pareció sí importar a las aficiones. En Indiana, en un duelo contra el rival de división Cleveland Cavaliers, Tyrese Haliburton dejó claro que los fans fueron clave para cerrar el triunfo: "El público fue increíble", dijo el base. "Esta noche ha sido una locura, se han entregado al máximo, especialmente en el último cuarto" reiteraba Myles Turner, clave en la victoria. Los escépticos se van subiendo al carro.
Sí que hubo mayor bipartidismo a la hora de valorar los colores del parqué. Y si bien algunos se vieron espectaculares en televisión, otros crearon problemas a la hora de incluso seguir el balón. Los colores de las pistas son la apuesta más arriesgada de una NBA cuyo objetivo era dejar claro qué partidos eran del IST, insertando una imagen enorme del trofeo en lugar del logo habitual en mitad de pista. Es la primera noche de la primera edición, y por supuesto hay detalles a mejorar, pero como punto de partida, el nuevo In-Season Tournament ha empezado a lo grande.