Angel Reese, la archienemiga de Caitlin Clark, se declara para el draft de la WNBA
Tras cuatro años en la universidad y un título nacional, la estrella de LSU se prepara para el siguiente nivel

Angel Reese, jugadora de Louisiana State University ha anunciado oficialmente que se presenta al draft de la WNBA. La popular antagonista de Caitlin Clark se declara elegible para la ceremonia que se realizará en Brooklyn el próximo 15 de abril, apenas 36 horas después de caer derrotada en su último partido colegial. Fue contra Iowa y Clark, en una revancha del partido que la llevó al estrellato máximo en abril de 2023: héroe y villana al mismo tiempo, Reese fue protagonista dentro y fuera de la pista a partes iguales. Y ahora su camino seguirá en la WNBA, en la liga profesional estadounidense.
Grateful for these last four years and excited for this next chapter. #BAYOUBARBIEOUT pic.twitter.com/EvkzUW08JV
— Angel Reese (@Reese10Angel) April 3, 2024
"Por supuesto, me gusta hacer todo a lo grande" empieza su entrevista con Vogue. Por eso el anuncio oficial de que se presentaría al draft de la WNBA ha llegado con una sesión de fotos, "como Serena Williams". La tenista anunció su retirada en 2022 con la revista de septiembre y Reese no ha querido ser menos, publicando una entrevista en exclusiva con la revista de moda al mismo tiempo que hacía oficial su decisión en redes sociales. Tenía la opción de seguir un año más en el baloncesto universitario, pero era el momento adecuado. "Ya he conseguido todo lo que soñé en NCAA" decía en el vídeo, y no le falta razón. Aunque su final ha sido algo complicado.
Tras la derrota, en la que acabó con 17 puntos, 20 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones y 2 robos, Reese aparecía en rueda de prensa llorando: "Me han sexualizado. Me han amenazado. He pasado por muchas cosas y siempre me he mantenido fuerte" explicaba al ser preguntada por su año. "Todo esto ha sucedido desde que ganamos el título nacional el año pasado, y no he tenido paz desde entonces. Pero aun así no lo cambiaría". En línea con su actitud de todo o nada. El año pasado lo fue todo, esta temporada, nada. Y ahora le toca volver a empezar de cero, algo que le parece atractivo. "Quiero volver a ser novata y construirme, crecer en el siguiente nivel" explica en Vogue al alistar los motivos para dar el salto al profesionalismo.
Porque en NCAA pasó dos temporadas en la universidad de Maryland antes de transferirse a LSU, para jugar a las órdenes de Kim Mulkey. Y en Luisiana fue levantada como heroína nacional. A su nivel en la pista, batiendo el récord de dobles-dobles de la NCAA, lo acompañaba con un estilo de ropa llamativo, apareciendo en videoclips de Cardi B o acuerdos de publicidad por cientos de miles de dólares con Amazon, Beats by Dre o con la firma Goldman Sachs. Era una estrella nacional. "Me levanté y era una celebridad" cuenta. El motivo fue que 9.9 millones de personas le vieron celebrar en la cara de Clark el título homenajeando a John Cena y su "you can't see me". En los siguientes meses se la vio en más revistas y fiestas que en partidos, y aun así se llevó el premio a mejor jugadora del año en la conferencia.
Porque el éxito no llega sin criticismo. Conocida como Bayou Barbie, un guiño a sus larguísimas pestañas y los pantanos del Mississippi, no todo el planeta tuvo empatía por Reese, pese a ser todavía una jugadora de 21 años. Desde aquella final de 2023, la comparativa entre Reese y Clark ha sido constante, no solo como jugadoras, sino por su estilo. Angel y sus compañeras en LSU representan lo opuesto a Iowa, a nivel racial, social y cultural. Por eso desde la universidad han denunciado racismo hacia el equipo y su estrella, tanto en redes sociales como en los propios medios de comunicación, algo con lo que ha tenido que convivir Reese. Su siguiente reto será mucho más complicado: conseguir uno de los 144 trabajos en la WNBA.
Solo hay 12 equipos y cada uno tiene 12 fichas, por lo que lograr ser jugadora profesional en la mejor liga del planeta no es fácil. En los mocks para el draft que se celebrará este mes la sitúan entre el cinco y el diez, lejos de Clark, pero por delante de su compañera Hailey van Lith, si finalmente decide presentarse. "Voy a trabajar con mujeres que tienen hijos, una familia, así que voy a tener que dejarme la piel cada día", y esa es su nueva realidad. Muy pequeña para ser pívot, muy errática en el tiro lejano para ser una cuatro abierta, Reese va a tener que adaptarse. Por eso se mudó a LSU, para preparar su juego para la WNBA. Y tras cuatro años en la universidad, es momento de dar el siguiente paso.
Y una cosa es clara, cuando Reese se marca un objetivo entre ceja y ceja, lo cumple. Si quiere triunfar en la WNBA, lo logrará, igual que se convirtió en campeona nacional y pudo ser al mismo tiempo referente en NCAA y en las revistas de moda. Una jugadora diferente, rompedora, y que llega al máximo nivel lista para cualquier cosa. "No quiero que nada en mi vida sea fácil". Y no lo será, seguro. Pero lo conseguirá.